Paul Weller Viaje al epicentro de sus canciones

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Su nuevo disco, 22 dreams, nos sirve de excusa para descubrir los secretos que se esconden detrás de las letras de algunas de las mejores canciones del ex Jam y ex Style Council. Un tipo elegante que desde sus orígenes mods, y en un viaje sinuoso, se ha transformado en uno de los más aclamados iconos del breat-pop.

Texto: ÀLEX ORÓ.

Lo podíamos leer hace unos días en EFE EME: Paul Weller llegó al número uno de las listas británicas con 22 dreams, su último disco. Los trabajos de Weller siempre han conseguido buenas ventas en Reino Unido pero no en el resto del mundo, donde sólo se pueden considerar como “aceptables” (Japón aparte). Uno de los factores que juega en contra del “Modfather” es que sus canciones son tan inglesas como el Big Ben, el té de las cinco y los pubs. Conoce tan bien todo lo que le rodea que escribe con suma facilidad sobre todo ello pero también compone sobre él, sus sentimientos, sus gustos, sus creencias y sus estados de ánimo. La aparición de 22 dreams invita a hacer un viaje a través de sus composiciones desde la época de los Jam, para descubrir los secretos que se esconden en las letras de Paul Weller.

“All mod cons”
(All mod cons, 1978)

Este tema refleja toda la rabia de Weller contra la industria musical, especialmente contra Polydor, su discográfica en aquellos años. El “modftaher” se sentía maltratado por la compañía. Había firmado un contrato miserable y consideraba que no recibía los royalties que merecía. Años más tarde, la situación se agravaría al negarse Polydor a editar el último disco de Style Council. Weller también intentó crear su propia discográfica, iniciativa empresarial que fracasó. Con el paso de los años, sus relaciones con las discográficas siguen siendo difíciles pero ha sabido convertirse en un excelente gestor de su cancionero. Sólo hay que ver la multitud de caras B inéditas que adornan sus singles, pesadilla para sus fans que siempre acaban rascándose el bolsillo.

“Money go round”
(Single, 1983)

Y no sólo caras B. Weller, es quizás el artista más reeditado del Reino Unido y sus discos son siempre lanzados al mercado en diferentes formatos. Esta estrategia comercial fue dirigida por John Weller, el padre de la criatura. Este ex boxeador cuidaba de los intereses de su hijo de manera feroz. Nada se escapaba y gracias a la labor de John, Paul es hoy un hombre rico. No obstante, “Money go round” fue escrita en un momento en que el de Woking militaba en Style Council y en movimientos de izquierda. Describe su desprecio hacia el capital y los poderes fácticos. Con los años, Weller ha suavizado su postura. Con el dinero tiene una relación bipolar. Por una parte es capaz de prestar una cantidad importante y de manera discreta a un amigo en apuros. Por la otra, puede darte de hostias si no le devuelves el cambio tras ir a buscar unas pintas de cerveza a la barra del pub. Le gusta el lujo, pero no quiere aparentar que es un nuevo rico. El “Modfather” da gran importancia al dinero porque cree que es la vara para medir el éxito de un compositor. Cuanto mayor es el cheque que cobras, más es valorado tu trabajo. Nada que ver con sus idolatrados Steve Marriot y Nick Drake.

“Walls come tumbling down”
(Our favourite shop, 1985)

Weller fue el músico más activo contra el gobierno conservador de Margaret Thatcher. En Our favourite shop vomitó contra los “tories” todo el veneno del que era capaz. “Ellos” eran los culpables de que en Gran Bretaña hubiera desempleo, personas sin techo y explotación de la clase obrera. En este ramillete de canciones “políticas” destaca “Walls come tumbling down”, que llegó al número 1. La prueba de que el pop y el compromiso político pueden ser compatibles. En esa época, Weller militó en el partido laborista y participó en las giras del Red Wedge, una asociación de estrellas del pop unidas por su odio a la Dama de hierro.

“Savages”
(As is now, 2005)

¿Pero cuál es ahora el pensamiento político de Weller? Cree que los políticos siempre utilizan a los músicos y se siente profundamente decepcionado por la trayectoria de los gobiernos de Tony Blair. No obstante sigue votando al Labour (¿lealtad malentendida?). En “Savages” explica la historia de alguien que ha luchado a cara de perro por sus ideales de izquierda pero que se ha quemado los dedos y se desespera ante las atrocidades provocadas por el imperialismo.

“All good books”
(Ilumination, 2003)

Weller cree en Dios. Ha criticado a menudo los desmanes provocados por la religión pero en este tema nos recuerda los problemas que tiene la humanidad por haber olvidado las enseñanzas de Jesús. En el inédito LP de Style Council Decade of modernism, Weller urgía a amar al prójimo con fervor y sin fisuras. Pero al menos hay tres personas a las que odia: Margaret Thatcher, Bono y George Michael. No todo el mundo puede caerte bien.

“There’s no drinking (When you are dead)”
(Heliocentric, 2000)

Weller también ha conocido al Diablo. Es un líquido llamado alcohol. Siguiendo las ancestrales tradiciones británicas, el de Woking empezó a beber regularmente a edad temprana. El bebercio lo ha acompañado desde entonces, aunque su influencia se dejó sentir con más fuerza en los primeros tiempos de Style Council. También ha consumido cocaína y pastillas de todo tipo, pero ha sido en momentos puntuales. “Porcelain God” (Stanley Road, 1995) habla de uno de estos momentos.


“Call me”
(Cara B de “Come to Milton Keynes”, 1985)

“Moon on your piyamas”
(Wild wood, 1993)

“Sweet pea”
(Heliocentric, 2000)

La familia tiene una importancia capital para Weller. “Call me” es una declaración de amor a sus padres, dos obreros que se sacrificaron durante toda su vida para que su retoño tuviera una educación y despuntara. “Moon on your piyamas” está dedicada a Nathaniel, su primer hijo mientras que “Sweet pea” fue escrita tras nacer Leah, su segundo retoño con la vocalista Dee C. Lee. Su tercer vástago, Dylan, lo tuvo tras un romance con una maquilladora llamada Lucy (sólo dio lugar a una improvisación con el piano no editada en ningún disco) y ha tenido otros dos con Sammi, su actual compañera. Jessie también tiene su canción: “You who brings joy” (Ilumination) y seguramente escribirá otra para Mac, su último hijo. Cinco en total, por lo que el “Modfaher” también es conocido como el Fela Kuti de Londres. Los hijos dan fuerza a Weller. Son fuente de inspiración y alguna vez ha dicho que cuando los mira ve “la cara de Dios”. Es un padre ultraprotector y repite los esquemas educativos que recibió de sus progenitores.


“He’s the beeper”
(Heliocentric, 2000)

El “Modfather” no ha escondido nunca sus preferencias musicales. Este tema está dedicado a Ronnie Lane que, junto a Steve Marriot en los Small Faces fueron los primeros en combinar el pop, el rock y el soul. Weller tambien ha sentido una gran admiración por los Beatles y por Ray Davies. Las influencias del líder de The Kinks se pueden captar en la letra de “Mr. Clean” (All mod cons, 1978). Ambos comparten el gusto por escribir canciones sobre las pequeñas cosas y con una idílica visión de Inglaterra.

“Non stop dancing”
(In the city, 1977)

Manifesto de Weller a favor del soul en detrimento del punk, movimiento al que fue adscrito de The Jam, pero en el que nunca se sintió a gusto. Cree el “Modfather” que Sex Pistols y The Clash no sabían interpretar el sentido de la clase obrera británica, de la que él formaba parte. La música preferida de los jóvenes “working class” (muchos de ellos de estética “skinhead”) de finales de los sesenta y principios de los setenta era el “northern soul”. Paul, que conocía a la perfección esta relación, hizo un guiño a esta tradición citando a James Brown, algo impensable en una banda punk. El soul, no sólo de los sesenta sino de el de décadas posteriores e incluso el actual es una de las grandes pasiones musicales de Weller.

“The Peacock Suit”
(Heavy soul, 1997)

Canción en la que se define como un narcisista. No hay duda de que la música es la principal obsesión de Weller. Pero no la única. La ropa ocupa una posición destacadísima. Durante su adolescencia se vistió como un “skinhead”, algo habitual entre los jóvenes de clase baja británica, independientemente de su ideología. Más tarde adoptó los patrones estilísticos de los mods y durante los ochenta, en los años que lideró Style Council, optó por unas prendas que se alejaban de los estereotipos. Ya en los 90, Weller gasta grandes sumas de dinero en trajes hechos a medida de Prada, Gucci…

“My ever changing moods”
(Café Bleu, 1984)

“Above the clouds”
(Paul Weller, 1991)

“The changiman”
(Stanley Road, 1995)

Conocidos son los cambios de humor de Weller, que desconciertan a su círculo más íntimo. Tiene fama de arrogante, maleducado y de dejarse llevar por la ira con cierta facilidad. Le llaman “Modfurious” o “Hurricane Weller”. Las personas inteligentes conocen sus defectos y por eso el de Woking ha abordado la cuestión en estos tres temas.

Web oficial de Paul Weller.

Myspace de Paul Weller.