Los Zigarros: «No hay una banda como Los Zigarros»

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«Siempre tuvimos en mente que íbamos a durar»

 

A un mes de cumplir diez años desde la edición de su debut, la banda valenciana Los Zigarros encara la recta final de la gira de su primer disco en directo, ¿Qué demonios hago yo aquí?, que pasará por Valencia (17 de diciembre), Bilbao (22 y 23 de diciembre), Iruña (29), Barcelona (30), Murcia (13 de enero) y terminará en Madrid (20 de enero). Un brindis por esta década de canciones que los hermanos Tormo, Ovidi (vocalista y guitarrista) y Álvaro (guitarrista), repasan en esta charla con Carlos H. Vázquez.

 

Texto: CARLOS H. VÁZQUEZ.
Fotos: THOMAS CANET.

 

Con un cocido madrileño entre pecho y espalda, a Álvaro y Ovidi Tormo les falta bajar el banquete con un café y un pitillo, pero no harán honor al nombre de Los Zigarros; se sentarán en sendos sillones cercanos a una falsa chimenea. «Uno de los vídeos más vistos en Netflix es uno de una chimenea en alta resolución», cuenta Álvaro. Ovidi, su hermano, le escucha mientras contempla con interés un grueso tomo que acaba de sacar de la biblioteca del hall del hotel, donde unos minutos antes le habían pedido una foto. No sonarán en la radio, pero por aquí se les reconoce. De Netflix, los dos hermanos llegan a la gastronomía de León, pasando por la idea de una especie de Guía Michelin para las bandas en la carretera. Los Zigarros cumplen diez años, quien lo probó lo sabe.

 

¿En el rock está todo inventado?
Álvaro Tormo: Creo que las bases sí, lo que pasa es que, dentro de las bases, puedes experimentar. Pero no es solo en el rock, en todos los estilos está casi todo inventado. Luego, cada cual le da su toque, pero los pilares creo que sí.

 

Si está casi todo inventado en el rock, ¿cómo se sobrevive en él?
Ovidi Tormo: Dándole la vuelta con tu personalidad, que es lo que hace cada banda: coger los mismos ingredientes y darle otra mirada.

 

Pero el sentimiento de supervivencia no es lo que se tiene cuando se empieza en una banda de rock…
Álvaro Tormo: No, porque como no crees que vaya a durar… Mira, el otro día leí una entrevista en la que le preguntaban a Jack White: «¿Por qué, por ejemplo, en Estados Unidos los números uno de las listas eran hip-hop o música urbana?». Y él respondía: «Yo creo que una de las razones es porque el rock, en su esencia, tiene el corazón como antiguo. Tú tienes una letra de hip-hop y pueden hablar de cosas del presente, usando palabras modernas. Es difícil hacer una canción de rock que hable con términos como Instagram, sin embargo, un rapero lo diría sin ningún problema». Decía que al rock le falta perderle el miedo a modernizarse.

 

¿Habría que actualizar los códigos?
Álvaro Tormo: Él dice que sí y, de hecho, en su último disco, comentaba que quería meter la palabra Facebook, por ejemplo, solo por intentarlo. Que no nos dé tanto miedo hablar de cosas modernas, que parece que el rock tiene que vivir en el pasado.
Ovidi Tormo: Pero tiene que tener unos ingredientes para ser rock. ¿Existiría el rock and roll sin guitarras? Sí. ¿Sin baterías? ¿Sin baterías y sin guitarras? Puede ser, porque una voz realmente sola puede rockear a capela, puedes reducirlo a lo mínimo, pero tiene que haber algo que siempre esté.

 

¿En estos diez años alguien esperaba que Los Zigarros llegaran a cumplirlos? ¿Es muy relativo el tiempo en una banda de rock?
Álvaro Tormo: Nosotros siempre tuvimos en mente que íbamos a durar. Siempre nos pareció que iba a ir todo para arriba.
Ovidi Tormo: Yo sabía que iba a funcionar.
Álvaro Tormo: Cuando digo para arriba no digo en cuanto a fama, sino a continuidad. A ir subiendo escaloncitos: en composición, en lo que sea…
Ovidi Tormo: Cuando nos juntamos los cuatro, cuando hicimos la banda y empezamos a ensayar, tenía la certeza de que cuando la gente lo escuchara le iba a gustar mucho y se iba a emocionar y no había una banda así… Eso es lo que sentí desde el principio, el motor, y lo sigue siendo. No hay una banda como Los Zigarros.

 

Pienso en “De nada sirve hacerse mayor”, de Los Perros del Boogie, que luego cantasteis en Los Zigarros. ¿Lo importante del rock, al final, es el sentimiento?
Ovidi Tormo: Con el arte en general. Cuando hablas de cosas universales todo el mundo las entiende. Recuerdo que esa canción la escribí en diez minutos en la cama, después de la siesta, tonteando. Salió rápido, porque cuando sé de lo que quiero escribir sale rápido. Me suele pasar. Hay veces que empiezas a hilar cosas y das con una estética guapa o lo que sea, pero esta salió muy clara y supongo que es por eso.

 

¿Y de nada sirve hacerse mayor?
Ovidi Tormo: Bueno, no. Yo me siento cada vez mejor. Me gusta hacerme mayor. Me siento mucho mejor. En lo físico… bueno, hay cosas peores, pero también me siento mejor en lo físico. Fíjate.
Álvaro Tormo: Yo también, sin duda. Pero creo que la esencia de esa canción es el momento en el que está escrita por alguien de esa edad. He sentido todo lo que dice esa canción: yo no quiero hacerme mayor para asumir todas esas responsabilidades, todo lo que viene con la edad… pero claro, te vas haciendo mayor y te das cuenta de que la vida es así. Yo también me siento mucho mejor que cuando tenía veinticinco años: mucho más seguro de mí mismo, más maduro….
Ovidi Tormo: Estaba recordando la letra. Todo lo que digo en la letra lo sigo manteniendo; prefiero trabajar en lo que trabajo que en otra cosa. Está dicho de una manera infantil, pero es clara.

 

¿Salir de gira es como ir de Erasmus?
Ovidi Tormo: Sí. Recuerdo en ese momento que salir de gira era como cuando en el colegio era lunes y te decían que había excursión. Daba igual dónde fueras, el caso es que no estabas en el colegio. Y aquí era igual. Teníamos que tocar en Valladolid, Lugo, Cádiz… ¡Pues claro! Cualquier cosa antes que estar en casa o con mis colegas de siempre haciendo las cosas de siempre.

 

También es verdad que era solo un fin de semana…
Álvaro Tormo: Un poco antes de dejar Los Perros del Boogie tenía una banda con mi hermano y otras dos más. Curraba en un almacén desde las ocho de la mañana hasta las siete de la tarde con la carretilla y ensayaba los lunes, martes, miércoles, jueves… hasta las once, y luego medio dormía y el fin de semana tocábamos. Y no me parecía ningún esfuerzo.

 

Ovidi Tormo: Era el máximo subidón.
Álvaro Tormo: Era como que no tenía nadie ahí. No ganábamos ningún dinero en esa época, más bien perdíamos, es verdad, pero quería volver a hacerlo el fin de semana siguiente.

 

¡Qué bajón el domingo pensar en volver el lunes a currar!
Ovidi Tormo: Sí, bueno, por eso dejamos los curros muy rápidamente, porque notábamos que la banda funcionaba y que no tenía ningún sentido compartir esa energía.

 

¿En qué momento tuvisteis que elegir entre el curro y la música?
Álvaro Tormo: Creo que Ovidi lo dejó antes que yo, como seis meses o un año antes que yo. Empezó a dar clases y cosas así. En mi caso, llegó un punto que entré por la puerta del almacén donde curraba y pensé: «Es la última vez que quiero entrar por aquí».

 

¿Te empujó a tomar la decisión que tu hermano se hubiese ido antes?
Álvaro Tormo: También, claro. Pero no fue el detonante. El detonante fue lo que dices tú «el lunes» y, sobre todo, en un curro que era cero imaginativo, cero fantasía… No tenía nada que ver con el cerebro. Simplemente, alguien te decía: «Recoge ese ladrillo y lo pones ahí», y lo tenías que hacer. Lo hice durante muchos años y me pareció perfecto, pero hubo un día que dije que no lo quería hacer más; quería ser el dueño de mi vida o de mi empresa o de mi grupo.

 

Álvaro: «Curré muchos años en un almacén, pero hubo un día que dije que no lo quería hacer más; quería ser el dueño de mi vida o de mi empresa o de mi grupo»

 

A pesar de todo.
Álvaro Tormo: Y apostando lo que sea. Quiero ser yo el que diga si me tengo que levantar a las nueve o si me tengo que acostar a tal hora o si tengo que ir aquí. Y así, de repente, dije: «P’alante».

 

¿Teníais que pedir muchos permisos para poder tocar?
Álvaro Tormo: Es que Ovidi y yo currábamos juntos en la última época.
Ovidi Tormo: Yo tenía bandas de versiones y ya no estaba currando ahí. Daba clases y ganaba más que currando, de esta manera o tocando versiones en bares. Pensé: «Esto es una delicia. ¿Qué cojones he estado haciendo toda mi vida?».
Álvaro Tormo: Es que hay una especie de libertad… Si tienes una banda de covers, sobre todo en nuestra zona, en la Marina Alta, que es una zona de costa bonita, y tocas tres o cuatro veces a la semana, es un curro que puedes hacer prácticamente hasta que te mueras. A mí me parecería una manera de la hostia de vivir tu vida. Es tranqui.
Ovidi Tormo: No tienes jefes, no te levantas nunca pronto. El lunes es igual que el viernes. No hay lunes.

 

¿Eso no lo haría aburrido? Si todos los días son iguales…
Ovidi Tormo: No, porque no todos los días son iguales. Puedes tocar un lunes y no un sábado, puedes hacer lo que quieras porque eres tu jefe.

 

Antes del primer disco, le llevasteis a Carlos Raya unos temas que no le gustaron nada; os dijo que quería captar vuestro sonido del directo. Dormíais en casa de Raya, imagino que no se pegó ojo.
Álvaro Tormo: Pasamos muchas noches en vela allí.
Ovidi Tormo: Menos mal que lo dijo, porque salió un disco cojonudo. Supongo que tenía razón y las canciones no eran tan buenas. Ni las recuerdo.
Álvaro Tormo: Yo sí, algunas. Tengo cosas en la cabeza, no sabría decir, pero es verdad que, sobre todo, ese primer disco fue muy potente, porque nosotros queríamos hacerlo muy bien y porque, cuando habíamos dejado el curro, el tiempo corre; o lo haces bien a la primera o, si no, a la segunda o…

 

Entiendo que era más apuesta publicar un disco que salir a tocar…
Ovidi Tormo: No era por el curro ni nada. Queríamos que saliera bien. Yo siempre pensé, y lo sigo pensando, que de una manera u otra me ganaría la vida tocando la guitarra, pero es que teníamos ahí a Carlos Raya, a Universal, a [Xabier Arretxe] Polako… Tres pilares muy grandes apostando por unos chavales de los que ni siquiera habían oído nada y que ya habían pagado un disco.

 

¿Lo pagasteis vosotros?
Ovidi Tormo: No, no. Ellos. Ellos nos contrataron y confiaron un poco… También [Carlos] Tarque apoyó mucho, nos hizo de padrino en ese momento. Habló con las partes y dijo: «Estos molan».

 

Al final tuvisteis jefes, otra vez.
Álvaro Tormo: Sí [risas].
Ovidi Tormo: Bueno, pero no… No son jefes, porque mi mánager no es mi jefe. No tengo que responder ante ellos. Al final es mi responsabilidad. Pero me mola que, si ha venido Carlos Raya, hagamos algo bueno con él.
Álvaro Tormo: Es diferente, porque aunque Universal o cualquier otra compañía dijera «dame el disco mañana», si no lo tienes… no te pueden obligar. No es como un jefe que te dice «vente el lunes a las siete» y si el lunes a las siete no estás, te despide.
Ovidi Tormo: Para nosotros fue un salto a la primera liga.

 

¿Es complicado dar un salto a la primera liga?
Ovidi Tormo: Sobre todo porque nunca habíamos currado con un productor, un mánager ni una discográfica. Recuerdo cuando nos llamaba Polako… Yo en ese momento pasaba totalmente del móvil y me llamaba e igual no se lo cogía en tres días porque estaba por ahí, y recuerdo que un día me dijo: «Tío, que hay mucha peña que mataría porque le llamase y tú estás sin cogerme el puto teléfono tres días».

 

¿Cuál fue la primera canción vuestra que sonó en la radio?
Ovidi Tormo: No hemos sonado. Sonamos en radios pequeñas o en Radio 3 alguna vez.
Álvaro Tormo: [Risas] Yo creo que ninguna.

 

Cadena SER… no digo en 40 Principales.
Ovidi Tormo: Es que no sonamos en las radios grandes. A lo mejor nos ponen anecdóticamente si estamos de promo y vamos a hacer alguna entrevista, pero ¿quién pincha Los Zigarros en las radios grandes? Nadie. Bueno, en RockFM.
Álvaro Tormo: Me acuerdo que con Universal, como la mayoría de sus artistas sonaban en Los 40 Principales, lo intentaron, pero no lo querían.
Ovidi Tormo: Las radios grandes no pinchan rock.
Álvaro Tormo: No pinchan ni pop rock.
Ovidi Tormo: Y Radio 3 no lo considero radio grande.

 

Pero sí se os escucha en los bares…
Álvaro Tormo: Sí, en los bares sí. Mogollón. De hecho, nos llegan todo el rato cosas de «os han puesto en el bar…» porque les molan.

 

¿Y quiénes tienen razón: los que pinchan en la radio o los que pinchan en un bar?
Álvaro Tormo: Hay un disco de Tom Petty que se llama Last DJ. La letra habla un poco de eso. Nos dijeron que los DJ que pinchaban dejaron de tener potestad de pinchar lo que les daba la gana. No digo que nosotros les gustáramos. Sea lo que sea lo que les guste, si no pueden poner lo que les gusta, tiene que ver un montón de cosas de si esto funciona, esto puede ser, esto no…

 

«La música underground nunca para, lo que pasa es que no se le hace caso»

 

Si un segundo disco es una reafirmación, ¿qué es un tercer disco? ¿Un asentamiento?
Ovidi Tormo: Cuando íbamos a hacer el tercero nos decían: «Cuidado, es que el tercero es…». ¿Pero qué es el tercero? Son más canciones y ya está. A lo mejor son mejores canciones o peores o estás más enamorado o no… o yo qué sé. A lo mejor hay menos «caralleo» y es más oscuro, más profundo.
Álvaro Tormo: Creo que estábamos más cabreados. Apaga la radio es una manera de decir que habían cambiado las cosas y así son, porque nosotros lo hemos visto de primera mano. A nosotros nos han dicho: «No es que no os quiera poner, es que no os puedo poner». La banda que me cambió la vida fue Nirvana y yo la vi en Los 40 TV cuando lo presentaba Fernandisco en Canal +. Soy del 83 y tendría siete u ocho años. Y podías ver a Marta Sánchez y el cuarto en la lista a lo mejor era Loquillo y el quinto eran Duncan Dhu… Era de canción de pop rock. El tema “Apaga la radio” habla de que ni el pop rock suena en la radio. Yo no escucho en la radio bandas como Duncan Dhu o Los Secretos.

 

Antaño, publicar un disco en directo era un hito muy importante dentro de una banda. Es verdad que, como decías antes, un tercer disco no tiene por qué significar nada, pero un disco en directo sí. ¿El directo que grabasteis cerraba un ciclo?
Álvaro Tormo: Creo que sí que cerraba un pelín. Aunque no sé si cerrar es el término, pero englobaba una parte de nuestra carrera y estábamos muy bien ahí en directo.
Ovidi Tormo: El primero de Jane’s Addiction (Jane’s Addiction) es un live. La movida es que [Perry] Farrell decía que cuando Warner los quiso fichar, él dijo que vale, pero que antes de que lo jodieran todo tenían que grabar un directo para que el mundo supiera cómo eran de crudos, porque luego, cuando grabas, sueles ser menos crudo.

 

¿Hay poco rock and roll?
Ovidi Tormo: Sí que hay rock and roll. No es su momento por lo que sea; en cada periodo funciona una cosa y parece que no existe nada más, pero los locales de ensayos están llenos de grupos haciendo ska, reggae, funk, gente compartiendo locales… Eso nunca cesa. Cuando digo rock digo todo eso, todas esas músicas underground. Eso nunca para, lo que pasa es que no se le hace caso.

 

Si hay un cuarto disco de Los Zigarros, ¿por dónde tirará?
Ovidi Tormo: Supongo que tiraremos por el rock and roll, espero que continuemos abriendo… A mí me gustaría hacer cosas distintas y lo mismo. Todo lo que nos gusta tocar suena bien… Podemos tocar muchas cosas.

 

Sabiendo todo esto, volvemos a la primera pregunta: ¿cómo se sobrevive en el rock?
Álvaro Tormo: Escribiendo canciones.
Ovidi Tormo: La canción te va diciendo hacia dónde quiere ir. Si trabajas y estás encima de esto todo el rato, sale. Escuchas música nueva, libros nuevos, estímulos… le vas dando la vuelta a lo mismo constantemente y sale una cosa nueva.
Álvaro Tormo: Pasa en el arte. El cine… La cantidad de veces que me han contado la misma cosa quinientas veces y es acojonante, pero está contado de otra manera. Tiene ese punto individual que le da personalidad. En el momento en que alguien coge una guitarra o lo que sea y transmite algo, eso es el rock.

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