Diez canciones para niños (y mayores) confinados

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Para estos días extraños, en los que compartimos tanto tiempo en familia, el letrista Juan Mari Montes ha pensado en los más pequeños: ha escogido diez canciones vinculadas a cuentos populares del cancionero español para acercarse a ellos. Desde Cecilia hasta Bunbury pasando por la Orquesta Mondragón.

 

Esta es la lista de canciones.

 

 

Selección y texto: JUAN MARI MONTES.

 

Puede que este confinamiento forzoso sea el momento ideal para compartir con los más pequeños aquellos cuentos infantiles que nuestros mayores nos leyeron al borde de nuestra cama. Si nuestros pequeños, crecidos a la luz de las nuevas tecnologías, ofreciesen alguna resistencia, pongámoselo un poco más fácil con unas cuantas canciones de nuestro pop y los correspondientes enlaces. Aquí les presentamos una selección de diez de estas canciones para niños (y mayores) confinados.

 

1. “Caperucita feroz”, de Orquesta Mondragón (Bon voyage, 1980)

Sería el primer gran éxito de la banda liderada por Javier Gurruchaga, una canción incluida en su segundo álbum, Bon voyage, producido por Julián Ruiz y editado en 1980. La canción venía firmada musicalmente por el guitarrista Jaime Stinus, que había entrado a formar parte de la banda donostiarra precisamente con este trabajo. La letra era una de las locuras llenas de doble sentido que por aquella época firmaban para la banda y al alimón el filólogo y poeta Luis Alberto Cuenca, su amigo Fernando González de Canales y el propio Javier Gurruchaga, que con una interpretación que rozaba la ventriloquía y a un ritmo trepidante que arrancaba tras el ring de un teléfono, iniciaba el diálogo entre Caperucita y el lobo feroz, al servicio de una historia donde no está tan claro como en el cuento original que la inocente e ingenua fuera la primera y el voraz y feroz el segundo.

2. “Hansel y Gretel”, de Golpes Bajos (A santa compaña, 1984)

Incluido en el tercer trabajo del grupo vigués Golpes Bajos editado en 1985, A santa compaña, esta otra pieza de apenas dos minutos y veinte siete segundos titulada “Hansel y Gretel”. En ella Germán Coppini revisaba aquel terrible cuento homónimo de los hermanos Grimm en los que unos padres tan pobres como miserables abandonaban a sus hijos en el bosque ante la imposibilidad de alimentarlos. Sobre una tenebrosa y saltarina melodía de Teo Cardalda, Coppini captura la atmósfera y el atormentado mundo de la pareja de niños abandonados para situarlos en una casa encantada donde lloran con desconsuelo y se lamentan ya no solo por el abandono de sus padres, sino por el de las hadas que salvaguardaban su buenaventura. El toque de actualidad lo dará la referencia a ciertas tormentas inmobiliarias de la época: «¿Te acuerdas de aquella casita? Pues ahora han construido un hotel», cantaba Coppini con su voz afligida y atribulada.

3. “Pinocho”, de La Cabra Mecánica (Hotel Lichis, 2005)

Más que circunscribirse a la historia del escritor florentino Carlos Callodi, en la que a aquel muñeco de madera construido por Geppeto solía crecerle la nariz cada vez que mentía, Lichis aprovecha el tema “Pinocho” (incluido en su disco Hotel Lichis) para ajustar cuentas con alguien al parecer tan amigo de trolas como el personaje del cuento. Quién sabe si un mánager tramposo, un colega charlatán de la propia banda o un A&R de alguna multinacional le había prometido el oro y el moro y necesitaba desahogarse. A ritmo de populosa charanga cañí y con música, letra, arreglo e instrumentación del propio artista, tampoco perderá ripio para soltarle que tiene aliento de escombro. Así se las gasta Lichis cuando lo hacen enfadar un poco más de la cuenta. El disco terminaba las referencias discográficas de La Cabra Mecánica, aunque posteriormente editaría un directo.

4. “Soldadito de plomo”, de Cecilia (Canciones inéditas, 1983)

Fallecida Cecilia, se supo que había dejado unas cuantas canciones grabadas a voz y guitarra compuestas entre 1971 y 1975. Posteriormente, su madre le entregaría esas maquetas al arreglista Juan Carlos Calderón y en 1983 aparecería bajo el viejo sello de CBS el álbum póstumo Canciones inéditas, con algunas canciones tan soberbias como “Soldadito de plomo”, en la que de nuevo Cecilia aprovecha el personaje del inmortal cuento de Andersen, nacido del plomo de fundir una cuchara, para —dejando a un lado sus avatares sentimentales con su enamorada la bailarina— ponerlo a las órdenes de un belicista capitán de madera. En realidad, una canción de tono pacifista, de aquellas que en una primera época tanto trabajo daban a los oscuros censores del viejo régimen, motivo por el cual sospechamos que fue relegada de la discografía oficial de Cecilia posponiéndola hasta los más tolerantes años ochenta.

5. “La cigarra y la hormiga”, de Vainica Doble (Vainica Doble, 1972)

Aquella vieja fábula de Fontaine que nos hacían aprender en la escuela como un dogma de fe, tuvo allá por el año 1971 su oportuna versión musical en esta fantástica canción incluida en el primer álbum de las encantadoras, singulares y traviesas Vainica Doble. Con importantes matices. Si en Fontaine se ensalzaba el laborioso trabajo de la hormiga por encima de todo, he aquí que Carmen Santonja, letrista del dúo madrileño, pone en valor la trascendental importancia en nuestras vidas de poder disfrutar del canto de las cigarras y demás organismos vivos con tendencias cantarinas que la tradición hasta entonces condenaba al papel de la holgazanería. Unos angelicales coros infantiles, una juguetona melodía y una colorista portada diseñada por el heterodoxo cineasta Iván Zulueta iluminaban una de las canciones más inesperadas y originales de la época.

6. “No serás nunca el flautista de Hamelín”, de Víctor Manuel (Por el camino, 1992)

El metro pasa por encima de la pierna de un tipo que resistiéndose a abandonar este trozo de su cuerpo seccionado tan salvajemente, decide construir con lo que fuera tibia una flauta con la que tocará en la calle por la voluntad como uno de esos instrumentistas callejeros. El escabroso suceso apareció en un breve en la página de sucesos de algún diario y Víctor Manuel supo explotar el infortunio del tullido para construir una de las más memorables canciones incluidas en su disco de 1983, Por el camino. No serás nunca el flautista de Hamelín / no irán los niños ni las ratas tras de ti decía el estribillo de la canción, haciendo referencia al protagonista del popular cuento transmitido de generación en generación. La canción sería arreglada por el londinense Geoff Westley, el productor que tomaría las riendas de la carrera del cantautor asturiano tras los míticos trabajos realizados por el gran Danilo Vaona a finales de los setenta.

7. “Juan Sin Miedo”, de Me Enveneno de Azules (Imágenes, 1999)

Mucho más fiel al cuento original de los hermanos Grimm es por el contrario este tema homónimo de los murcianos Me enveneno de Azules, un dúo actualmente desaparecido en combate formado por Jesús y José García, que se colocaban en el instante en que Juan sin Miedo decide marcharse de casa en busca de aquellos terrores que pudieran amedrentarle por el camino para ir conociendo las sensaciones que sí podía experimentar el hermano que quedó en casa, el inteligente pero medroso Pedro. La canción era uno de los cuatro temas incluidos en el minielepé Imágenes, que iniciaba las referencias discográficas del dúo y fue editado en 1999 por el sello independiente Elefant, especializado en pop amable, pegadizo y sin muchas pretensiones ni aristas.

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8. “La Cerillera”, de Braulio (single, 1975)

Otro de aquellos cuentos clásicos terriblemente trágicos es La Cerillera, de nuevo nacido de la imaginación taciturna y terrorífica de Hans Christian Andersen. “La Cerillera” que grabó el cantante melódico canario Braulio —a mediados de los setenta para el sello Belter— suena a ritmo de vals, propaga el mismo destino compungido y funesto del cuento original y padece el mismo frío, sin embargo, mucho más crecidita, abandona la venta de fósforos para dedicarse a otros incendios más carnales, hasta acabar finalmente regentando un burdel por el que suelen perderse personajes tan respetables como un ministro, un diputado y hasta algún que otro miembro del clero. Braulio, que representaría a RTVE en el Festival de Eurovisión con “Sobran las palabras”, solo un año más tarde, también intentó llevar al mismo festival “La Cerillera” soslayando lo inapropiado del contenido de la canción para un festival tan blanco y familiar. En este caso no lo consiguió.

9. “Mi Cenicienta”, de Rulo y La Contrabanda (Señales de humo, 2010)

Infinitamente más recurrente que cualquier otro relato resulta el de Cenicienta, del que podríamos encontrar docenas de canciones de los más dispares grupos y cantantes que han ido encontrando en la chica que perdió su zapato la necesaria inspiración para habitualmente regalarle el oído a sus parejas. Uno de ellos es de Rulo y La Contrabanda, que en 2010 grabaron el álbum Señales de humo, donde se incluye como uno de los temas estrellas “Mi cenicienta”, un tema con esa lírica rockera que no escatima adjetivos malsonantes para una historia de tono contundente y apasionado. «La vida es menos puta si estás a mi lado», canta Rulo en el estribillo, resumiéndonos la película sin muchos pelos en la lengua. Posteriormente también se incluiría el tema en su directo Una noche en el castillo, donde redondearían la faena con una escenografía mucho mejor emparentada con el cuento de los Grimm.

10. “Alicia (expulsada al País de las Maravillas)”, de Bunbury (Radical sonora, 1997)

Las notas de una caja de música introducen “Alicia (expulsada del País de las Maravillas)”, la canción con la que terminamos este inventario musical con referencias a narraciones infantiles. El tema venía incluido en el debut en solitario de Enrique Bunbury, Radical sonora, editado en 1997 y producido por el propio músico junto al ex Roxy Music Phil Manzanera. Bunbury experimenta con la electrónica y suma guitarras distorsionadas al tiempo que intenta transmitirnos la sensación de abandono y perdida que experimenta la protagonista del célebre relato de Lewis Carrol tras su expulsión de ese paraíso alucinado y quimérico donde disfrutó de increíbles y maravillosas aventuras. Un estado de ánimo compartido, en cierto modo, por algunos fans de su ex banda Héroes del Silencio, tras la imprevista disolución del grupo.

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