Leiva: Sol en invierno

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«Ser músico es ser valiente. Es subirte a un alambre sin arnés y quien consigue pasarlo, tener comida en la nevera y un plato caliente, es muy afortunado; y hay que saber valorarlo cada día»

Leiva, la mitad de Pereza, debuta en solitario con «Diciembre». Del disco, de sus planes y del futuro de Pereza conversa con Chema Domínguez.

 

 

 

Texto: CHEMA DOMÍNGUEZ.

 

 

 

Leiva estrena camino propio con “Diciembre”, al margen de Pereza y con una primera colección vibrante de canciones: ‘Vis a vis’ o ‘Eme’ así lo demuestran. Fresco, ilusionado, y con ganas de explicarse, Leiva me recibe en las instalaciones de su discográfica, en la sala de las grandes ocasiones. Con él, charlamos.

Quería empezar por ‘Eme’ y su clip, intenso y fantásticamente interpretado por dos marionetas. ¿A quién se le ocurre la idea?
Estábamos como muy obsesionados con el principio de una peli que se llama «Cómo ser John Malkovich» donde el protagonista está moviendo unas marionestas con una realidad y una mirada que nos obsesionaba mucho… Queríamos representar las miradas y los actos humanos con las marionetas, solo con movimientos. Queríamos buscar la poesía del vídeo en ellas, que tuviera una onda muy Tim Burton. Es un vídeo que nos apetecía mucho hacer. Peligroso porque es muy delgada la línea de que esté bien o sea muy cutre, y creo que hemos conseguido algo bonito.

Más que bonito, ha quedado muy intenso en todo lo que refleja: pasión, amor, sexo, muerte…
Tiene cosas humanas, en realidad; joder, he leído por ahí quien se ha escandalizado pero la gente de los vídeos de reggaeton están con cuarenta tías en bikini en un yate: no hay nada más vulgar que eso.

«Dicembre» lo has producido, lo has grabado en casa, has tenido todo el tiempo que querías… Hacerlo así, a fuego lento, ¿es una de las lecciones aprendidas durante estos años para que todo salga bien?
Creo que ese es el tesoro del disco: no tener fechas, y sobre todo que nadie de la compañía ni nadie sepa qué estoy haciendo, ni cómo, ni cuándo, ni nada. Me puse a trabajar en casa y he tenido tiempo para investigar, para probar. He grabado las guitarras, las baterías, los bajos, y lo he producido. He tenido tiempo para trabajar sin presiones. Se parece muchísimo a lo que quería hacer y eso para mí ya es un éxito.

En el texto promocional de «Diciembre» se subraya que has sido instintivo y obsesivo. No será para tanto.
La verdad es que hay una pequeña cosa que todavía no tengo bien colocada: no consigo desligar la obsesión del trabajo. En las grabaciones hay momentos donde me enfrento a un momento sufrido y obsesivo casi siempre. Y en casa, solo, grabando, produciendo y tocando todos los instrumentos se te va un poquito de las manos. Pero en esos momentos necesito a mis amigos músicos, a mi banda, que son mis amigos del barrio y me dan la perspectiva que necesito: «te estás poniendo muy intenso por aquí, afloja por allá»…

Empieza «Diciembre» con ‘Nunca nadie’ y hablas de miedo, luego, directamente, una de las canciones se titula así, ‘Miedo’. ¿Este sentimiento es uno de los motores principales del disco?
Uno siempre piensa «en este disco no me voy a exponer tanto, no voy a contar tanto lo mío», luego acabas haciendo así [se mira al interior de la camiseta], mirando lo que hay dentro. No tenemos la capacidad literaria que tiene Serrat, de inventarse historias fantásticas que parecen vivencias propias y no lo son. En un año donde paras, que no sabes muy bien qué vas a hacer ni cómo lo vas a hacer… Todas esas preguntas, todo ese vértigo, todas esas emociones fuertes de desarraigo, de desubicación, todo ese miedo al fin y al cabo, es de todo lo que estoy hablando en el disco.

En el lado de las emociones más dulces, y permíteme el tono humorístico, dices en ‘Eme’: «cuando te meta un gol voy a ser un killer, que todo el Calderón me lo chille». Seguidamente, en ’92’ cantas: «Te leo en los sucesos, ‘El Buitre’ clava otro gol». ¿Cómo un Atlético como tú hace esto?
Esto responde a una cosa: soy un apasionado, soy un romántico del fútbol y soy del Atlético de Madrid desde que soy pequeño. Pero me puede más el gusto por el fútbol que los colores, entonces disfruto mucho viendo al Barcelona, al Real Madrid de hoy, y disfruté mucho de la Quinta del Buitre aún siendo del Atleti. Y para mostrar un icono del fútbol del 92 el Buitre es representativo. Podría decir Futre o Stoichkov, pero el Buitre me parecía simpático y conciliador.

La verdad, su pausa diplomática ha hecho historia… Antes citabas a Serrat, y esto nos lleva a Sabina y a otras colaboraciones que desde Pereza has hecho o han hecho con Pereza: Jaime Urrutia, Christina Rosenvinge, Ariel Rot, Hombres G, Andrés Calamaro, etc. ¿Cómo has vivido esta suerte de privilegios de una forma tan rutinaria?
Tan natural, diría yo.

¿Natural?
Hemos tenido la posibilidad de trabajar, grabar, de tener un tú a tú con gente que probablemente estuviera en nuestra carpeta. Trabajar con Joaquín Sabina y que Joaquín, yo qué sé, me pida canciones, componer con él, con Rosendo, con Miguel Ríos, Ariel, Coque, Calamaro… Es gente con la que hemos aprendido mucho, los hemos admirado mucho, y con los que hemos acabado trabajando. Eso es un privilegio al que nunca me acostumbro, me siento muy afortunado, lo valoro cada día y soy tan consciente que nunca me acostumbro cuando me llegua un mensaje al teléfono y pone Andrés Calamaro… Todavía se me suelta un cable. Pero bueno, creo que de manera natural nos hemos juntado para tocar, y Rubén y yo de lo único que podemos alardear es de tener buenos compañeros en la música, haber tocado con mucha gente y haber aprendido con mucha gente. Indudablemente, la figura de Joaquín es la más impactante para nosotros porque a nivel literario, junto a Serrat, es uno de los grandes, hemos aprendido mucho de él y nos hemos visto con él escribiendo, y eso es algo muy potente.

Y es que, además, han sido muchas colaboraciones. Llegué a imaginar que alguien sacaría un disco como aquel de Nancho Novo y Los Castigados sin Postre…
…Sí, que decía «en este disco no colabora Andrés Calamaro» [risas]. Sí, hubo un momento donde lo paramos, piensa que también es difícil, aún cuando estás trabajando, decir que no cuando te llama alguien como Jaime Urrutia. Queríamos parar pero no puedo decir que no a un tío al que admiro tanto, o no puedo decir a Ariel que no. Hay que saber parar pero también hay que aprovecharse, pienso: «necesito tener una sesión de grabación con este tío».

Está muy bien vivido, en cualquier caso. En ‘Éxtasis’ echas mano del lenguaje taurino, en justa referencia a Urrutia.
La verdad es que no tengo predilección por los toros ni nada por el estilo, no soy un tipo que me gusten ni nada. Pero tienen ciertos recursos literarios que me parecen muy pasionales. Jaime los usa muy bien, muy bonito, hay recursos de ese lenguaje que expresan emociones, sentimientos mejor que cualquier otro. Jaime es el número uno en esto.

Y del lenguaje taurino a la copla y al flamenco que te encanta hay menos dos pasos…
Nada, una calle.

«Lo de Pereza es un paréntesis que hemos abierto y que no sabemos cuándo cerraremos. El motivo por el que hemos hecho esto es para dar salida a canciones que se hubieran quedado en un cajón dentro del nuevo proyecto de Pereza, porque el número era muy grande y queríamos hacer un disco corto»

En «Aviones», último disco con Pereza, en ‘Windsor’ el gusto flamenco se vuelve tangible cuando citas ‘Como el agua’. ¿En “Diciembre” hay algo que lo siga reflejando?
Es difícil tenerlo como referencia porque las canciones que trabajo son pop-rock; la única referencia es literaria, musical no puedo. Respeto mucho al flamenco, y soy un intruso en todo eso. Me gusta la parte literaria de estos tíos; y sobre todo hay una cosa que la gente no observa, la gente que no compone tiene mucho talento eligiendo repertorio, hay muchos flamencos que eligen muy bien los poemas. Me gusta mucho el Agujetas, Camarón, Riqueni…

De las aproximaciones del rock al flamenco ¿con cuál te quedas?
Destacaría a Smash, que fueron los primeros que se atrevieron a fusionar esto. Y me quedo más con la gente del flamenco que se ha fusionado con el blues, como puede ser Pata Negra, que con la gente del rock que se ha fusionado con el flamenco. Creo que ellos lo han hecho mejor que nosotros.

De alguna manera tocas el tema social en ‘Penaltis’ cuando dices: “En los penaltis se decide todo. Las previsiones son malas, mamá me vuelvo a casa”.
Sí, claro, era una manera de hacer referencia a lo que pasa en el mundo y en mi casa, y en mi momento sentimental. Las previsiones son malas: mamá me vuelvo casa, quiero meterme debajo de la manta.

¿Qué significa ser músico hoy en día en nuestro país?
Si vives de la música, ser un afortunado. Y ser músico es ser valiente. Es subirte a un alambre sin arnés y quien consigue pasarlo, tener comida en la nevera y un plato caliente, es muy afortunado; y hay que saber valorarlo cada día.

¿Te quita el sueño la respuesta del público?
Me seduce. La posibilidad de fracaso, el vértigo y la incertidumbre me hacen sentir vivo, me hacen recuperar esa capacidad de sorpresa y de qué pasará. Me gusta.

‘Sudando la tristeza’ es tuya y de Quique González, quien también la interpreta contigo. ¿Retomaréis el proyecto del grupo Autopista que tenéis a medias?
Con Quique no es una colaboración, es amigo, hermano desde que empecé. Siempre trabajamos juntos: él en mis canciones, yo en las suyas. Cuando termina una canción me la manda, le digo algo de música, él me corrige algo de texto. Están las canciones que salen a la palestra y un montón que componemos a diario. Somos compañeros. Por otro lado, Autopista es un proyecto grabado y mezclado, pero somos tan perros que no nos sentamos a ver qué hacemos con eso. En un momento lo retomaremos y saldrá, queremos hacer vinilos… Pero es un proyecto que nos divierte tanto que nos da pereza buscar la manera y oficializar una cosa que no es seria. De ese disco he rescatado ‘Telediario’ en “Diciembre”, creo que tiene potencial, es bonita, emocionante… Es un disco el de Autopista que saldrá, debe salir porque es bonito.

Entonces saldrá.
Fíjate lo que te digo, creo que tiene que venir alguien de fuera a rescatarlo porque nosotros solos no vamos a hacer nada. Tiene que llegar alguien y decir: “dadme esto”.

Queda lanzada la propuesta…
Vamos a poner un anuncio en el «Segunda Mano» [risas]…

En las hojas promocionales se tiende a citar nombres muy sonoros como referencias del disco que publicita. En el tuyo se habla de Phil Spector, John Lennon, Tom Petty, etc. ¿Pero qué grupos más cercanos te interesan?
Siempre me parece interesante lo que hace Xoel [López], es un tío que hace las cosas muy bien, siempre va un pasito por delante de los demás. De la gente joven que esté haciendo algo interesante, para mí, Alondra Bentley. Ella lo está haciendo especialmente bien. Aunque, también te digo, últimamente ando bastante desenchufado de lo nuevo que pasa por aquí… Xoel es la referencia, ahora anda fusionándose con música tradicional sudamericana y está haciendo cosas interesantes de cojones.

Tengo mucha curiosidad al respecto, La Portuaria hizo eso mismo con unos resultados magníficos, tengo curiosidad por cómo lo hace Xoel desde esta orilla.
Sí, eso es, él está haciendo algo realmente bueno.

¿Con Pereza ha habido un «hasta luego» o un «adiós»?
Es un paréntesis que hemos abierto y que no sabemos cuándo cerraremos. El motivo por el que hemos hecho esto es para dar salida a canciones que se hubieran quedado en un cajón dentro del nuevo proyecto de Pereza, porque el número era muy grande y queríamos hacer un disco corto. Entonces, por el momento, estamos como muy ilusionados con este proyecto. Pero seguiremos tocando en directo, y volveremos a grabar cuando nos apetezca, solo cuando nos apetezca, porque como el motivo por el que hemos parado no ha sido un problema, pues entiendo que es un juguete que retomaremos porque nos gusta y porque somos colegas.

De forma natural.
De forma natural. No hay contratos, no hay fechas, no hay nada de por medio que nos haga grabar un disco. Solo un día, mirándonos a los ojos, y digamos: “oye, por qué no hacemos otro disco”.

También realizas labores como productor, destaca lo hecho con Sidecars, ¿repetirás?
Sí, no lo sé, he hecho los dos discos de Sidecars y estamos muy a gusto trabajando pero ya llevo tiempo diciéndoles que es interesante que también prueben con alguien como Carlos Raya. Creo que podrían hacer algo muy interesante con Carlos. Y sigo con otros proyectos de producción, es algo que me agrada y también lo seguiré haciendo.

En nada empiezas gira, el 28 de febrero en Barcelona. ¿Contarás con invitados durante los conciertos?
No hay ningún plan trazado, pero si voy a Santander es complicado que Quique no salga a tocar y cosas de ese tipo. El show, en principio, va sin sorpresas, sin colaboradores, pero no puedo evitar que venga algún amigo y se cuele en el escenario. Me gusta, no puedo evitarlo.

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