Entrevista:Elliott Murphy

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Sigue fiel a sí mismo. Podría haber sido una megaestrella del rock, pero se quedó en esa tierra de nadie donde lo que cuenta son las buenas canciones y el trabajo bien hecho. Su vida es la carretera y es raro que pase un año sin disco suyo, el último es Notes from the underground.
Texto: JAVIER MÁRQUEZ.

El sempiterno poeta maldito del rock internacional. Residente en París y con el corazón en Nueva York, Elliott Murphy lanza su trigésimo álbum con una colección de canciones que recuperan toda la fuerza y energía de sus primeras grabaciones de los setenta. El nuevo disco de Elliott Murphy lleva por título Notes from the underground, lo que remite directamente a las influencias literarias de un rockero que, si bien no llena estadios, sí que cuenta con una legión de fieles seguidores que lo admiran como el último poeta maldito del rock and roll.

“Apuntes del subsuelo”. ¿Cuánto hay de Dostoievski en esas canciones?

Estaba leyendo a Dostoievski en la época en la que empezamos a grabar y me gustó esa idea de un hombre escondido en sociedad y gritando sus quejas al universo. Pero no estuve seguro del título hasta que volvía en avión desde Bilbao y me encontré a una chica realmente guapa vestida de negro que también estaba leyendo a Dostoievski. Entonces supe que era el destino…

Este álbum tiene un sonido muy rock que se remonta a años atrás, diría que incluso a sus primeros trabajos. ¿Ha sido algo intencionado?
Todo el mundo está comparando este disco con Aquashow, mi primer disco, y no sé qué decir. Pero sí es cierto que es la primera vez en muchos años que he cogido mi vieja Stratocaster de 1961, y es la misma guitarra con la que grabé  “Last of the rock Stara”, que fue la primera canción de Aquashow. Creo que es algo más profundo, porque de algún modo he vuelto al mismo punto en el que estaba hace 35 años ahora que mi hijo Gaspard empieza a iniciarse en el mundo de la música.

Compone y graba al menos un disco al año. ¿Tan hambriento está de rock? ¿No puede vivir sin la música?

Desde una perspectiva práctica, la música es mi medio de vida, como un trabajo normal, así que no creo que un disco al año sea demasiado. Probablemente pudiese sacar dos cada año si tuviese que hacerlo. Es un ciclo que comienza al estar de gira y ofrecer tantos conciertos; te surgen ideas para muchas canciones. He estado de gira constante durante los últimos diez años, con pocas vacaciones. Y gracias a la colaboración con Olivier Durand, mi increíble guitarrista, siempre tengo a alguien con quien comentar mis ideas musicales. Las letras, por supuesto, siempre son cosa mía.

¿Cómo es su proceso creativo? ¿Qué tipo de cosas suelen inspirarle una canción?
Ese tipo de cosas que suelo ver cuando miro a través de la ventanilla del coche, o conversaciones pilladas al vuelo, o bocados de películas o libros. Intento tener preparado mi cuaderno de notas en todo momento y está lleno de anotaciones locas y apuntes que sólo me afectan a mí. Después, cuando cojo la guitarra, es el ingenio lo que da alas a esas palabras haciéndolas volar. Una canción tiene que tomar aire para alcanzar a la gente. A veces necesito más ideas musicales para una canción que he empezado y ahí es donde aparece Olivier Durand. Hemos coescrito juntos cinco canciones del nuevo disco.

Con éste ya son 30 los títulos en su discografía, algo que poca gente puede decir.
Actualmente puedo entrar en el estudio completamente vacío y salir inspirado y algo satisfecho. Y digo algo porque un artista no puede estar demasiado orgulloso de sí mismo. Veo mi vida a través de mis canciones, mis éxitos y fracasos. Siempre digo que desearía poder ser el hombre que está en mis canciones y al mismo tiempo aquél al que van dirigidas. Es difícil de explicar, pero hay otro Elliott Murphy dentro de mí, y es más fuerte y poético que yo.

En todos estos años usted siempre se ha mostrado muy independiente del universo de la industria musical. ¿Hasta qué punto cree que le ha afectado a la venta de sus discos?
Pues probablemente de manera negativa. Mi madre dice que mi independencia me ha evitado ser una gran estrella que llena estadios. Mi música es muy preciosa para mí y soy muy posesivo y defensor al respecto. Solía ir de acá para allá buscando quien promocionase mis discos. Pero creo que ahora estoy preparado. Sólo necesito un “patrón” que me ayude. ¿Alguna sugerencia?

¿Está donde quería cuando empezó, o aún lucha por llegar a algún sitio?
En mi último disco había una canción titulada “A touch of kindness” en la que digo: “Puedes ser exactamente lo que quieras ser / con un pequeño toque de bondad”, y todavía lucho conmigo mismo para ser más generoso, más bondadoso y menos temeroso. Ofrezco unos cien conciertos al año, casi todos son un éxito y la gente sigue comprando mis discos a pesar de la muerte del CD. Pero soy muy exigente, y creo que debería vender más discos. Mi nivel de éxito es una dulce tortura. Siempre estoy hambriento y nunca vacío. Vivo en el subsuelo y éstas son mis notas…

Actualmente la industria musical se enfrenta a un compleja crisis. La gente no compra discos, descarga la música de internet. Hay quien dice que eso se debe en parte a la mala calidad de la música que se promociona.

La cuestión es qué música es todavía importante en la vida de la gente como un día ocurrió, como esas canciones que todos recordamos. El rock and roll es la victoria en la guerra de las culturas. El rock está ya en las películas, en la televisión y la publicidad. ¡Nosotros ganamos! Pero, ¿adónde vamos? Pronto habrá programas de ordenador que escribirán letras rockeras. Justo hace unos días alguien me enseñó un programa que te ayuda a rimar palabras. ¡Asombroso! Intento no pensar más que hacia dónde voy y cómo puedo estar lo mejor posible allí. Estoy muy agradecido a todos los fans que siguen apoyándome. Me conocen mejor que yo mismo. Mientras pueda mantenerme leal a sus ideales, estaré bien.

Con esa crisis musical de la que hablábamos parece que una de las consecuencias es la caída de las ventas de los CDs frente a la reaparición del vinilos. ¿Prefiere el viejo formato? ¿Es de los que opina que sonaban mejor?
Hace mucho que no escucho un vinilo y creo que los compactos suenan muy bien ahora. Soy un nostálgico de las carpetas de los vinilos, con aquellas fantásticas portadas, que es imposible hacer para un compacto. Era un ritual sagrado poner un LP en el plato y calibrar el ecualizador según requiriera cada tema. El vinilo exige más esfuerzo y es más frágil. En cualquier caso, la mejor música que he escuchado jamás era en la radio de mi coche cuando tenía 17 años. Y podía sonar terriblemente mal, pero amigo, ¡con tanta vida…!

Usted es neoyorquino pero reside en París desde hace ya bastantes años. ¿Sigue interesado a pesar de todo por la vida política estadounidense? ¿De cara a las próximas elecciones, qué le parecería que Barack Obama se convirtiese en el primer presidente afroamericano de los Estados Unidos?
Me he pasado la vida hablando de política y nunca he cambiado la mentalidad de nadie. Actualmente soy más un observador. Me gusta el carisma y la energía de Obama, y creo que en este punto América necesita reinventarse. No creo que la raza sea algo clave en estas elecciones –EEUU ha hecho un progreso tremendo en derechos civiles desde los sesenta–, tal vez suponga más en Europa en ciertos aspectos. Hemos visto algunos días oscuros y sigo esperando una luz que nos ilumine de nuevo. Tengo un hijo, así que soy optimista por necesidad, y a pesar de todo llevo 35 años en la carretera y sigo en mi camino hacia algún hermoso y brillante lugar que me lleve a las estrellas