Los gestos que delatan a Iván Ferreiro

Autor:

ivan-ferreiro-07-04-17-a

“El Iván que se subió la noche del jueves a La Riviera ya llevaba varios meses puliendo el show y estaba mucho más confiado. Y sus gestos le delataban”

 

En plena gira de su último trabajo, “Casa”, Iván Ferreiro regresa a Madrid cuatro meses después de actuar en el Palacio de Deportes. En el concierto que ofreció en La Riviera estuvo Arancha Moreno.

 

Iván Ferreiro
La Riviera, Madrid
6 de abril de 2017

 

Texto: ARANCHA MORENO.
Fotos: J. PEREA

 

Tus gestos te delatan. Cuando Iván Ferreiro saca la mano de paseo, la detiene en su cintura y echa el codo hacia atrás, es que está a gusto. Está disfrutando del escenario, ese lugar que se gana noche a noche desde hace más de 25 años. Cuatro meses después de asomarse al vértigo del Palacio de Deportes, donde actuó ante más de 6.000 personas, el vigués regresó a Madrid para seguir demostrando las bondades de su último disco, “Casa”. En este caso, para demostrarlas mejor. Porque el Iván que se subió la noche del jueves a La Riviera llevaba varios meses puliendo el show y estaba mucho más confiado. Y sus gestos le delataban. Tardó poco en quitarse las gafas y salir de la trinchera de su Korg rojo, donde empuñó ‘Dioses de la distorsión’, el arma que usa en esta gira para abrir fuego en lugar del antiguo ‘Me toca tirar’. Con ‘El Bossón de Higgs’ se levantó al ritmo contundente de su banda, protagonizando su primer paseo por el escenario. Se libró de la chaqueta antes de llegar a la tercera, ‘Casa, ahora vivo aquí’, un tema que cobra más sentido en una sala donde ha tocado decenas de veces a lo largo de su vida. Acompañó los acordes cantando sin micrófono y bailó con un movimiento casi de esquiador, ralentizando sus pasos, completamente envuelto por la música. Y se la dedicó al público: cambió el “estaban” por “estabais todos los que importan”. Era así.

Las paredes de La Riviera debieron reconocer el envolvente ‘Inerte’ que sonaba casi quince años atrás cuando lo entonaba con Piratas. Vibraron con ‘Toda la verdad’, con la que también vibró él, cada vez soltando más la voz. El intérprete le estaba ganando la partida al compositor, desprendiéndose de cualquier rigidez pasada, y en muchos momentos olvidándose de la contención que profesa en los últimos discos para rasgarse como antaño. ‘Canciones para el tiempo y la distancia’ le recordó a sus primeros pasos en solitario y cuando terminó de bailar ‘Pájaro azul’, confesó que estaba siendo “una puta maravilla”. Es curioso como ‘El viaje de Chihiro’, con ese inicio casi industrial, se ha convertido en un auténtico hit festivalero. Sin embargo, dos de las nuevas, ‘Tupolev’ y ‘Todas esas cosas buenas’ no acaban de levantar a la sala, salvo ese momento en el que lanza su particular verso vikingo: “Todas las canciones no podrán”. No dice con qué no podrán, pero no podrán con él.

 

ivan-ferreiro-07-04-17-b

“El intérprete le estaba ganando la partida al compositor, desprendiéndose de cualquier rigidez pasada”

 

Tras interpretar las diez primeras, Ferreiro insinua que ya está terminando, porque en este país “No se puede hacer chistes y los conciertos duran media hora. Es la nueva ley”. Continúa como si no hubiera roto un plato con la naïff y limpia ‘La otra mitad’. Aunque el repertorio es casi idéntico al que presentó meses atrás, el show está fluyendo con mucha más naturalidad, más confianza, más rodaje. Y al llegar al ecuador del concierto, el tiempo se congela. La emoción de ‘El equilibrio es imposible’ sigue estando tan viva y pura que pone los pelos de punta. Las guitarras inquietas de Emilio Saiz podrían gustarle al mismísimo Fon Román, coautor de aquella canción de Piratas cosida con un hilo irrompible. Sigue siendo un himno inmortal, y lo usa para fingir su primera despedida.

‘Dies Irae’ trae más oscuridad y más densidad a escena, pero las atmósferas cambian continuamente. La culpa la tienen los seis hombres que rodean al vocalista: su hermano Amaro y Emilio Saiz a las guitarras, Pablo Novoa a los teclados, Marta Toro (“a los teclados y mandangas, una mujer guapísima”, según el vigués), Xavi Molero a la batería y oculto entre las sombras, como en “Dragones y mazmorras”, la silueta inconfundible del bajista y productor Ricky Falkner. Todos al servicio de las canciones, probablemente la mejor banda que ha acompañado a Ferreiro en toda su trayectoria en solitario. Justo entonces llega ‘Santadrenalina’, desapercibida en la recta final de la carrera de Piratas y rescatada de entre los escombros por su autor, que se pone frente a Emilio mientras los dos se van agachando absortos, lejos ya del resto de los mortales. En los últimos coletazos, Iván lleva ese gesto al extremo. Se sitúa en el centro del escenario y mientras canta “minimizo mi consumo y dejo de sentir” se agacha y se encoge completamente hasta hacerse un ovillo y desaparecer de nuestra vista. Se encoge en su caparazón mientras se muestra más libre que nunca. Y después, vuelve a ponerse en pie con la misma fortaleza.

 

ivan-ferreiro-07-04-17-c

“La emoción de ‘El equilibrio es imposible’ sigue estando tan viva y pura que pone los pelos de punta”

 

El desgarro de ‘Extrema pobreza’ sube las revoluciones en directo, ‘N.Y.C.’ desprende luz, como su niña, y ‘El viaje a dondenosabidusientan’ sigue corriendo hacia delante antes de volver a parar el tiempo en ‘El pensamiento circular’, con esa cadencia que nos atrapa, nos envuelve en una pompa de jabón y nos eleva hacia el techo de la sala. La burbuja se rompe ahí, cuando se marchan del escenario a la hora y media de empezar el concierto. Vuelven con ‘Farsante’, Iván sentado de nuevo a los teclados. Después de intepretar la primera estrofa se detiene abruptamente, porque algo falla: “Estaba pensando en Leiva. Me olvidé de llamarle”, se excusa divertido antes de volver a empezar. En directo la visten mucho más que en el disco, y la distorsión la enrarece uno poco, quizá porque no nos llega tan limpia a los oídos, con esa pureza con la que fue grabada. Para abordar ‘Espectáculo’, el Ferreiro más melódico coge el micro y se levanta. Cualquier crooner clásico podría robársela para su repertorio. El siguiente hurto llega cuando suena ‘Años 80’ al piano. Iván aporrea las teclas y deja que el público se adueñe de la letra en las primeras estrofas. Siempre le roban la canción que odiaba, y hoy, también.

Con ‘Los restos del amor’ sigue el sendero bailongo que ha caracterizado gran parte del show, y para cantar aquello de “Soy el guardián de tus siete puertas” sale a escena Martí Perarnau, líder de Mucho, que ha sido espectador durante la primera parte. Le sigue ‘Cómo conocí a vuestra madre’, empastando a la perfección con la anterior, y volviéndose casi dance mientras canturrean aquello de “fue todo un milagro”. Martí, con disimulo, se ha sentado en el piano de Iván para quedarse un ratito más con ellos, aunque será poco, porque vuelven a despedirse. Apenas un minuto después, regresan y anuncia la última: “Una y nos vamos. Y no va a ser ‘Turnedo’”, dice, pinchando al público. Sospechamos que la guarda para el final, pero será cuando él quiera. De momento, suena otro tema de Amaro, ‘S.P.N.B.’, a caballo entre la ranchera y los aires caribeños, ¡casi reggae! Están jugando y la canción, cuando es buena, no importa si lleva lentejuelas, sombrero de cowboy o volantes.

 

ivan-ferreiro-07-04-17-d


“‘El pensamiento circular’, con esa cadencia que nos atrapa, nos envuelve en una pompa de jabón y nos eleva hacia el techo de la sala”

 

Superando la veintena de canciones, a minutos del final, llega ‘Promesas que no valen nada’ más épica aún que de costumbre, derivando como es habitual en el ‘Insurrección’ de El Último de la Fila. Seguramente Manolo García y Quimi Portet nunca la tocaron con tantas atmósferas, porque no conocían al hijo de Suso Saiz. ‘El dormilón’ es otro chute de energía, un pase de balón que va del escenario al público, y del público al escenario. Y ahí, ahora sí, suenan mezcladas el ‘Diecinueve’ de Maga y el ‘Turnedo’ que compuso Amaro, tan torrencial como cuando lo escribió. Tan imbatible como han estado en ese escenario al que volverá el próximo 22 de junio. Iván se ha dejado llevar por las canciones, bailando y apoyando su mano en la cintura más que de costumbre. Sus gestos le delatan. Está de vuelta, y en su mejor momento.

 

ivan-ferreiro-07-04-17-e

 

Setlist:
Dioses de la distorsión
El Bosson de Higgs
Casa, ahora vivo aquí
Inerte
Toda la verdad
Canciones para el tiempo y la distancia
Pájaro azul
El viaje de Chihiro
Tupolev
Todas esas cosas buenas
La otra mitad
El equilibrio es imposible
Dies Irae
Santadrenalina
Extrema pobreza
El viaje a dondenosabidusientan
N.Y.C.
El pensamiento circular

Farsante
Espectáculo
Años 80
Los restos del amor
Cómo conocí a vuestra madre

SPNB
Promesas + Insurrección
El dormilón
Turnedo + Diecinueve

Artículos relacionados