Julio. La biografía, de Óscar García Blesa

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LIBROS

«El análisis que hace Óscar García Blesa de cada disco, de su grabación, de sus problemas y de sus circunstancias resulta espléndido»

Óscar García Blesa
Julio. La biografía
AGUILAR, 2019

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

Cuando supe que Óscar García Blesa había tomado en sus manos la biografía de Julio Iglesias, sabía perfectamente que ahí iba a haber jugo. No jugo morboso, que al fin y al cabo es el que menos me interesa, pero sí jugo musical. El autor —y yo le acompaño humildemente en estos criterios— es experto en sacar oro de manifestaciones artísticas consideradas despreciables, vulgares, fuera de los cánones de lo que se sanciona —en ambientes musicales— como el criterio y la verdad. Lo demuestra, como poco, el impecable libro Placeres culpables, en el que rescata de la oscuridad estética del prejuicio, con orgullo y con humildad, grandes canciones. Ahí aparecían, vía Iván Ferreiro, elogios para “Abrázame” o “La carretera”.

En este, dedicado íntegramente al artista gallegomadrileño, parte de dos premisas sin las cuales nada tendría sentido: la primera, que Julio Iglesias mola; la segunda, que ha de ofrecer una nueva mirada sobre sus canciones. Aunque en lo primero no esté yo del todo de acuerdo —más bien no siempre de acuerdo—, lo segundo lo consigue con plenitud. Vayamos a sus primeros momentos, porque Julio no es solo el de grandes estadios, Julio es un chavalillo que empezó desde la nada. Eso es innegable. Un chaval que poco antes de triunfar aún cantaba en puticlubes. Un chaval protegido por Serrat y amigo íntimo de Cecilia. Palabras mayores. Y su primer disco lo graba en los estudios de la Decca, con Pepe Nieto y rodeado de todo el swinging London. Palabras más mayores todavía. Por eso, aunque el autor pone sobre la mesa todos sus defectos, sabe ver que hay una virtud que los vence: querámoslo o no, Julio Iglesias transmite.

Debe el lector tener en cuenta que el libro en realidad lo conforman dos libros, cada uno con su público determinado. El primero es un repaso de las circunstancias que han hecho de Julio una figura mediática y mundial: sus amores y separaciones, sus hijos y las relaciones con ellos, sus opiniones políticas, donde es experto en nadar y guardar la ropa; en definitiva, todo el lujo que llama a la atención de las revistas del corazón y sus proclamas, que tanto satisfacen a su público. Esta parte, bien escrita, bien documentada —la cantidad ingente de citas de entrevistas resulta abrumadora—, a este cronista le interesa más bien poco. Si acaso, el mundo de su infancia, cómo la casualidad le llevó a coger una guitarra, su viaje a Londres, la influencia de su padre.

Eso sí, el segundo libro, el de las canciones, resulta revelador. El análisis que hace Óscar García Blesa de cada disco, de su grabación, de sus problemas y de sus circunstancias resulta espléndido. Sabe abstraer una canción y desvelar sus puntos fuertes —y débiles— cuando no se trata más que de música ligera, y conectarlas con el espíritu de temas de otros cantantes reconocidos por la intelligentzia. Uno piensa que el libro que va a ser remarcado en las críticas será el del personaje, el que va a sorprender o a causar polémica; pero a uno también le queda la pequeña victoria de encariñarse con el del músico. Para descubrir, simplemente. Desde luego, Julio no ha entrado en mi santoral, pero me he hecho con un puñadito de canciones que merecen que las conserve, que las vuelva a escuchar. Y si uno lee libros sobre música es, ni más ni menos, para buscar eso.

Anterior crítica de libros: Un corazón demasiado grande, de Eider Rodríguez.

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