Depeche Mode Melancolía sonora

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Depeche Mode Melancolía sonoraSon una de las formaciones más populares del mundo, cuyo poder de convocatoria aumenta con los años y cuya madurez ha resultado excepcional a nivel creativo. Una máquina tan sintética como humana. Con nuevo disco recién editado, Songs of the universe, repasamos su trayectoria.

Texto: JUAN JOSÉ ORDÁS FERNÁNDEZ.

COMPONENTES

Podríamos decir que Depeche Mode son las composiciones de Martin Gore en la voz de Dave Gahan. Ambos se necesitan el uno al otro para dar vida al ente.

Gore monopoliza la composición, dotando al grupo de mayúsculas canciones repletas de dolor, tristeza y redención. Músico versátil, es capaz de montar y estructurar perfectas piezas de pop oscuro y dramático, casi futurista gracias al uso de instrumentos sintéticos y orgánicos. Gahan, por su parte, es la voz del grupo, el cincuenta por ciento de su alma. Su voz grave, al más puro estilo Jim Morrison, ha marcado a generaciones. Capaz de retorcer su alma para expirar el llanto, su tesitura conduce melodía y amargura a partes iguales. No así ocurre con su explosiva actitud en directo, donde exorciza sus demonios antes sus fieles con actitud y energía. Existe un tercer miembro que poco aporta a la ecuación. Por mucho que sus fieles disfruten de su presencia en escena, Andrew Fletcher no deja de ser un componente silencioso que se mantiene fielmente en sus filas.

En su día se produjo la salida de dos miembros fundamentales: Vince Clarke abandonó para formar Yazoo y Erasure, dejándoles antes de partir y en bandeja de plata “I just can’t get enough”, un éxito instantaneo. Fue el primer compositor de la banda aunque tras su huida Gore tomó el timón. Por su lado, Alan Wilder dejaría el grupo en 1996 para formar Recoil, tras el periodo más turbulento que la banda atravesaría jamás. Su labor como músico fue esencial a la hora de armar y pulir las canciones (incluso llego a componer tímidamente), por lo que su salida casi mató al grupo. No obstante, Ultra (el primer trabajo sin Wilder) resultó ser un disco inmenso, un ejemplo de supervivencia.

Actualmente cuentan con los servicios del batería Christian Eigner y el teclista Peter Gordeno a modo de músicos asalariados.

SONIDO

La evolución de la propuesta sonora de Depeche Mode es más que interesante. Inicialmente facturaban un pop sintetizado absolutamente banal para, bajo la batuta de Martin Gore, comenzar a desarrollar un sonido sintético y oscuro pero tremendamente vivo. El tiento a la hora de humanizar el sonido de sus teclados, así como la calidez humana de la garganta de Gahan permitieron que su sintético sonido comenzara a respirar pronto. La mano de los productores Daniel Miller y David Bascombe fue decisiva durante la que podríamos denominar “época de crecimiento”, en la que se enmarcan títulos emblemáticos facturados entre 1984 y 1987 como Black celebration o Music for the masses. Para madurar se sirvieron del productor Mark Ellis, también conocido como Flood, con el que trabajaron para alcanzar la madurez entre 1990 y 1994 con Violator y Songs of faith and devotion.

En líneas generales, el sonido de Depeche Mode ha evolucionado a un híbrido orgánico y tecnológico en el que guitarras eléctricas han acabado conviviendo con programaciones, teclados y baterías humanas. En función de cada trabajo la balanza se decanta por el componente sintético o humano, aunque la electrónica sigue siendo clave, una sonoridad y estilo musical que ayudaron a crear.

IMAGEN

Si hay alguien que ha sido esencial a la hora de ayudar al grupo a crear una imagen, ese ha sido el célebre fotógrafo y director Anton Corbijn. Desde la puesta en escena (impresionantes los escenarios del Singles tour del 98 y de Touring the angel 2005) hasta las fotografías y videoclips, el holandés ha sido fundamental a la hora de captar –y mostrar al mundo– la imagen de Depeche Mode. Nadie como él ha sabido capturar la atmósfera musical del conjunto a nivel visual, especialmente el componente melancólico y enigmático. Vídeos como los turbadores “Personal Jesus” o “Walk in my shoes”, o las fotografías que ilustran algunos de sus trabajos dejan claro que Corbijn comprende como nadie la psique del grupo. Dentro de sus trabajos con los ingleses destaca como director en One night in Paris, concierto que recoge una actuación del tour de Exciter en la capital francesa, sencillamente impresionante.


DISCOGRAFÍA SELECCIONADA

Music for the masses
La perfección de su sonido inicial. Electrónica pura y viva, canciones de estructuras barrocas, con múltiples arreglos funcionando a la perfección, bases y ritmos que pasan de la dureza (“Behind the wheel”) a la extrema delicadeza (“Things you said”). Gahan encaja su voz en el entorno industrial con esplendor y Gore regala canción a canción un compendio de historias tenebristas (“Sacred”) y desoladoras (“Never let me down again”).


Violator

Con Flood a la producción Depeche Mode inicia una etapa que dura hasta la actualidad. El sonido se reorganiza, se naturaliza si se quiere. Las guitarras toman el control de piezas fundamentales como el blues electrónico de “Personal Jesus” o la melancólica y arrebatadora “Enjoy the silence”, mientras que las canciones más electrónicas como las esenciales “World in my eyes” y “Policy of truth” suenan, pese a su componente tecnológico, menos marciales que anteriores esfuerzos bailables. Una obra completa que fundamentaría las bases del rock electrónico.

Songs of faith and devotion
El disco más físico del grupo. Sin dejar de lado la electrónica suenan más orgánicos que nunca y, ¿por qué no decirlo?, más rockeros. La apocalíptica “I feel you” reincide en el blues, “Condemnation” en el soul y la versión single de “In your room” es pop industrial. Gore y Gahan descienden a los infiernos, uno de la mano del alcohol y otro de las drogas duras y la oscuridad romántica de antaño se torna en lamento. La producción de Flood vuelve a ser detallada y pulida, registrando los múltiples detalles de un trabajo doloroso aunque no por ello redentor.  Pese a sus singles claros no es un disco de fácil asimilación, sino más bien un paseo a través de entramados sonoros casi claustrofóbicos (“Mercy in you”) dentro de un disco que apunta al cielo desde el averno.

Playing the angel
Penúltima obra hasta la fecha y muestra clara del excelente estado de forma en el que el grupo se encuentra. Tras el abandono de Alan Wilder inician una nueva etapa que se remonta a nuestros días con discos tan recomendables como Ultra, Exciter o el que nos ocupa. Los demonios personales quedan atrás y es la vida diaria la que combustiona en las canciones de Gore y en las primeras composiciones de Gahan para la banda. Divorcios y madurez marcan la temática de un disco en el que continuan jugando a ser rockeros electrónicos. Saben envejecer y la agresiva “A pain that I’m used to” así lo demuestra, abriendo un disco que contiene recuerdos al pasado (“Precious” y la genial “Lilian” remiten a Violator), experimentación (la intimidante “The darkest star”), impresionantes revisiones folk (“John the revelador”) y nuevos juegos industriales (“The sinner in me”).

ACTUALIDAD

Edición múltiple para un disco que dará que hablar. Songs of the universe no solo pasa por ser uno de los lanzamientos más importantes del año, sino que también se trata de un trabajo difícil en el que cuesta adentrarse. Desde su versión sencilla hasta la edición de una caja de lujo, pasando por la opción con DVD adicional o en vinilo, el trabajo parece estar especialmente dirigido a aquellos seguidores del grupo, los que se tomaran el tiempo necesario para abrirse paso entre las capas de una colección de muy buenas canciones, aunque la inmediatez apenas haya formado parte de la ecuación. Aun así ahí tenemos “Wrong”, un single de adelanto incontestable. La producción guarda matices a los que sólo accederán los realmente interesados, únicamente los que deseen participar en un disco que sorprende desde su inicio con el lento dinamismo de “In chains” y que encuentra en temas como “Fragile tension” o “Peace” posibles futuros clásicos. Una jugada que no sólo demuestra que el grupo está vivo, sino que confía en si mismo y en la militancia de sus seguidores.

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