El disco del día: La Bien Querida

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«Ceremonia’ es el mejor disco de los tres de La Bien Querida, sin ser fundamentalmente original o novedoso ¿Qué cambia en él? El criterio de producción, los arreglos»

 

La Bien Querida
«Ceremonia»
ELEFANT

 

 

Texto: CÉSAR PRIETO.
 

 

Es jugada de órdago la que voy a lanzar, pero –tras las escuchas que le he podido dar entre la recepción del disco y la escritura de esta reseña– creo que «Ceremonia» es el mejor disco de los tres de La Bien Querida, sin ser fundamentalmente original o novedoso. ¿Qué cambia en él? El criterio de producción, los arreglos. Quizás a sus canciones no les iban bien esos andamiajes vanguardistas que en ocasiones las condenaba a ser excusa para el asombro ante la producción. En «Ceremonia» se ha dado un amplio giro y resulta todo más compacto, más frío, y aunque se notan los sintetizadores, las guitarras eléctricas también marcan un camino.

Ana Fernández Villaverde, tiene una manera muy asentada ya de hacer canciones; sus melodías, sus líneas, son muy naturales, funcionan bajo mínimos y parecen sacadas directamente del corazón; es por ello que tras su primer disco, los aficionados apuntaran que “está mejor la maqueta”. Aquí, ya no es posible creerlo, puesto que todo parece encajar a la perfección. Tomemos la que a este pobre cronista le ha emocionado en mayor grado: ‘A veces ni eso’, la que tiende más al hit, aparece tras una línea de bajo de preciosa magia, despliega un estribillo pegajoso y se cierra con una guitarra casi funky. Nada más se puede pedir.

El resto no baja del nivel impresionante. Ahí está también ‘Hechicera’, la historia de Circe y Ulises con la guitarra caracoleante y un tono que recuerda lejanamente a un flamenco pop sesentero; o la suave y estremecedora textura de ‘Luna nueva’, la ilusión de los primeros días del amor en una temperatura de noche, estampas y sentimientos de suave textura. Son a veces las instrumentaciones más cercanas a Los Planetas, como en ‘Mil veces’ o ‘Aurora’, pero en esta última combinan ese deje lisérgico, correoso, con cierto aire flamenco o de balada italiana. Siempre han sido las tonadas de La Bien Querida muy atentas a lo popular, la canción tradicional de toda la vida, pero aquí, tanto en esta última, como en la barroca ‘Arenas movedizas’ o ‘Los Picos de Europa’ saben combinar a la perfección esa honda sabiduría con un ritmo contemporáneo. Que no deje nunca Ana Fernández de hacer canciones, de buscar caminos, es la única garantía de que tendremos discos hechos directamente desde los sentimientos.

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