Los Pedales: Un paso atrás y dos adelante

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«La música está muy infravalorada. Es muy desesperante ver cómo se va perdiendo la cultura musical en este país»

Sesenta conciertos en un año. Los Pedales, aupados en su elaborado folk-rock, han logrado que su debut, «Nuevo mundo» (publicado hace un año), no pasara desapercibido. Ante el fin de gira, el 27 de mayo en Madrid, Eduardo Tébar hace balance junto a ellos.


Texto: EDUARDO TÉBAR.


Los hermanos Rodolfo y Gustavo Muñoz culminan el 27 de mayo en la sala El Sol de Madrid una temporada frenética. Sesenta conciertos, cifra nada desdeñable para un grupo joven de folk-pop que defiende su primer disco. Las canciones de “Nuevo mundo” se benefician de maneras atemporales. Los abulenses podan referencias modernas, escamondan corrientes efímeras y se agarran a los clásicos. Mientras agotan sus últimas actuaciones en Bilbao y Zaragoza, Los Pedales pespuntan el material de su próximo álbum, que esperan publicar a principios de 2012. “Y después, volver al directo con repertorio nuevo y energías renovadas”.

Hace un año y medio se dijo en EFE EME que este disco envejecerá bien. ¿Se cumple el pronóstico?
[Rodolfo] Bueno, hasta ahora no se puede decir que el disco sea anciano, pero lo que si nos da la impresión es que, hasta ahora, ha tenido una buena acogida por parte del público. Donde más nos hemos dado cuenta ha sido en las presentaciones en directo. Durante este año hemos hecho unos sesenta conciertos, interpretando las canciones registradas en “Nuevo mundo”, y podemos decir que la respuesta de la gente ha sido muy buena. Ha gustado la propuesta y, por lo tanto, se supone que también el disco.

Vuestra agenda engorda.
[Gustavo] Quizá lo asimilemos bien cuando paremos la maquinaria después del fin de gira, porque cuando estás centrado en el día a día, como ha sido nuestro caso, no terminas de ser del todo consciente de la situación que vives cuando lo tienes presente. Y más cuando estás participando en momentos que hace años ni nos imaginábamos que nos iban a suceder. Pero, hablando a nivel más general, ha sido muy gratificante ver cómo el trabajo previo a la gira y la grabación del disco era fructífero.

¿Y el rodaje en directo?
[Rodolfo] El rodaje desde un principio fue la fórmula que más nos sedujo. La intención siempre fue hacer el mayor número de bolos dentro de nuestras posibilidades. En un año vamos a hacer unos sesenta conciertos y creemos que ha sido lo mejor que nos ha podido pasar, ya que es la manera por la que mejor se llega a la gente y más se crece como artista y persona. Somos un poco más artistas que hace un año, y eso no cabe duda de que ha sido por el rodaje.

¿Por qué “Nuevo mundo” no parece un disco de debutantes?
Necesitó un año y medio de grabación, durante fines de semana, para registrarse al completo. Puede que aquí esté una de las claves. En el propio estudio hicimos las labores de preproducción, producción, grabación e incluso algo de composición. Por lo tanto, estuvo todo muy cuidado. Además, entre la gente de producción y nosotros dos, ofrecíamos varias visiones para conformar el resultado final. Siempre nos han gustado los discos con mucha variedad y las canciones donde ocurren cosas. Esto es algo que teníamos claro desde el principio y trabajamos duro entre todos para que así fuera.

¿Cambiaríais algo ahora?
[Gustavo] Somos tremendamente autoexigentes y nunca vamos a estar contentos al cien por cien con lo que hagamos, ya sea un disco o un concierto en directo. Pensamos que siempre se puede hacer mejor. Pero, si lo pensamos con frialdad, consideramos que es absurdo quejarse de un trabajo que has hecho lo mejor que has podido y con toda la ilusión del mundo. Porque, al fin y al cabo, un disco no es más que el reflejo del momento que vive un grupo o artista en cada momento. No sería justo perder ese encanto.

Julián Maeso es especialista en convertir en oro todo lo que toca. ¿Cómo se coló en la grabación?
[Rodolfo] Julián es amigo de los productores del disco [Alfonso Ferrer y Antonio Quintana, de AFS, en Toledo]. Entonces, la verdad, no fue difícil que grabara. Todo un lujo. Nosotros ya le admirábamos como músico antes de que se pasara por allí. Su colaboración fue todo un placer para nosotros.

Los arreglos están cuidados al detalle. ¿De qué manera repartís las labores?
[Gustavo] No tenemos una regla establecida. Cada uno opera en su parcela compositiva y nos repartimos el trabajo. Partiendo de esa base, las canciones salen de una forma u otra. Las composiciones pueden ser mías, de Rodolfo, o a medias. Y lo más importante: si una canción es solo de una de las partes, para que pase la criba, debe tener la aprobación del otro. Somos los que mejor sabemos lo que la otra mitad hace mejor.

¿Existe ya una canción bandera en el repertorio?
[Rodolfo] Con el paso del tiempo, sí que es verdad que hay canciones que envejecen mejor que otras. Hoy podemos decir que canciones como ‘Razones comunes’ o ‘La máquina del tiempo’ ondean de una manera más lustrosa que otras. Pienso que es algo natural.

Vi un single potencial en ‘Te gusta gustar’, con esos aires británicos y refinados.
[Gustavo]
Es una canción con una clara influencia del pop británico de los años sesenta, en su faceta más informal y desenfadada en cuanto a letra. Un terreno que ahora mismo tenemos bastante aparcado y que no sabemos si repetiremos en el futuro, porque ahora el cuerpo nos pide contar otras cosas y hacer otro tipo de canciones. Renovarse o morir, vamos.

También se desmarca ‘Desorden’, donde aflora una vena de folk norteño.
[Rodolfo] La verdad que no habíamos encontrado relación entre la vena folk y el hecho de ser de Ávila. Pienso que el folk de raíz, venga de donde venga, tiene relación entre sí de algún modo. Puede que sea la música más orgánica. En ‘Desorden’, en concreto, sí que es verdad que tiene una vena celta. Esta cultura en nuestra provincia caló bastante. Así se ha ido descubriendo a lo largo de los años. Por lo tanto, a lo mejor nos identifica más de lo que pensábamos. Esto es, cuanto menos, curioso.

¿Y el afán cuentacuentos de las letras?
[Gustavo] A nivel general, las afrontamos desde el punto de vista observador. Aunque las letras tengan influencia de nuestras propias experiencias, que al fin y al cabo son nuestro punto de partida, intentamos contar o cantar historias que vemos y nos llaman la atención. Nos sentimos mucho más cómodos en esa posición.

¿Qué pensáis para el segundo lanzamiento?
[Rodolfo] En cuanto terminemos la gira de presentación de “Nuevo mundo” nos pondremos a hacer la preproducción de los temas para el nuevo disco, que ya tenemos empezada. A principios de septiembre está previsto ir a grabar nuestro segundo disco al estudio de Paco Loco. Nos motiva y nos apetece muchísimo. Hay que tener en cuenta que, desde que comenzamos la grabación de nuestro primer disco, van a pasar casi cuatro años. Es normal que nos apetezca ir renovando repertorio. Ya os iremos contando.

Los universitarios ven el futuro negro. ¿Y los músicos?
[Gustavo] Si nos basamos en la realidad, está claro que también. Es una de las cosas que más nos han impresionado estando de gira. La música está muy infravalorada. Es muy desesperante ver cómo se va perdiendo la cultura musical en este país. Sigo sin dar crédito cuando oigo decir a alguien que diez euros es un precio muy elevado para un disco y luego invierte su dinero, con todo el conocimiento, en una copa de garrafón, por ejemplo. O cómo las salas de conciertos más modestas están intentando sacar adelante una programación y todo el trabajo resulta en balde. Evidentemente, si tuviéramos en cuenta todas estas cosas, nos quedaríamos en casa. Nosotros creemos en este proyecto y vamos a trabajar todo lo posible para llevarlo a cabo. Es lo único que se nos pasa por la cabeza. Porque si no, apaga y vámonos.

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