“Hysteria” (edición 30 aniversario), de Def Leppard

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DISCOS


“Es alucinante la cantidad de ganchos que Def Leppard eran capaces de colocar por canción sin sobre cargarlas y con la más absoluta naturalidad”

 

 

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Def Leppard
“Hysteria” (Edición 30 aniversario)
UNIVERSAL

 

Texto: JUANJO ORDÁS.

 

Para que los que sepáis nada de Def Leppard os hagáis una idea: “Hysteria”, su disco más conocido, es como un blockbuster veraniego de esos que no solo resultan entretenidos, sino que además son buenas películas. Pensad por ejemplo en la reciente trilogía de “El planeta de los simios”, que no solo es cine masivo, sino que además es buen cine. Este álbum fue tan importante para Def Leppard que cada equis tiempo celebran su aniversario, porque saben que la gente va a responder y porque imagino les apetece. Ahora cumple treinta años y es buen momento para recordar lo antes planteado, que se puede hacer música masiva con calidad y autenticidad.  Este es el disco que les costó dios y ayuda grabar. Tenían encima la presión de las buenas ventas de su anterior trabajo, no contaban con su productor de confianza y, lo peor de todo, su batería perdió un brazo en un accidente. Pero hubo desenlace feliz: “Hysteria” resultó un éxito brutal, Rick Allen aprendió a tocar manco y Mutt Lange produjo la obra.

En gran medida, el disco es esclavo de sus singles. Se llegaron a lanzar hasta siete -es decir, más de la mitad del álbum, un barbaridad-, todos funcionaron y a día de hoy ‘Animal’, ‘Pour some sugar on me’, ‘Rocket’, ‘Hysteria’, ‘Armageddon it’ y ‘Love bites’ solo pueden considerarse clásicos. Hubo canciones que pasaron con discreción (‘Excitable’), pero otras quedaron eclipsadas para siempre. Tal es el caso de ‘Gods of war’, por mucho que la tocaran en la gira, ‘Love and affection’ y muy especialmente ‘Run riot’, una meritoria puesta al día del rock and roll cincuentero. Porque lo que hizo este elepé fue proponer una versión moderna y avanzada del rock a secas, y su visión funcionó. Es fácil encontrar algún cliché a día de hoy (esas baterías inhumanas y petulantes) pero la forma en que trabaja las guitarras, las capas y coros es magistral. Por supuesto, la escritura de las canciones es lo que sostiene el disco, y lo cierto es que es alucinante la cantidad de ganchos que Def Leppard eran capaces de colocar por canción sin sobre cargarlas y con la más absoluta naturalidad. Unos maestros, sin duda.

La reedición actual contiene un libreto en el que algunos de sus miembros repasan cada canción con comentarios que ayudan a profundizar en ellas, esforzándose por aportar nuevos detalles y en, su edición más económica, se añaden dos cedés conteniendo la banda sonora de “In the round, in your face”, el vídeo doméstico que editaron en su día y que les mostraba como unos avanzados a su tiempo actuando sobre un escenario colocado en medio de las arenas y estadios.

Anterior crítica de discos: “Hollywoodland”, de Thomas Group.

 

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