Rockola, Discos 25 de julio de 2008

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Rockola, Discos 25 de julio de 2008

Burning
Desnudo en el Joy

WARNER
 
Excepcional ejemplo de lo que debe ser un disco en directo, al menos en lo que a rock and roll se refiere. Sonido sucio, real, una audiencia partícipe, una banda que alcanza su punto de ebullición a los pocos minutos de haber iniciado el primer tema y se mantiene caliente hasta el final del concierto. Pocos hay capaces de facturar y capturar dicho espectáculo. Burning son uno de ellos, la última banda callejera de España, la única capaz de conjugar estilo y chulería castiza en un solo paquete, a años luz de cualquier producto suburbano de esos que parecen hacer enloquecer a la adolescente juventud española. Burning laten en la calle, pero su autenticidad no proviene del vómito y sordidez quinceañera, sino que nace en su concepto, en la cultura de un Madrid en estado comatoso que una vez conoció la gloria entre buen wisky y billares. No, el calimocho no se sirve en este local.
        Irónicamente, la sala madrileña Joy Eslava, pasto frecuente del vacuo diseño y de la estupidez moderna, carnaza para el acné desorientado, parece haberse tornado la meca de la resistencia del buen “gourmet” musical en lo que a conciertos y grabaciones se refiere  (Los Ronaldos y Jaime Urrutia registraron entre sus paredes sus recomendables últimos trabajos en vivo). Hasta ese punto ha llegado nuestro adormecido Madrid, hasta el punto de arrinconar la cultura en lugares en los que no cuadra, ni casa, ni se adapta. En cualquiera de los casos, demos gracias que aún podemos ser testigos del rock en directo, dentro de poco las alternativas para poder ver a bandas de cierta convocatoria van a tener que ser las aceras.

        Ante un público fiel y entregado, seguramente poco acostumbrado a la incomodidad del local, los Burning desgranan un repertorio mayoritariamente acústico (aunque las guitarras eléctricas se hacen un hueco en los últimos temas) y demoledor. Con un Johnny Burning majestuoso al frente, la nueva encarnación del grupo se muestra pletórica. La grabación cruda les favorece como un traje hecho a medida y demuestran que están vivos, muy vivos. Con un repertorio certero, clásico, rematan un trabajo doble (más DVD) esencial en su discografía, un pequeño clásico para todo aquel que disfrute del rock urbanita y un incentivo para que la juventud se anime a acercarse a conocer a un mito que cuenta en este disco con las colaboraciones de Quique González y Pereza. ¿A qué esperan los fans de ambos para descubrir a una referencia fundamental para sus ídolos? 
        En cualquiera de los casos, y al margen de ventas, Johnny y sus chicos pueden estar satisfechos, por su valentía (¡un disco doble en estos tiempos!) y honestidad (¡un directo sin retocar!). Han editado un verdadero homenaje a sí mismos, a su historia, a sus desaparecidos compañeros y a Madrid, ciudad que durante las dos horas de duración del trabajo resucitan. Queremos el nuevo disco en estudio ya.
JUAN JOSÉ ORDÁS FERNÁNDEZ.

Carla Bruni
Comme si de rien n’etait

NAÏVE

Iba a nacer con polémica, eso estaba claro. En este caso han sido las pocas ventas, el plagio del título o la mención a productos colombianos, pero podría haber sido cualquier otra cosa que llenara noticias sensacionalistas. Así que es tarea nuestra y casi arqueológica excavar y encontrar en este disco algo de lo que encandiló a los indies con el primero hace ya más de un lustro.  
        Y sí, se encuentra y mejorado. En una voz que se muestra más expresiva, en unos arreglos que salvan la base acústica para destacar con sencillez imaginativos paisajes y en una querencia mayor por la tradición francesa. Como en “Salut Marin”, quizás el centro del disco por la dedicatoria a su hermano fotógrafo Virgino, fallecido el 2006 –una de sus fotos le da título– y por el conjuro al tiempo que se propone, doloroso motivo de una buena parte de las canciones. Una deslumbradora exhibición de sentimientos que recoge la esencia de la chanson al observar el mundo con ligereza y hondura al mismo tiempo.
        El otro motivo del disco, el ilusionado e ingenuo descubrimiento del amor, presta su voz a otro buen puñado de canciones que se enredan alrededor de “L’amoreuse”, una preciosidad con ese evanescente tono orquestal propio de los setenta que recuerda inevitablemente al admirable y olvidado Gerard Lenorman. Incluso en sus letras, de lírica sencilla pero efectiva, la de “Tu es ma CAME”, maquillada con un toque de jazz cinematográfico o la de “Ta tienne”, que hace gala de fallos sintácticos y de registros instrumentales latinos.
        Y este espíritu aspira también a las versiones. “You belong to me” recrea a Dylan con la misma voz ahogada de la que se servía Jane Birkin. Y parece la ítalo-francesa haberse plegado al mismo maestro porque “Notre grand amour est mort” es puro Gainsbourg, en su abandono al interpretar, en su sensibilidad dramática y canalla, en esas subidas al final de cada fraseo. Hasta en la paronomasia del título. Tantos años buscando al nuevo Serge y al final va a ser una mujer. Y primera dama de Francia. El destino es siempre una enorme burla.
CÉSAR PRIETO.

Companyia Elèctrica Drama
El misteri d’en Miles Serra i les músiques mutants

PICAP

El último trabajo con material de nueva creación de la Dharma supone un delirante salto al vacío respecto de la estructura de sonido que el grupo ha empleado estos últimos años. “La Dharma para escuchar más que para botar”, como insisten ellos, les devuelve aquí a sus orígenes progresivos de 1975, cuando los discos de Miles Davis, Herbie Hancock, Chick Corea y Weather Report eran mucho más que una mera influencia. Pero aunque no lo sea en su sonido, en su manual del usuario las intenciones sí siguen siendo relativamente “sardanísticas”. Partiendo de las piezas del creador de referencia de la sardana, Joaquim Serra –cuyo centenario se celebró el pasado año–, el grupo ha incorporado ritmos, compases y hasta melodías completas de otro creador de referencia, esta vez del jazz, que es el propio Miles Davis. Así, “La vall dels ecos” del primero se completa con el “Bitches brew” del segundo. “Remembrança” con “It’s about that time”. “Festa” con “Black satin”. “Puigsoliu” con “Lonely fire”… Así hasta un total de siete piezas, “tomadas” de ese creador imaginario que han pasado a llamar Miles Serra, la última de las cuales es de la propia Dharma y puede llegar a contener elementos tanto “zeppelinianos” como de una circularidad casi circense. 
        No hay que perderse “D’una manera silenciosa”, que no es otra que la propia “In a silent way” de Josef Zawinul. Ni tampoco “Blue noia”, que es nada menos que otro descomunal “So what”, cuya línea melódica es llevada con original sutileza por la guitarra eléctrica. Lo más gracioso es que la Dharma no ha precisado de ningún elemento de la cobla sardanística tradicional (ni siquiera de la tenora), sabiamente “reemplazada” aquí por el sensacional saxo soprano de Joan Fortuny y las trompetas y fiscornios de Lluís Fortuny, en una sonoridad muy especial que tanto puede sonar a Jan Garbarek como al poderoso planteamiento de Van Der Graaf Generator en sus primeros discos. Una grabación realmente impresionante.
GERNOT DUDDA.

Justin Tchatchoua
Lali

MAM/FACTORÍA AUTOR

Camerunés del oeste del territorio, Justin Tchatchoua es sin embargo un músico muy vinculado a la realidad musical de nuestro país, donde reside desde 1983. Ha colaborado con Enrique Urquijo, Hijas del Sol, Seydu, Tito Duarte y Rita Marley, en los discos que la diva jamaicana grabó con producción española, y con otros igualmente internacionales, como The Wailers o Papa Wemba. A pesar de haber grabado Lali (sueño africano) en Madrid y con buena presencia de músicos españoles, Tchatchoua mantiene intacta su fe en el continente africano, con piezas que narran conmovedoras historias locales y que abundan en elementos tradicionales y melodías pentatónicas, ricas también en armonías jazzísticas. Y a ojo de buen cubero, su propuesta se remonta al tono de producción que mantenían muchas de aquellas grabaciones “pioneras” de la World Music de los 80, lo que abre también una nueva vía para nostálgicos. Utiliza instrumentos como djembé, tambur, sheker o balafón, este último heredado de su propio padre, toda una eminencia local en este sentido.
GERNOT DUDDA.

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REEDICIONES Y RECOPILATORIOS

Varios
The In-Kraut vol 3. Hip Shaking grooves made in Germany 1967-1974

MARINA RECORDS

Marina Records nos anuncia en los créditos de este doble disco (disponible en CD y vinilo) que nos disponemos a escuchar el último volumen de esta serie de recopilatorios dedicados a los sonidos bailables grabados en Alemania en la segunda mitad de los sesenta y la primera de los setenta del siglo pasado. Una lástima.
The In-Kraut recoge grabaciones pensadas directamente para la pista de baile, jazz y piezas de bandas sonoras de televisión, películas porno de serie Z y LPs de librería musical (discos con instrumentales con composiciones “neutras” que sirven como fondo musical de un reportaje sobre arte o para un documental sobre la fabricación de tornillos del calibre 15). Los tres volúmenes editados por Marina han reunido material de primera calidad pero en esta última entrega los amantes de este tipo de sonidos y los que estén dispuestos a nuevas experiencias sonoras quedarán realmente sorprendidos con cortes como la versión de Dieter Zimmerman de “Whole lotta love” (Led Zeppelin), una guitarra distorsionada se funde con una sección de metal. Sorprendente es también el tema de librería “La avispa”, en el que psicodelia, funk y los sonidos latinos se dan la mano. Son sólo dos ejemplos porque podríamos destacar detalles sonoros imponentes de todos los temas incluidos en el disco. Todos muy hip, muy grooves y muy germánicos. Una delicia.
ÀLEX ORÓ.

Petrus Castrus
Mestre

GUERSSEN RECORDS

Aunque las notas de la contraportada estén firmadas por Tito Livio, Petrus Castrus no era un senador ni un noble romano cuya historia merezca ser conocida. Petrus Castrus es el nombre de uno de los grupos más importantes de la escena rockera portuguesa de los setenta y un juego de palabras, una pista, para remarcar la presencia de Pedro Castro, guitarrista y uno de los puntales compositivos de la banda junto a su hermano José. El sello leridano Guerssen ha recuperado Mestre, editado originalmente en 1973 y considerado el mejor trabajo del grupo.
Cantado en portugués, Mestre ofrece un sonido progresivo con tintes psicodélicos, pero que no renuncia a las estructuras pop ni cae en la grandilocuencia del rock sinfónico. El idioma no es problema ya que se incluyen las letras en la portada interior del disco y se intuye perfectamente el significado y la intención de las once composiciones que integran esta joya del rock luso. Por todo ello, Mestre es un disco atractivo y de fácil digestión.
Guerssen ha lanzado una edición de vinilo limitada a 500 copias que seguramente hará las delicias de los coleccionistas de este género y de los amantes del rock añejo en general.
ÀLEX ORÓ.