Cuando Nino Bravo cantó a la libertad

Autor:

César Campoy propone un apetecible recorrido por las canciones en las que Nino Bravo hizo de la libertad y la toma de decisiones propia las auténticas protagonistas. Ocho composiciones inolvidables contra la injusticia, la reflexión y la reivindicación.

 

Selección y texto: CÉSAR CAMPOY.

 

Si algo caracterizó la carrera de Luis Manuel Ferri, más conocido como Nino Bravo, fue su perseverancia, independencia y determinación a la hora de tomar las riendas de su devenir profesional. Dotado de una fuerte personalidad, pronto gozó de absoluta autonomía a la hora de, entre otras cosas, definir su propio repertorio, al cual contribuyeron los más consolidados y afamados compositores de la época. Hasta él llegaban decenas de creaciones que, en la mayoría de ocasiones, el propio cantante se encargaba de seleccionar. De entre ellas, el de Aielo de Malferit siempre sintió debilidad por aquellas, como desarrollamos en el número 14 de Cuadernos Efe Eme, que se identificaban con uno de los rasgos más acuciados de su personalidad: sus ansias por sentirse libre, renegar de las injusticias y tomar sus propias decisiones. He aquí una buena muestra.

 

1.- “En libertad” (1969)
Tras la escasa repercusión del primer sencillo de Nino, compuesto por los temas de Manuel Alejandro, “Como todos” y “Es el viento”, Fonogram recurre al efectivo dúo formado por José Luis Armenteros y Pablo Herrero, para articular la segunda entrega del cantante valenciano. Aquel vinilo incluye, como cara A, la movida y popera “Tú cambiarás”. Le acompaña una sofisticada “En libertad” repleta de vistosos arreglos, que también formó parte del primer elepé, homónimo (poco después, retitulado Te quiero, te quiero), editado en 1970. Su letra habla de la inutilidad de mantener una relación en la que la llama se ha apagado como reza en «Y tú te irás como la brisa. Libre, ¡en libertad!» y «Cuando estoy a tu lado, soy tu esclavo; yo quiero siempre estar en libertad». En estos casos, lo mejor es que cada uno tome su propio camino, sin ataduras ni rencores.

 

2.- “Quién eres tú” (1969)
Auténtica joya escondida durante muchos años. Ideada por Manuel Alejandro en los inicios de la aventura sonora de nuestro protagonista, el sello optó por guardarla en un cajón debido a lo soulero de su espíritu (deliciosos esos vientos, y magno ese bajo), que mostraba a un Nino mucho más marchoso y moderno de lo que Fonogram deseaba. Vio la luz oficialmente, por primera vez, en La voz de Nino Bravo, con discutida base discotequera a cargo de Luis Cobos. Posteriormente, se fue incorporando a muchos de los incontables recopilatorios publicados. En 2013, sonó con aires renovados tras los arreglos desarrollados por La Casa Azul para aquel interesante En libertad. Su texto es cristalino: «No cambiaré. Si te molesta, márchate. Y, por favor, ¿quién eres tú para decir qué debo hacer?».

 

3.- “Puerta de amor” (1970)
Sin duda, esta adaptación del “A street called hope”, de (enrevesada) letra erótica ideada por Vicente López (miembro de Los Superson, la banda de Nino), supera al original. Encabezó un sencillo que completaba “Perdona”, y formó parte del larga duración Nino Bravo (1971), un elepé que, al otro lado del charco, y en países como Estados Unidos o Perú, llevó por título, precisamente, Puerta de amor o La puerta del amor. De instrumentación abrumadora y crescendo maravilloso, su texto, además del componente sexual, incorpora el término mágico: «Contento y sin dudas desperté, recordando aquella calle de un pueblo llamado libertad, donde yo llegué a encontrarme». Su interpretación, en vivo, en el Festival Rose d’Or de Montreux, pone los pelos de punta.

 

4.- “Hoy soy feliz” (1971)
El componente social comenzó a vislumbrarse en la obra de Nino Bravo, de manera mucho más evidente, a partir de 1971 y, sobre todo, a partir de su fructífera relación con José Luis Armenteros y Pablo Herrero. En este caso, fue su fiel compañero de andanzas, Vicente López, quien brindó al valenciano una composición que abordaba (no sería la última vez) el tema de la mezcla de etnias. Este “Hoy soy feliz” formó parte del segundó elepé del artista, y su letra incluía pasajes como «Estar unidos es amor; no existen razas ni color. Y pensando siempre así podremos juntos vivir», «Hoy soy feliz y canto así; que iguales somos todos al morir» o un mucho más explícito «Llegará la libertad, eso tú debes pensar; cada hombre será igual».

 

5.- “Mi tierra” (1972)
Cuando ve la luz su cuarto elepé, Nino ha devenido súperestrella, tanto en España, como en toda América. El cantante se muestra seguro, y los compositores con más solera pugnan para que uno de sus temas pase a formar parte de su repertorio. La brava “Mi tierra”, que da título al disco grande, es una grandilocuente creación de Augusto Algueró que va como anillo al dedo a un intérprete que, como de costumbre, lo da todo, y rompe y rasga hasta la extenuación, en una suerte de homenaje a la patria que le vio nacer. El elemento reivindicativo, en esta ocasión, sigue subiendo grados con dos pasajes en los que no es necesario leer entre líneas: «Mi tierra tiene su voz que ruge si se la encierra» y, sobre todo, «Mi tierra tiene una flor, como cualquier tierra tiene; la flor de la libertad, que no se pudre ni muere». No hay más preguntas, señoría.

 

6.- “Vete” (1972)
A esas alturas de la película, el valenciano podía permitirse el lujo de publicar un sencillo con un tema de Armenteros y Herrero en la cara A (“Libre”), y uno de Juan Carlos Calderón en la B (“Vete”). Casi nada. Esta “Vete” incluye todos los componentes del Calderón más clásico, romántico y dramático. Reparen, si no, en el soberbio estribillo que, al final, se convierte en un punto y final acongojante. Este tema, que se integró en Mi tierra, retoma el aspecto de las relaciones amorosas. Por lo visto, antes de que las cosas se compliquen, uno de los amantes, pese a todo, prefiere que el otro siga su camino: «Vete, tú que eres libre como el viento, no escuches mi lamento; vete, por favor, vete; no mires hacia atrás».

 

7.- “Libre” (1972)
La madre del cordero. La punta de lanza del Nino más reivindicativo y valiente. Una de las cimas de su mágica comunión con Herrero y Armenteros. ¿Cómo pudo esquivar, un tema con semejante texto, los rigores de la censura? En primer lugar, el prestigio de nuestro protagonista (no nos engañemos, considerado más un cantante melódico que una figura de la canción protesta) estaba en su momento más álgido, y su influencia era notoria. En segundo, como apuntaba el propio Pablo Herrero en el número 28 de Cuadernos Efe Eme, a esas alturas, la censura había perdido mucha fuerza, andaba muy desprestigiada, y el régimen comenzaba a mostrarse menos quisquilloso. Durante muchísimo tiempo, se consideró que “Libre” narraba la historia de Peter Fechter, un obrero asesinado por la policía alemana comunista al intentar saltar al otro lado del muro de Berlín. Herrero, en Cuadernos, desmintió aquella leyenda y, pese a que la dictadura de Pinochet hizo suya su composición, dejó las cosas muy claras: «Estaba inspirada en aquella falta de libertad que había en España. Al haber viajado al extranjero, y haber visto cómo se vivía en otros lugares, yo ya era consciente de esa carencia. (…) Me inspiré en ese espíritu valiente de quien quiere superar esa opresión, sin pensar en las consecuencias; en que ese acto puede costarle, incluso, la vida. El deseo de libertad lo puede todo». De melodía eterna y emocionante a rabiar, lo sobrecogedor de sus acordes tan solo es comparable al dramatismo de un texto sin fecha de caducidad, reivindicativo a más no poder que, pese al final aciago de su protagonista, es un canto a la esperanza: «Camino sin cesar detrás de la verdad, y sabré lo que es al fin la libertad».

 

8.- “América, América” (1973)
Enamorado del continente americano, y emocionado por la magnífica acogida que allí se le dispensó, Nino encargó a Armenteros y Herrero una pieza que retratara, a la perfección, las maravillas de la región. El mágico dúo echó el resto y cinceló el que está considerado himno extraoficial de las diversas gentes de Iberoamérica. Desafortunadamente, Luis Manuel no llegó a ver editada tan bella creación, ya que nos dejó poco tiempo después de haber grabado sus voces. Nada más ver la luz, “América, América” llegó a lo más alto de las listas de todo el mercado hispanoamericano. Había sido registrado en Londres, y formó parte de …Y Vol. 5, disco póstumo lanzado en septiembre de 1973. Antes había visto la luz el sencillo encabezado por la canción que nos ocupa, y que completaba “Yo no sé por qué esta melodía”. Una vez más, Nino Bravo canta, con rabia, contra la tiranía: «Danzas de guerra y paz, de un pueblo que aún no ha roto sus cadenas».

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