Kase.O: «Vienen tiempos muy duros para la libertad de expresión, con lo cual estoy jodido»

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«Hay peña que es más prolífica, que escribe mucho y se quiere más, pero yo he evitado la creación siempre que he podido»

 

Javier Ibarra, conocido artísticamente como Kase O., publica este año Divertimentos vol.1, del que ya ha extraído dos primeros temas. Carlos H. Vázquez habla con él de lo que viene, de rap y hip hop, y le pregunta sobre un posible regreso de Violadores del Verso.

 

Texto y fotos: CARLOS H. VÁZQUEZ.

 

Kase.O describe la belleza con un verso. Se siente viejo. Quizás algo obeso. Universal. Clásico. El mesías mágico. Más persona que artista. Está aquí para contarlo, co.

Decía el bueno del Javato en “Triste” que «Más que existir, subsisto / Más que embestir, resisto (joder) / No amo, ni siento, ni padezco / No veo que crezca, creo que envejezco». Lo hacía en El círculo (Rap Solo / BOA, 2019), un disco firmado con su sangre y por su nombre —ya no con Violadores del Verso— en el que puso tanto sufrimiento como disciplina, porque así lo concibe él. Hoy, en este mundo pandémico, acaba de publicar dos temas, “Tiranosaurius Rex” y “El gordo que la pisa bien”, que irán a parar a sus Divertimentos vol. 1 (Rap Solo, 2021), la respuesta al proceso de El círculo. Y por si alguien lo esperaba, nada será igual, porque Javier Ibarra no pisa firme, pero la pisa bien. Ha vuelto al ejercicio.

 

En el rap, ¿importa más el fondo que las formas?
Para mí, importa más el estilo. O sea, la forma. Pero tiene que haber un equilibrio. Todos tenemos sentimientos, todo el mundo sabe rimar… Entiendo que, para ser interesante, el vehículo que usas es lo que te hace destacar de los demás por esta razón. Entonces, para mí, un raper con mucho mensaje pero que no me hace métricas especiales me gusta menos que un tío que, aunque no esté diciendo nada, se haya comido el coco para no rimar pareados octosílabos todo el rato. Yo primaría más el estilo que el mensaje, co, así de claro.

 

¿Incluso en estos días, que con tanta sobreinformación y desesperación uno puede tener un mensaje más agresivo?
Pero el estilo es lo primero, tío. Fíjate qué tiempos vivimos, que casi todas las canciones son iguales, por eso mismo necesitamos gente brillante, aunque sea la misma estética musical. Es tener estilo propio. Lo de las tendencias puede ser beneficioso para unos, pero para la música en general es empobrecerla.

 

Hace muy poco, en una entrevista para La Razón, te leí decir que Divertimentos empezó después de una recaída que tuviste previa a El círculo: «Entré en una dinámica depresiva y cruel conmigo mismo y me prometí no volver a ese estado». ¿Es entonces Divertimentos una respuesta a ese estado depresivo?
El estado depresivo es un trabajo diario: estar pendiente de tus pensamientos y de tus sentimientos y controlar la mente para que no te lleve a sitios oscuros; esto es más una respuesta al proceso creativo de El círculo, que estuvo lleno de sufrimiento por la presión que yo tenía, por la aspiración a la perfección, por las pilas que me metí para que cada rima me representara, por dejarme la piel, por dejarme conocer… Fueron dos años escribiendo letras, buscando las músicas, creando… Y ahora me merezco divertirme en el proceso. Veía a otros artistas haciéndose selfis en el estudio, y pensaba: «Ese disco va a ser una mierda, porque aquí se viene a sufrir». No lo concebía de otra manera. El círculo tuvo su resultado y, joder, se deja oír. Y creo que puede perdurar en el tiempo, porque hay mucho esfuerzo ahí. Sin bajar mucho el nivel, pero sí disfrutando de la compañía de los productores, de estar en el estudio, de no darle tanta importancia a las canciones ni a uno mismo… Estoy feliz con este nuevo planteamiento, porque siempre me ha dado miedo la creación y la he evitado. También el exponerme a la crítica y todo eso, que a algunos nos puede dar más pereza; entonces retraso el momento todo lo que puedo. Pero, en respuesta a ese proceso traumático de producción de El círculo, me he inventado esto y estoy muy feliz. Ya lo he definido: Divertimentos. Y el propio público sabe que no me puede exigir El círculo. Segunda parte, y todos estamos contentos, co, porque pueden salir cosas más frescas, menos sesudas. Igual no tengo tantas cosas que decir como en El círculo, pero puedo explorar la manera de decirlo, la estética de la música… Va a ser un divertimento y sin esa responsabilidad, que era lo que me quería quitar, macho.

 

Dices que evitas la creación, pero es algo que siempre buscamos. ¿Cómo evitar algo que buscas?
No, yo no. He sido muy vago en toda mi carrera. No soy prolífico ni mucho menos. Para mí, hacer una canción es un trabajo, o lo ha sido, pero ahora intento que sea divertido. Aun así, las letras me exigen trabajo y cierto sufrimiento y exigencia. El divertimento lo llevo, una vez escrita la letra, a la manera en que la voy a grabar y con quién la voy a desarrollar. Pero es un trabajo. Hay peña que es más prolífica, que escribe mucho y se quiere más, pero yo he evitado la creación siempre que he podido.

 

Entiendo que prefieres más calidad que cantidad…
Lo he visto siempre así. No he descartado canciones en mi vida, cada canción que hago va a un disco, porque es una canción que va a salir. Si trabajo, trabajo por un objetivo. ¿Que me divierte la imaginación y todo eso? Sí, claro, pero con un nivel de exigencia muy alto.

 

¿Es mejor estar triste en paz que en la guerra continua?
No. Triste no es bueno estar, porque si estás en paz no puedes estar triste. Es mejor la guerra continua, la guerra contra los pensamientos malos. Yo me pongo cinco alarmas al día cada tres horas para, esté haciendo lo que esté haciendo, tener diez segundos de agradecimiento con la vida. No me quiero permitir el lujo de volver a estar deprimido. Puedes tener cierta adicción a la depresión, a los malos pensamientos, al haterismo… Pero yo eso no me lo permito. Y lo llevo a rajatabla, porque hay que vigilarse a uno mismo. Nadie nos educa mentalmente ni a controlar la mente, que es un pepino para bien y para mal, porque como le des rienda suelta y poder te llevará por donde ella quiera. Y si estás mal educado, a la depresión de cabeza.

 

¿Cuánto tiempo llevas poniéndote la alarma?
Igual llevo dos años o por ahí. Me lo propuse fijándome un poco en los musulmanes; ellos paran cinco veces al día y dejan lo que estén haciendo para rezar, agradecer o estar en contacto consigo mismo. A veces, las religiones tienen cosas que son buenas para el ser humano, igual que no comer cerdo o ayunar un mes. No hace falta ser musulmán para aplicarlas a tu propia vida. Fijándome un poco en eso, digo: «¡Qué inteligentes!». Y es verdad, tío, porque tú te puedes estresar por las circunstancias del día, pero, ¡pum!, te suena la alarma y te tienes que ir un ratito a agradecer o a serenarte.

 

Confiesas en Abbalancha (Aragón TV) que muchos de los consejos que das en las canciones son cosas que te dices a ti mismo. ¿Es duro tener que decirte este tipo de cosas, aunque parezca que son para otros?
Te crispas y te hierve la sangre cuando vas en el coche y el tipo que tienes delante no echa el intermitente, cuando tú mismo te has olvidado de poner el intermitente muchas veces. No está mal escribir canciones que me recuerden eso cuando las escribo; tengo muy buenos sentimientos, veo que es un mensaje positivo, pero para el primero que van es para mí, porque no soy un gurú ni el Dalai Lama, ni mucho menos, co; la cago a diario, pero estoy presente y alerta. Y está bien mandar ese mensaje a los demás. Aunque lo he descubierto con el tiempo. Con estas canciones, realmente, no es que esté dando ejemplo ni sepa mucho sobre el asunto, sino que las dejo por escrito. Vale que soy un cantante y que eso se hace público, pero no dejan de ser reflexiones de uno mismo.

 

«Te pierdes lo bueno buscando el error, te pierdes lo mejor», dice “Tiranosaurius Rex”.
Es que puedes caer en dinámicas con la gente que convives de estar buscando todo el rato lo que hacen mal en lugar de valorar las virtudes. Ya no te digo el del intermitente, sino en tu propia casa con tu mujer, porque puedes caer en dinámicas, como muchas parejas caen y, en vez de amarse, se critican. Como entres a diario en reproches mínimos y tontos y no le des espacio a lo que una vez os hizo juntaros, así irán las parejas y el mundo. ¡O en los trabajos! En el trabajo en equipo, por ejemplo, queremos destacar más que el de al lado y vamos a buscarle el fallo. En ese sentido puedo arrojar un poco de luz, porque somos capaces de tener compasión bien entendida y amor al prójimo, pero es un trabajo diario. ¿Que no nos trae dinero? Bien, pero te puede traer tranquilidad o felicidad. ¿Qué hay mejor que abrirle la puerta a una persona que va con un carrito de un bebé? Puedes obviarla y hacer como si no la hubieras visto, pero como le abras la puerta, ese pequeño gesto te mantiene alerta a las cosas que puede haber.

 

¿En qué grado te ha afectado a ti la pandemia?
Tengo mis días, menos en los que el miedo se apodera de mí. Y otros días en que le saco lo bueno. En el confinamiento estuve con mi hija al cien por cien, jugando con la plastilina, intentando que ella no se enterara de nada de lo que estaba pasando, escuchando mucha música… Luego, mentalmente, con tanta información, sí que he tenido episodios de rabia, de impotencia, de odio… Eso, a diario, lo gestiono, tío, porque he visto y he leído muchos foros de conspiración y de contrainformación, pero al final afecta. Solo por el ansia de tener información alternativa puedes dar por verdaderas cosas que no lo son, igual que no lo son en la versión oficial. Entonces me tengo que empezar a cuidar en ese sentido: no visitar según qué foros, a según qué líder de YouTube…, porque al final me llenan de miedo esas posibilidades y esas teorías, y no me aportan nada mas que tristeza y depresión. Cuando te metes en movidas de conspiración acabas deprimido, tío. O por lo menos yo.

 

«Sería una noticia superbuena que volvieran Violadores del Verso, por el concepto del hip hop que tienen»

 

¿Qué te parece que Twitter haya eliminado de manera permanente la cuenta de Donald Trump?
Me parece increíble. Eso dice mucho de hacia dónde nos dirigimos. ¡Han censurado la cuenta de un presidente de los Estados Unidos! Y eso que tienes a un señor presidente de los Estados Unidos como una de las personas más poderosas del mundo, co. También está el hecho de que hay tres redes sociales y no existen alternativas, entonces eso es muy peligroso; es el monopolio de la información y ellos mismos destacan unas cosas mientras que otras las ocultan en sus algoritmos. Vienen tiempos muy duros para la libertad de expresión, con lo cual yo estoy jodido. Te puede gustar o no Donald Trump, pero… No sé. Yo tampoco lo he seguido, pero no sé si ha incitado tanto a la violencia el mozo, cuando hay cuentas en Twitter de peña degollando, yihadistas, pederastas, pedófilos, pornografía heavy… No sé, tío, hay algo que se nos escapa. Yo no confío en Donald Trump ni creo que tenga alternativas de salvar nada, pero esto es heavy y a mí me afecta. No sé, la realidad es muy difícil de entender.

 

No ha sido un año fácil. Fallecieron Rebel [Toño Rodríguez] y Jota Mayúscula [Jesús Bibang González], a los cuales se homenajea en “El gordo que la pisa bien”. ¿Cómo se asimila la muerte de un «hermano»?
En este caso, que son gente joven, no te lo esperas, porque no han pasado una enfermedad. Es un palo gordísimo. Eran gente importante en mi vida y en mi carrera. A Rebel hacía mucho que no lo veía y no me pude despedir de él. Me quedé soplando la cuchara, flipando. Y con Jota igual. ¿Quién se lo iba a esperar? Jota para mí era un padrino, un gachó que ha apadrinado mi carrera, que me ha defendido, que me ha abierto las puertas de su casa y con el que he vivido muchas cosas. Esto te hace ver la muerte de cerca y piensas que no hace falta envejecer para morir. Han sido palos y buenas lloreras.

 

¿Cómo te has repuesto?
Tengo mi concepto del más allá: sé que no han muerto, que me voy a reunir con ellos. Estas creencias espirituales a mí me sirven. Me compadezco de la gente que piensa que te echan al hoyo y se te comen los gusanos. El día que te anuncian la muerte es muy triste y la siguiente semana también, pero yo me he educado espiritualmente como me he educado y los tengo presentes; sé que están bien, que me están esperando… Y así lo sobrellevo. Cuando tienes esas creencias no es tan traumática la partida.

 

Al comienzo de “El gordo que la pisa bien” hay un audio de Jota Mayúscula, luego un sampler de “Línea D-4” (Frank–T con Violadores del Verso)… Sin olvidar los guiños anteriormente citados. ¿Qué mejor homenaje a los amigos del rap que con un tema old school?
Primero fue la canción y luego fue la idea de los homenajes. Hay varios guiños, pero circunstanciales y no premeditados. Ya tenía la canción hecha, y una noche en el hotel me acordé de las notas de voz de Jota. Me puse a oírlas y encontré una en la que me saludaba y lo vi clarísimo. No podía hacer una canción con él, pero sí poner su voz para que todo el mundo lo recordara. También juntar a Nafri, Paco King, Frank–T… En estos tiempos en los que casi no se puede juntar uno, por mis huevos que nos íbamos a ver e íbamos a salir en el vídeo y acordarnos de Jota, aunque solo fuera esa tarde, todos juntos, para rememorarle.

 

De hecho, hay un momento en el que me parece escuchar “By the time I get to Arizona” de Public Enemy. ¿Puede ser?
¡Qué cabrón! [Risas] Es que Public Enemy es mi grupo preferido de la historia. Necesitaba un final escandaloso, que hubiera un subidón, y me acordé de esa canción y de los gritos, que son de un directo guapísimo de The Jackson 5 [“Walk on”, perteneciente al disco Goin’ back to Indiana]. Entonces busqué el sampler y quedó ahí el homenaje a los Public Enemy. Me venía muy bien para el final de la canción.

 

Hemos hablado antes de El círculo y ahora quiero mencionártelo por la siguiente cita que hay en “El gordo que la pisa bien”: «Le doy un repaso a tu rap raso / Me da ascazo / Todo el que no pueda ver que El círculo es un discazo». Es verdad que hay raperos, sobre todo jóvenes, que han criticado El círculo
No tan jóvenes son los que han criticado El círculo. Creo que los jóvenes son los que más me respetan, me admiran y les encanta que en El círculo haya experimentado, por sus propias búsquedas de evolucionar en esto del rap y no hacer lo que hemos hecho nosotros. Esa frase no la digo por los jóvenes precisamente.

 

¿Es buena idea tirarle un beef a Kase.O?
No sé si es buena idea, pero yo entiendo que no, porque como entre al trapo… A ver, tienes que estar muy preparado para hacerme un beef a mí. Yo el beef lo veo algo personal, no porque no te haya gustado mi disco tengas que dar mi nombre. Lo vería ridículo. Otra cosa es que te haya quitado a la novia o que en un concierto tuviera una actitud altiva contigo en el camerino. Yo qué sé. Te puedes picar y enfadarte mucho. O por envidia. Pero no lo veo buena idea. Raramente respondería a un beef explícito ahora mismo.

 

¿Piensas que la música de hoy es la peor de la historia?
Escucho más música vieja que música actual. Pero también estaría incluyendo mi propia música. Lo veo así, macho. Y también estoy mayor. Cuando tenía quince años lo flipaba con la música: con el jazz, con el rap… Todo era nuevo y me flipaba, pero ahora no me flipa tanto la música; me flipa la vieja música. En la nueva no veo cosas que me aporten. También el cerebro está lleno… La música de tendencias es toda igual, no hay originalidad, no hay estilo, prima más el videoclip que el propio arte de la música. Es mi percepción. Hay ganas de fama, no de hacer una gran canción, sino de pegar el pelotazo. ¿A qué estamos jugando, tío? Yo juego y he jugado toda la vida a hacer canciones guapas. De eso se trata. Si luego lo puedes vestir con un videoclip cojonudo, guay, pero si el videoclip es superior a la canción, entonces no estamos hablando de música, sino de otra cosa.

 

«Unos hacen canciones, otros pintan trenes», como dice la letra de “Línea D-4”.
Yo lo veo así. Es que estoy viejo, estoy mayor. En mis tiempos, las cosas se hacían por pasión. No digo que no haya pasión ahora, ¿eh? No sé cómo explicarlo, no quiero parecer un hater, pero es que veo mucho postureo, y eso, en mi época, estaba muy mal visto. Ahora se consiente mucho a los toys.

 

¿Hay mucho toyaco?
Mucho. Por metro cuadrado. Antes tenías que tener un respeto y cultura. Yo me gané el respeto en Madrid no porque rapeara bien, sino conversando con los rapers. Ahí es cuando me empezaron a respetar, no porque supiera rimar muy bien. Ahora mismo cualquiera te hace una canción que esté guapa, pero no sabe ni de quién es el sampler que está utilizando su productor. No lo sé… Tampoco hay que ser tan hater, pero que hay mucho toyaco suelto, con éxito o con mediano éxito, es seguro.

 

¿Javier Ibarra está en la casa? [Justo en ese momento suena la alarma del móvil de Kase.O]
La alarma, co. A ver, Javier Ibarra siempre tiene la obligación de sorprender a su público. Eso tiene que ser así para bien, aunque a alguna gente le parecerá para mal, pero yo no te voy a repetir fórmulas. No te esperabas “Mazas y catapultas”, “Basureta (Tiempos raros)”… Esas canciones, hasta que no las hice yo, no las podías esperar. Ni de mí ni de nadie. Pues lo mismo con “Tiranosaurius Rex”. Mi obligación será hacer cosas que no te esperes.

 

¿Al mundo del hip hop le hace falta que vuelvan Violadores del Verso?
¡Hombre! Sí. No es que le haga falta, pero sería una noticia superbuena, por el concepto del hip hop que tienen Violadores. Eso ya casi no se ve. Bueno, sí que se ve a gente haciendo hardcore, pero de la manera tan genuina que la hacíamos nosotros pocos quedan.

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