McEnroe: «Somos personas calmadas y tratamos al grupo con calma y cariño»

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«McEnroe es una parte luminosa de nuestra vida, una pequeña casa en la que nos reunimos para ser felices»

 

McEnroe cumple veinte años y lo celebra con el epé Veinte y una serie de conciertos. La suya es una de esas historias de éxito gradual, sin grandes sobresaltos. Sobre todo ello charla Fernado Ballesteros con Ricardo Lezón, guitarrista, cantante y letrista de la banda.

 

Texto: FERNANDO BALLESTEROS.
Fotos: PABLO JAÉN.

 

Cumplir veinte años como grupo, es motivo de celebración y si lo haces como McEnroe, a tu ritmo, con tus reglas, aún más. Por eso, los de Getxo, han decidido darle la importancia que se merece a la efeméride, con una serie de conciertos muy especiales y la publicación del epé Veinte. Lejos quedan los tiempos en los que grabaron sus primeras canciones en Apaga el día y me quedo y más tarde en su autoeditado  primer elepe El sur de mi vida. Desde entonces, la banda compuesta por Ricardo Lezón, Gonzalo Eizaga, Edu Guzmàn, Pablo Isusi y Jaime Guzmán, ha ido creciendo a su manera. Adorados por la crítica y con una base de seguidores fieles que no ha dejado de aumentar, la suya es una de esas historias de éxito gradual, sin grandes sobresaltos y con un manejo de los tiempos que ha venido marcado por las propias circunstancias personales de sus miembros.

Al habla con Ricardo, el guitarrista, cantante y letrista de McEnroe, nos deja claro que, por ejemplo, el hecho de vivir en ciudades diferentes, ha sido un factor clave para entender su historia. «Ha sido definitivo y definitorio del carácter del grupo. Nos acostumbramos desde el principio a un ritmo natural, al que podíamos y acabó coincidiendo con el que queríamos. Creo que nunca hubiésemos funcionado con plazos y ensayos constantes. Está bien así, juntarnos cuando nos apetece de verdad y tenemos cosas que decir. Cuando estamos juntos disfrutamos mucho. Somos personas calmadas y tratamos al grupo con calma y cariño». Esa calma, también se transmite en su música, tranquila y siempre generadora de emociones. Una música que llegaría a más gente tras su incorporación a un sello como  Subterfuge. Mundo marino, en 2008 es el primer disco de McEnroe que supone, dentro de ese ascenso tranquilo que les caracteriza, un importante salto de reconocimiento. Un año más tarde, Tú nunca morirás, en el que se cruzan con Abel Hernández, que se encarga de la producción, es para algunos su trabajo más oscuro. Y es posible que sea así, pero sin entrar aquí a discutir todo lo que se ha dicho sobre ellos, me temo que se tiende a abusar de ciertos adjetivos y referencias a emociones cuando lo que dibujan y transmiten con sus canciones es una paleta muy variada de ellas.

 

«Cuando miramos hacia atrás nos gusta lo que vemos y creo que volveríamos a hacer todo exactamente igual»

 

Veinte años enriquecedores

Al echar la vista atrás para hacer balance, Ricardo solo ve cosas buenas. «Todo positivo. McEnroe es una parte luminosa de nuestra vida, una pequeña casa en la que nos reunimos para ser felices. Todo lo que hemos vivido ha sido enriquecedor. Somos los mismos que empezamos, un poco más viejos pero iguales. Cuando miramos hacia atrás nos gusta lo que vemos y creo que volveríamos a hacer todo exactamente igual. Hemos tenido la suerte de poder hacer lo que nos gusta, de viajar, conocer gente cojonuda y disfrutar cada momento».

Entre las personas que han conocido por el camino y que han enriquecido el mundo de McEnroe, está Raúl Pérez, quien produce con ellos Las orillas, publicado en 2012. Un disco que les captura más luminosos. Un gran álbum al que, no obstante, dejará pequeño tres años más tarde, el soberbio Rugen las flores. Ligeramente más expansivos en lo instrumental y tremendamente inspirados, a uno no le extraña que tras ver la luz esta obra, tuvieran la sensación de que habían llegado a algún sitio. ¿Sería el definitivo? Por suerte, no. En un grupo que nunca ha hecho planes sobre su siguiente movimiento, si la meta alcanzada con Rugen las flores era la última, lo terminaría decidiendo el tiempo. Pasados cuatro años regresaron con La distancia. Todas las piezas habían vuelto a encajar y como dice Ricardo, el disco les encontró a ellos. En cualquier caso,  bendito encuentro el que le da forma a unas canciones en las que el piano toma más protagonismo y con unas letras que, si siempre han volado alto, aquí lo hacen aún más.

Y hablando de los textos y siendo estos un importante instrumento en McEnroe, da la sensación de que, igual que unos aumentan su pericia con la guitarra o la batería, Ricardo también ha crecido con el boli y la libreta, aunque él no lo tiene tan claro. «No sé si he ido creciendo. Siempre he escrito canciones de amor y es lo que me sigue inspirando. Con los años el espectro se ha ampliado por necesidad y ya no es solo el amor romántico, he ido a otros lugares. No creo que escriba mejor o peor y tampoco creo que ahora sea más sabio, ni siquiera que sea otro. No tengo conciencia de haber aprendido trucos ni de estar ejerciendo un oficio, sigo escribiendo lo que me sale. Soy muy malo con la ficción».

 

«Es bonito ver cómo la gente joven ve lo que hacemos unos tipos ya entrados en años, comprobar que les llega es algo maravilloso»

 

Veinte, un epé con cuatro canciones especiales

En La distancia ya aparecía Jimena, la hija de Ricardo, que ya había participado en su disco solista y ella es protagonista en Veinte, el epé que incluye cuatro canciones seleccionadas de la trayectoria del grupo grabadas de nuevo para la ocasión. La joven, le pone ese contrapunto femenino a las melodías que, antes, había protagonizado Miren Iza en sus colaboraciones con el grupo. Y la cosa queda muy convincente, aunque con una colección de canciones ya amplia, tuvo que ser duro quedarse con cuatro. «Teníamos muy claras “Rugen las flores” y “Montreal”, porque son dos canciones que nos marcaron mucho. “Montreal” es de las primeras que hicimos y “Rugen las flores” es muy especial por todo, el momento en que la hicimos, la grabación y cómo la disfrutamos en directo». Ricardo confirma que, en el proceso de selección fue muy importante la opinión de Jimena que eligió “Esta misma sensación de soledad”, algo que le hizo mucha ilusión al grupo. «Es una canción que quedó un poco enterrada en el disco y nos gusta mucho. “Cerezas” es quizás la canción que más me gusta de las que he hecho y escucharla en su voz es algo que me hacía mucha ilusión. Es bonito ver cómo la gente joven ve lo que hacemos unos tipos ya entrados en años, comprobar que les llega es algo maravilloso».

Cantar con su hija es uno de esos momentos con los que se queda Ricardo de todo este camino. También tiene que ser bonito, ver cómo ese hogar que es McEnroe, la familia que se reúne allí cuando se puede, va aumentando. «Mencía, la hija de Jaime y Jimena, nacieron el mismo año en el que formamos el grupo y era una idea bonita que celebrásemos  todo eso juntos. Mencía y ella se han ocupado de actualizar las camisetas y Jimena se lanzó a cantar las canciones. Es una celebración de todo». Pues con todo en orden y la felicidad reinando en el hogar de McEnroe, puede que sea un buen momento para romper una de las leyes no escritas en el grupo y preguntar por ese futuro para el que nunca han hecho planes. «Pues a mí me ha dado por hacer canciones y tenemos ganas de hacer un disco nuevo, así que cuando todo cuadre lo haremos. Después de Rugen las flores lo que necesitábamos llegó y ahora otra vez. Somos como los surfistas, sentados en su tabla esperando la ola adecuada, sin prisa, disfrutando de el mar».

Pero lo primero, aunque apuntamos ese futuro disco y lo subrayamos bien fuerte, es seguir celebrando el éxito que supone haberse mantenido unidos todos estos años. Y lo van a hacer en cinco conciertos en los que se va a constatar que, al otro lado, la familia, en este caso de fans, también ha crecido. El 22 de octubre estarán en el Auditorio Caja Granada, en noviembre, el día 5, actúan en el Kafé Antzoki de Bilbao, el 18 en La (2) de Apolo de Barcelona y el 25 en La Rambleta de Valencia. El 17 de Diciembre, La Riviera, en Madrid, le pondrá el broche a un año importante en la historia de McEnroe. Serán noches para repasar ese camino en todas sus etapas. «Si, esa es la idea. Hemos recuperado canciones de todos lados, muchas que no habíamos tocado nunca en directo y es todo un reto ensayarlas y volver a vivirlas». Y lo harán con los nervios y las ganas que siguen intactas.

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