Ha fallecido Germán Coppini, la voz inolvidable de Golpes Bajos

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Foto: MIGUEL ÁNGEL SÁNCHEZ MORALES.

Ayer, 24 de diciembre, hacia las 21:00 horas, murió en Madrid Germán Coppini, a los 52 años, como consecuencia de un cáncer de hígado. En las últimas semanas, problemas de salud le impidieron debutar con Néctar, el grupo malagueño con el que había grabado un álbum (que permanece inédito) y en el que ejercía de cantante.

A Coppini se le recuerda esencialmente por haber sido el vocalista de la primera formación de Siniestro Total, pero, sobre todo, por haber escrito una de las páginas más brillantes del pop español con Golpes Bajos, con canciones como ‘Malos tiempos para la lírica’ y ‘No mires a los ojos de la gente’, que forman parte de nuestra memoria colectiva.

Germán Coppini López-Tormos nació en Santander en 1961, pero fue en Vigo donde arrancó su carrera musical, enfocada hacia el punk y junto a Julián Hernández (batería) y Miguel Costas (guitarra) en diversos grupos que acabarían por desembocar en 1981 en Siniestro Total. Grupo que grabó por vez primera en 1982, en el sello independiente DRO (Discos Radioactivos Organizados), el hoy legendario epé «Ayudando a los enfermos», que contenía cuatro pildorazos de punk divertido, pues el humor fue el arma que desde el principio definió al grupo: ‘Ayatollah!’, ‘Matar jipis en las Cies’, ‘Mario (encima del armario)’ y ‘Purdey’, que gracias al «Diario Pop», el programa que dirigía y presentaba Jesús Ordovás en Radio 3, se convirtieron en himnos del momento y llevaron al disco a agotar su pequeña tirada inicial.

A finales de 1982, Siniestro Total ya tenía en la calle su flamante primer elepé «¿Cuándo se come aquí?», con barbaridades como ‘Todos los ahorcados mueren empalmados’ o ‘Las tetas de mi novia’, que supusieron todo un revulsivo para el rock del momento y que le ha valido ser considerado uno de los álbumes esenciales de la historia del rock español y, desde luego, como el mejor del grupo. El single de 1983 que contenía los temas ‘Sexo chungo’ y ‘Me pica un huevo’, y que en su portada parodiaba la cubierta del «London Calling» de los Clash (que a la vez era un homenaje a la primera de Elvis), fue la última grabación de Coppini con Siniestro Total: tras recibir un botellazo en una pierna durante un concierto en Barcelona, decidió replantearse su futuro como vocalista de una banda punk y abandonó.

Su nuevo proyecto le unió a Teo Cardalda, un músico completo, de gustos pop y refinados con el que dio forma a Golpes Bajos, donde también militaron Pablo Novoa y Luis García. Tras ganar un concurso de maquetas organizado por la revista «Rock Espezial» y aparecer en televisión en «La edad de oro», el espacio que presentaba Paloma Chamorro, Golpes Bajos ficharon por Nuevos Medios, el sello que dirigía Mario Pacheco y que se estaba caracterizando por el buen gusto de sus ediciones. Su primer disco fue un mini-elepé de título homónimo conteniendo cinco canciones y con una portada preciosa ilustrada por Ceesepe. La música de Golpes Bajos tenía poco que ver con la de nadie del momento (y estaba totalmente alejada de la de Siniestro Total): era un pop preciosista y elaborado, elegante y pretendidamente culto, por momentos funk, definido en gran medida por la singular tesitura vocal de Coppini, con ciertos dejes de tristeza, y textos sobre la desolación y la incomunicación. El disco fue un éxito a escala independiente, sobre todo por las canciones ‘No mires a los ojos de la gente’, ‘Estoy enfermo’ y ‘Malos tiempos para la lírica’, que los hizo comenzar a girar por toda España. Pese a que el éxito soplaba en las velas de Golpes Bajos, el grupo tuvo corta vida: en 1984 editaron «A santa compaña», su único elepé, y en 1985 se despidieron con otro mini-elepé, «Devocionario».

En 1986, de forma inesperada, se unió a Nacho Cano, de Mecano, para grabar un único maxisingle, «Edición limitada», en el que se decantaban hacia el pop bailable y que obtuvo cierto eco por el tema ‘Dame un chupito de amor’. Un año después arrancó de verdad su carrera solista con «El ladrón de Bagdad», al que siguió en 1989 «Flechas negras», donde entre temas propios se atrevía incluso con el ‘Cuatro rosas’ de Gabinete Caligari y algún clásico del soul. Todo ello tratando de ofrecer, también desde las imágenes promocionales, una imagen de crooner contemporáneo. Pero la carrera solista de Coppini desde ese instante y ya para siempre, le llevaría a convertirse en artista de culto. Es decir, en músico adorado por unos pocos degustadores de su música y alejado de la popularidad.

Durante los años noventa se dedicó esencialmente a colaborar con otros artistas hasta que en 1996, de nuevo en Nuevos Medios, dio rienda suelta a su lado latino con «Carabás», un disco propio que casi nadie entendió por el giro que representaba, pero hay que decir que Coppini, melómano compulsivo, era un aficionado a la música sin prejuicios de ningún tipo y un conocedor de infinidad de géneros, así que «Carabás», en su eclecticismo musical, tenía sentido. En 1998, junto a Teo Cardalda, puso en pie de nuevo a Golpes Bajos, dejando el disco en directo «Vivo».

Tras otro periodo de silencio solo roto por colaboraciones y en el que incluso se dedicó a la pintura, en 2005 cantó en el único disco de Anónimos, un grupo de músicos de los años ochenta en el que participaba desde tiempo atrás, y en 2006 editó el álbum de rarezas «Las canciones del limbo». En 2007 reapareció, en esta ocasión orientado hacia la electrónica, como vocalista del dúo Lemuripop, formado junto a Álex Brujas. Ese mismo año editaron su primer álbum, «Primo tempo», que tuvo su continuación en 2012 con «Todas las pérdidas crean nudos». Este mismo 2013 grabó el disco «América herida», en el que recreaba clásicos del repertorio sudamericano más comprometido, con temas de Víctor Jara, Atahualpa Yupanqui, Violeta Parra, Pablo Milanés, Chico Buarque, Carlos Mejía Godoy y Carlos Puebla, entre otros.

En estos momentos, Germán Coppini colaboraba con Néctar, un grupo de músicos malagueños que se orientaban hacia el pop rock de corte clásico y en el que él, como siempre, ponía la voz. Un proyecto con el que estaba muy ilusionado (así nos lo hizo saber a EFE EME en algunos mails que nos escribió) y que ya había presentado algunas canciones. De hecho, hace unos días conversó con Chema Domínguez para una entrevista que teníamos pendiente de publicar esta misma semana.

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