Rockola, Discos. 4 de julio de 2008

Autor:

Flaco Jiménez
He’ll have to go

KARONTE

Es toda una leyenda, probablemente la más grande, del tex-mex, esa música chicana firmada en Texas. Pero esa condición de intocable no ha cambiado en absoluto la honestidad y el compromiso de Flaco Jiménez con la música que le ha hecho popular en todo el mundo. A pesar de peinar ya muchas canas, el artista sigue conservando un espíritu creativo incontestable, del que surgen trabajos como este delicioso He’ll have to go.
El disco se compone de doce nuevas grabaciones entre temas en country inglés y piezas en castellano con más ritmo y espíritu bailarín; incluso se dejan caer curiosas adaptaciones de algunos tradicionales y es capaz de arrimarse al country.
Escuchar a Flaco es siempre algo muy recomendable, y discos como éste demuestran que el veterano acordeonista y vocalista sigue apostando por avanzar, sin necesidad de dirigir aún sus pasos hacia donde quiera que vayan las estrellas agotadas de la música tex-mex.
JAVIER MÁRQUEZ.

Garaje Jack
Traje nuevo

FACTORÍA AUTOR

Garaje Jack podrían situarse en un punto intermedio entre Pereza y Sex Museum, entre la comercialidad bien entendida y las guitarras crujientes, aunque derivando su sonoridad hacia la FM yanqui. Nada que objetar, el conjunto anda sobrado de personalidad y sus influencias más marcadas remiten a bandas clásicas (una bendición en tiempos en los que la cultura musical de muchos músicos es paupérrima).
Traje nuevo presenta una ristra de temas bien hilados, de cuidado acabado cuya mayor virtud es la de establecer una rápida conexión con el oyente, mediante sus inspiradas melodías y cotidianas letras. No se andan por las ramas, ya sea en los temas más adrenalínicos como en los medios tiempos las guitarras mandan, apoyando a la voz de Laura Rubio, una portentosa vocalista cargada de feminidad que, aun así, canta con más cojones que la mayoría de los cantantes masculinos de nuestro país (perdón por la expresión, pero es que no hay otra).
Dentro de las colaboraciones encontramos a Alfredo “Pitu” Gil (ex Pereza) metiendo guitarras en todos los temas y a la insufrible Rosana marcándose un dúo sin sentido ni lógica.
¿Podrán trascender más allá de la parroquia rockera? Calidad para ello no les falta, singles en potencia tampoco y su sinceridad combina muy bien con la potencia y sensibilidad que destilan.
JUAN JOSÉ ORDÁS FERNÁNDEZ.

Orchestre National de Barbès
Alik

WAGRAM/KARONTE

Más de diez años después de la famosa “Poulina” que les hizo célebres, vuelve la Orchestre National de Barbès, ese frente multicultural y multinacional que habla por la mezcolanza del barrio parisino de Barbès. Mantener activo un grupo tan numeroso no es tarea sencilla (recordemos el caso de Mano Negra), y ésta parece una buena razón para justificar este retraso discográfico: no es fácil tener siempre la casa ordenada. Alik recoge una vez más todos los ingredientes del sonido Barbès, basado primordialmente en su actitud arrabalera y combativa, los cantos monódicos norteafricanos y ese puntito “gnawa” que admite la masculinidad de sus coros. Y un detalle interesante para “stoneadictos”: el álbum incluye la versión de estudio del famoso “Sympathy for the devil”, tema largamente anunciado desde hace años por el grupo en sus conciertos y que viene a cerrar el círculo que ya abrió en su día el propio Brian Jones con su colaboración con los Masters Musicians of Jajouka.
GERNOT DUDDA.

Charles Aznavour
Tú pintas mi vida

EMI

Han pasado algo más de cincuenta años desde que este armenio universal publicase sus primeras canciones, y aunque en su primera etapa no puede decirse que fuese especialmente apreciado, ahora, el “Sinatra francés” es aclamado como una de las voces imprescindibles de la música popular. Autor de más de 700 canciones, a lo largo de su carrera Aznavour ha cantado y grabado en seis idiomas, entre ellos, el castellano. Décadas después de sus primeros registros en este idioma, la voz desgarrada de Aznavour vuelve a entonar una docena de temas en español, cinco de ellos, nuevas composiciones estrenadas por primera vez en este álbum, y el resto, repescas de algunas piezas ya conocidas, como “Es (She)”, “Cuando me amas” o “Huérfano de ti”, nunca antes grabadas en castellano.
Como de costumbre, es el amor el gran tema que interesa al artista, y para profundizar en sus misterios recurre a una amplia paleta estilística, desde el swing de big band al fado o los aires de latin-jazz, a los que ayuda con su maestría habitual la colaboración de Chucho Valdés. No obstante, es evidente que el autor de “La mamma” cuenta ya 84 años, y aunque sigue conservando su calor habitual al entonar cada tema, salta a la vista que su voz, aunque entrañable, no es lo que era. Emociona, pero no convence. Se lo perdonamos por ser quien es. Al igual que hace poco se retiró de los escenarios por todo lo alto, sería conveniente que fuese planteándose una despedida igual de honorable de los estudios.
JAVIER MÁRQUEZ.

Tango Siempre
Tangents

TANGO SIEMPRE/GALILEO MUSIC

Inaudito. Un trío inglés –de Bristol, para más señas– que hace tango serio y no tiene nada que ver con el trip-hop. Aparentemente, porque en realidad se trata de música del alma para el alma, tanto o más que la de sus célebres paisanos Massive Attack o Portishead, y con esa fibra de pompa y circunstancia que heredan de los grandes compositores clásicos de su país (toda una marca). El grupo lo forman Ros Stephen (violín), Peter Rosser (acordeón) y Jonathan Taylor (piano), pero en su quehacer cobran igual de importancia sus ilustres invitados: Steve Argüelles (batería, electronics), uno de los músicos que mejor ha entendido a nuestro querido Omar Sosa, y Gilad Atzmon (saxos), el amigo israelí de Robert Wyatt. Los dos sacan en volandas al trío del manierismo piazzolliano que hay que suponerle a cualquiera que haga tango instrumental de nueva creación. Especialmente sublime es “Nazareth”, el tema que aporta el propio Atzmon, para el que no siendo nuevo esto del tango (tomen nota de un trabajo tan magistral como Musik/Re-arranging the 20th. Century, con Guillermo Rozenthuler), vuelve a llevarse aquí las aguas a su molino del Oriente Próximo con una interpretación sensacional.
GERNOT DUDDA.

Rafa Corega
Orgullo occidental

SELVA RECORDS

¿Quién se esconde tras esa peluca, esas gafas y ese sombrero? Al escuchar las letras de este álbum, irreverentes y sarcásticas, salta a la vista que es alguien con un peculiar sentido del humor, al que no le importa saltarse la métrica y la rima cuando es preciso para que le encaje la cosa como quiere. Una gamberrada de altura disfrazada de rock duro inconformista que lo tiene difícil tanto para convencer a los rockeros como a los que van buscando echarse unas risas musicales. Eso sí, sólo por la caradura que hay que tener para firmar temas como “Odio a las ballenas” o “Mi hijo es un canalla” , este Rafa –Adivina Quién Soy– Corega se merece medio aplauso en señal de (sarcástico) respeto.
JAVIER MÁRQUEZ.

Stay
Kashmir reflection

WILD PUNK

No llega a ser casi nunca una epifanía, pero el descubrimiento de grupos noveles es siempre un ejercicio refrescante. No se debe caer en el error de valorarlos por encima de los establecidos, pero tampoco en el de vetarles la cancha puesto que en ocasiones trasvasan oxígeno a estilos estancados. Es el caso de los jóvenes y barceloneses Stay, prolíficos y sobrados, que presentan lo que ellos califican como mini-LP, pero que contiene un minutaje casi equiparable al de cualquier álbum al uso.
Siete canciones que comienzan con dos solemnes trallazos: “I feel you around”, el single que se escoge de su disco de 2007 y que juega a ser un cruce entre Syd Barrett y los Beatles más orientales y “Lonely soul”, una aterciopelada composición con ese toque negro que se ofrecía segundos antes del Philadelphia Sound.
Pero todo esto no dejaría de ser convencional si no se aliase a una voz de registro increíblemente cálido, a unos arreglos imaginativos y sobre todo a la esencia pop que siempre ha caracterizado al grupo y que convierte melodías genuinamente cansinas en auténticos estallidos de color. La emocionante guitarra a lo Hendrix también ayuda.
Del resto, canciones salvables. Una extraordinaria versión de los olvidados Stramberry Alarm Clock y los bonitos paisajes acústicos y ácidos de “Chords of love”. Quizás no inventen nada, pero nadie lo pide en la música; se pide que haya verdadera vida en las canciones. A las suyas les sobra.
CÉSAR PRIETO.