Diez canciones imprescindibles de Rubén Pozo

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Con cuatro discos ya publicados es un buen momento para hacer un ligero repaso por la discografía en solitario de Rubén Pozo, recordando diez de sus temas más destacados, más representativos o más importantes.

 

Texto: SERGIO ALMENDROS.
Foto: TITÁN POZO.

 

Me gustaría pensar que por este rincón no se tiene la percepción esa de que tras la disolución de Pereza Rubén Pozo fue quien se llevó la peor parte y a día de hoy tiene que casi pedir limosna tocando en los bares a los que otros días va la gente antes de entrar al concierto de Leiva en el pabellón de turno. Os presupongo un cierto conocimiento de cómo está el panorama musical por nuestros lares y os otorgo un mínimo de coherencia para no medir el éxito por el número de ceros acumulados en las cifras, y qué demonios, que el 90% de los grupos de este país matarían por estar en el lugar de Rubén Pozo. Es cierto que el éxito de Leiva es masivo, quizás de los más masivos de España ahora mismo, pero no es menos verdad que Rubén Pozo goza de un estatus muy cómodo y reconocido, y esto ya se intuía desde los mismos tiempos de Pereza porque si bien cuando la banda se formó Rubén Pozo era el único con cierto background musical, la erupción de Leiva no se hizo esperar y rápidamente se vio que sus composiciones estaban destinadas a públicos más numerosos que las de su compañero. Su discográfica tampoco tardó en descubrir esto y no dudó en escoger como singles de sus discos casi siempre canciones de Leiva, desequilibrio que bien pudo tener algo que ver en la disolución del grupo. O no. Sea como fuera la historia, con el tiempo Rubén Pozo ha forjado una manera de componer personal y por momentos sobresaliente, abrazando formas más allá del rock and roll clásico, una vez ya demostrado que es uno de los más expertos rocanrollers del país.

Así, dejando aparte la etapa de Pereza, la anterior con Buenas Noches Rose y el reciente paréntesis junto a Lichis, con cuatro discos ya publicados quizás es un buen momento para hacer un ligero repaso a su discografía en solitario recordando diez de sus temas más destacados, más representativos o más importantes, diez imprescindibles por los que empezar por si sigues (mal)pensando eso de que Rubén Pozo fue el que se llevó las sobras tras la ruptura de Pereza.

 

“Rucu rucu” (Lo que más, 2012)

Empecemos por una ruptura, cuando se termina algo, cuando algo bonito llega a su fin por falta de chispa o por simple desgaste. Sí, perfectamente se podría estar hablando del final de Pereza, pero creo que simplemente este tema abordaba el final de un amor. La canción estaba presente en su primer disco en solitario, donde ya dio en la diana y firmó uno de los temas más queridos por sus seguidores, un medio tiempo de letra cristalina y sincera, como siempre.

“Ozono” (Lo que más, 2012)

En esta misma reválida que podría haber sido su primer álbum (aprobada con creces) también se incluía una de sus grandes joyas, es más, posiblemente una de las mejores canciones de esa década en el rock español. “Ozono” es una balada preciosa y muy sentida, con Sara Rubio dando una doble voz que eleva exponencialmente la canción, despegando en su segunda parte y estallando al final con un punteo bestial, uno de esos punteos que acreditan por qué Rubén Pozo es uno de los guitarristas más importantes en la actualidad.

“Chavalita” (Lo que más, 2012)

El deje canalla de Rubén Pozo, tan presente en sus composiciones en Pereza y anteriormente en Buenas Noches Rose, destacaba más que nunca en esta primera colección de canciones en “Chavalita”, otra de las favoritas de sus fans que podría ser el apéndice de aquella legendaria “Lady Madrid”, una historia de amor en el filo, de peligros, malas compañías y apego a lo prohibido. Y cierro el bloque de este primer trabajo subrayando, por si no ha quedado claro, que Lo que más es un discazo lamentablemente infravalorado en su momento.

“Esta es mi canción” (En marcha, 2015)

Para su segunda entrega en solitario Rubén Pozo se puso en manos de Nigel Walker, uno de los productores más reputados de los últimos años, y su mano se notó al dar a los temas más empaque, presentando una lucha entre la sencillez y frescura a las que nos tenía acostumbrados y una producción más madura. No se resintió para nada el conjunto, que se abría con una declaración de intenciones, un «este soy yo y esto es lo que sé hacer». Y no sonaba nada mal el arranque entre acústicas y eléctricas alternándose el protagonismo.

“La chica de la curva” (En marcha, 2015)

La jugada quedaba quizás mejor expuesta con “La chica de la curva”, un delicioso momento netamente pop con ecos de ranchera en el que se nos contaba una entrañable historia de encuentros y desencuentros, con algunos de los recursos ya típicos de sus composiciones.

“Tonto de tanto (r ‘n’ r)” (En marcha, 2015)

Los temas acelerados y punzantes seguían muy presentes, esas canciones stonianas que se convirtieron desde el principio en marca de la casa. Esta es una de las más celebradas del disco, un corte pleno de guitarras y con una letra desenfadada y casi guasona, como a la postre deben ser este tipo de canciones, y en la que se nota especialmente el pulso de Nigel Walker dando robustez al sonido.

“Guitarra española” (Habrá que vivir, 2017)

Con el tercer disco, Rubén Pozo recurrió a otro histórico de la producción nacional como José Nortes para conseguir el sonido más directo e instantáneo de toda su carrera. Creo que compositivamente este es el trabajo menos inspirado de su producción en solitario, aunque musicalmente suena más contundente que nunca. Además, el álbum contenía un baladón que, aunque para mi gusto le faltaba algo de colmillo, se ha convertido en una de sus señas de identidad y en el tema que más público quizás ha abarcado fuera de su círculo habitual, lo que siempre es de celebrar.

“Tras la tormenta” (Vampiro, 2022)

Después de una pandemia y de una aventura junto a Lichis, Rubén Pozo hizo acopio de todo lo recogido a lo largo de casi cinco años para dar forma a su trabajo más reposado, maduro y emocionante. Prueba de ello podría ser la hermosa a la vez que dolorosa “Tras la tormenta”, en la que a corazón abierto describe las sensaciones de una especie de náufrago, de alguien que ha vivido en la cresta de la ola pero que cuando esta llega a la orilla se encuentra lleno de golpes que sanar.

“Me pareces increíble” (Vampiro, 2022)

Las acústicas tomaron el protagonismo del álbum después de varios años de conciertos en solitario por aforos muy reducidos. Así, al contrario de lo que venía siendo habitual, las guitarras acústicas son las que ahora mandan, quedando las eléctricas en un segundo plano para dar luz y destellos. Pero al contrario de lo que pudiera parecer, no es este un disco triste u oscuro, y prueba de ello es esta enérgica y notable “Me pareces increíble”.

“Ya no eres mi problema” (Vampiro, 2022)

Y cerramos el repaso al cancionero más elemental de Rubén Pozo con su última gran joya, un temazo que, dentro de su escritura directa y evidente, encierra un mensaje rocoso y denso, con el plus de unos coros y de unas teclas que le dan fuerza y dramatismo a la siempre dolorosa suelta de lastre, porque el «ya no eres mi marrón» que en otro contexto podría resultar hasta frívolo, Rubén Pozo lo hace mirándote de tú a tú, y le entiendes y te lo crees.

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