La Semana Bizarra 8 – 15 de mayo 2007

Autor:

Miguel “Papito” Bosé aseguró en México que cuando está gordo y come “como un cerdo, estoy feliz”. A lo que añadió: «Me deleito en la gordura… muchísimo. Y eso me inquieta, sin embargo, cuando estoy gordo, estoy feliz». Dijo que por más que adelgaza “me ha crecido todo el cuerpo, el esqueleto, vamos”. Redondeó tan apasionante cuestión, asegurando que “trago como un energúmeno, porque no me importa”. Pues nada, hombre, tú sigue así.

Prince aprovechó el anuncio de los 21 conciertos que ofrecerá este otoño en Londres para declarar que cuando los finalice planea alejarse durante un tiempo de la música para estudiar la Biblia. De pasearse por los escenarios de medio mundo en resplandecientes minislips al estudio de la Biblia… Desde luego, los viajes vitales de algunos no tienen desperdicio.

Brian Ferry siempre ha sido un esteta (estudió en una escuela de diseño), no hay duda. Pero las declaraciones de hace unos días asegurando que “los nazis sabían cómo presentarse a sí mismos” han traído cola. El líder de Roxy Music añadió que “Las películas de Leni Riefenstahl, los edificios de Albert Speer [arquitecto de Hitler], los desfiles masivos y las banderas… Impresionante. Realmente bonito». Finalmente, al ver cómo sus palabras corrían por las agencias de prensa, tuvo que disculparse “sin reservas. Estas declaraciones sólo fueron hechas desde una perspectiva de la historia del arte». Pese a retractarse, los responsables de los grandes almacenes Marks & Spencer han decidido suspender la campaña de ropa masculina que tenía como protagonista a Ferry.

Sting y su señora, Trudie Styler, han perdido una demanda que les puso su ex cocinera, que los acusaba de discriminación laboral. El tribunal que los juzgaba consideró que el despido resultó “vergonzoso”, ya que el motivo fue que, durante 2005, jane Martin (la cocinera) estaba embarazada y tuvo que viajar varias veces a Londres, tomándose más días libres de los habituales, lo que enfadó a la pareja que la contrataba. ¡Con lo bueno que ha sido Sting con los aborígenes del mundo!

Lo de Pete Doherty comienza a ser preocupante: ahora ha inaugurado una exposición de cuadros (¿?) en Londres pintados… ¡Con su propia sangre! Pero la cosa, lejos de ser una broma, le puede hacer embolsarse, por la venta de sus sangrantes lienzos, la nada despreciable cifra de 730.000 euros. El asunto es, sin duda, de un bizarrismo atroz, pero, ¿quiénes comprarán la “obra” del amigo Doherty? ¿Está peor el “artista” o el que pague por su creativa sangre reseca?

En :