El disco del día: Djavan

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«Hablar de Djavan son palabras mayores. Ya no quedan muchos artistas de nivel que se permitan hacer ellos mismos todo: componer, arreglar, producir y cantar absolutamente todo lo que graban en sus discos»

Djavan
«Rua dos amores»
UNIVERSAL

 

 

Texto: GERNOT DUDDA.

 

 

 

Hablar de Djavan son palabras mayores. A la dimensión del nombre hay que añadir también el hecho de que llevábamos cinco años sin nuevas canciones suyas y quince sin verle grabar con los músicos que tuvo en la que se considera una de sus mejores formaciones: Carlos Bala (batería), Glauton Campello (teclados), Marcelo Mariano (bajo), Paulo Calasans (piano acústico) y Torcuato Mariano (guitarras). Había hambre y aquí podremos saciarnos.

En lo de las canciones remarco lo de “suyas” porque ya no quedan muchos artistas de nivel que se permitan hacer ellos mismos todo con la voluntad de mantener tan apabullante personalidad (y muchos están en Brasil): componer, arreglar, producir y cantar absolutamente todo lo que graban en sus discos.

Las trece piezas de este “Rua dos amores” vuelven a ser de su puño y letra, completamente propias. Aquí hay más madera y de la buena para los que a partir de ahora entren en este caladero en busca de la mejor canción (como ya pasó hace muchísimo tiempo con aquel famoso “Sina” que tomaron prestado los Manhattan Transfer para su álbum brasileño).

Candidatas a este pedestal tenemos esa preciosa balada llamada ‘Vive’ –que de hecho ya la cantó este mismo año Maria Bethânia en su álbum “Oásis de Bethânia”–, la crepuscular pieza homónima del final (con esos sobrios metales y el inmenso solo de guitarra eléctrica de Torcuato Mariano), el elegante funky de ‘Pecado’, el suavecito “bossanoveado” de ‘Pode esquecer’ o la misma con la que se abre el disco, ‘Já não somos dois’, perfecta declaración de intenciones, en la que brillan esos riquísimos arreglos que se mantendrán durante todo el álbum a discreción de cada tema, dejando esa huella de calidad que le distingue. Y luego la voz, esa voz de manifiesta “brasilianidad”, tan racial: sinónimo de la forma de hacer música en ese continente en sí mismo que es Brasil y que sabe compartir –si mencionamos solo la parte masculina– con los Ney Mattogroso, Gilberto Gil, Milton Nascimento, Carlinhos Brown o Caetano Veloso de la historia (por citar solo unos pocos). Una gozada.

Anterior disco del día: The Rolling Stones.

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