José Bruno y su diario de un Fitipaldi

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José Bruno y su diario de un FitipaldiEl batería José «Niño» Bruno ha publicado Diario de un Fitipaldi, un libro en el que, en forma de diario, narra más de un año de carretera junto a Fito y Fitipaldis, en concreto durante las giras Por la boca vive el pez y 2 son multitud, la que unió a Fito Cabrales con Andrés Calamaro.

Texto: JUAN PUCHADES.

¿Es posible que un baterista, durante un concierto, dispare fotografías desde su posición tras los bombos? La verdad es que no parece fácilmente imaginable. Sin embargo, José Bruno –el «Niño» Bruno– lo consigue. No pregunten cómo, pero el resultado se puede apreciar en Diario de un Fitipaldi (editado por la editorial Wanagu), el libro que recoge sus andanzas durante un año como batería de Fito y Fitipaldis, durante las giras Por la boca vive el pez y 2 son multitud, la que unió a Fito Cabrales y a Andrés Calamaro, y en la que Bruno hizo doblete como baterista de las dos bandas.

En todo caso, no es Diario de un Fitipaldi un libro específicamente fotográfico, pues su esencia es la de un diario de carretera. Explica José Bruno en el texto que, generalmente, busca alguna diversión con la que mantener la cabeza entretenida durante los viajes y que esta fue la primera ocasión en su carrera en la que se le ocurrió preparar un diario de gira, y como él mismo explica en las primeras páginas «aunque lo escribo con mucha ilusión, no tengo claro que este proyecto vaya a durar mucho tiempo». Sin embargo, llegó hasta el final y logró relatar los entresijos de la gira desde finales de septiembre de 2006 –cuando Fito iba dando forma a los temas que ensayarían al mes siguiente– hasta diciembre de 2007, cuando el tour llegó a su fin. Por en medio, el relato directo, en primera persona, día a día, de una banda de rock en la carretera desde la visión del batería, con sus horas de hoteles, viaje, ensayos, pruebas de sonido, sobremesas, impresiones sobre los conciertos e, incluso, inseguridades personales. Una gira en la que, a tenor de lo relatado, el buen rollo fue la tónica dominante, con un Fito Cabrales que con sus músicos parece un tipo encantador (¡les hace regalos!), un Carlos Raya ejerciendo el papel de director musical y con compañeros como su buen amigo el bajista Candy «Caramelo» Avello, con el que Bruno hace doblete en el tramo en el que la gira de Fito y Fitipaldis se desdobló para los conciertos de 2 son multitud, con ambos sumados a la banda de Andrés Calamaro –por quien Bruno profesa verdadera admiración– y en la que los dos se chupaban cada noche más de cuatro horas de concierto. Quizás, durante la lectura, y frente a tan buen ambiente como se narra, nos preguntamos si, durante tantos meses, no hubo momentos de tensión, alguna buena bronca… pero parece que no, que los malos momentos fueron los mínimos o muy leves.

Bruno escribe con estilo directo, sin perderse en grandes divagaciones, pero sí dejando caer algunas muy interesantes reflexiones sobre el papel del batería en un grupo de rock –explica que él trabaja para el vocalista, aunque cuando se lo comenta a otros compañeros bateristas no suelen entenderle–, pues no en vano, ofrece seminarios sobre su instrumento –algunos se detallan en el texto al coincidir con las fechas de la gira– e incluso tiene un libro anterior, Baterías y canciones, en el que analiza veinticinco discos clásicos del rock desde la óptica de la batería y que se completa con entrevistas a varios bateristas españoles. ¡Un volumen al que queremos ponerle las manos encima cuanto antes!

Aunque uno no sea seguidor de Fito y Fitipaldis, vale la pena zambullirse en la lectura de Diario de un Fitipaldi, pues se trata de un documento único escrito por uno de los mejores baterías del rock español, aderezado además, con esas fotos que su autor, con buen ojo, dispara arriba y abajo del escenario. Así que ya lo sabes, si ves a José Bruno en concierto, sonríe que quizás te esté enfocando con su cámara.

Puedes adquirir Diario de un Fitipaldi en librerías o en la web de José Bruno.

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