Cine: «Un asunto real», de Nikolaj Arcel

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«Arcel prefiere no poner depravados obstáculos al romance que se establece entre Carolina y Struensee, epicentro que desencadena el cambio de itinerario en la historia de Dinamarca»

«Un asunto real»
(«En kongelig affære», Nikolaj Arcel, 2012)

 

 

Texto: CÉSAR USTARROZ.

 

 

Un factor biológico, bien podría explicar la capacidad que una nación tiene de concretar y preservar su idiosincrasia en unos pocos distinguidos, en un linaje fundado en la divina providencia y la vulgar simiente del populacho. Quizá la ruptura de la endogamia no baste para reformar la graciosa deformidad de infantas, delfines, reinas y soberanos, pero se muestra más que suficiente para vernos representados.

Repasando el pasado, el cronista se encuentra con episodios memorables, protagonizados por reyezuelos revueltos con personajes carismáticos que congenian con el sentido común con la misma asiduidad que los primeros con la necedad. Movida por un espíritu crítico y reformista, herida por el inmovilismo e inmoralidad de la nobleza y la iglesia, la figura de Johann Friedrich Struensee (Mads Mikkelsen) penetra en la corte danesa de finales del XVIII importando las ideas de la ilustración, empuñando planteamientos catalizadores de una modernidad que abre las puertas a la edad contemporánea; en el caso de Dinamarca, brincando desde el medievo. Este incentivo basta para accionar “Un asunto real”, film histórico que destapa la vida privada de una monarquía en decadencia.

Las esteparias facciones de Mads Mikkelsen no contienen un estreñimiento de semanas, tampoco hemos descubierto ningún lazo de consanguinidad con la racional muerte de Bergman (“El séptimo sello”, 1957); al menos la incorporación de la contenida interpretación del actor danés confiere la precisa dosis de solemnidad a una película que exhala una sobrante ventosidad de refinamiento estéril y desmesurada abnegación, especialmente cuando se tizna la trascendencia de Carolina (Alicia Vikander).  El amor a la reina madre, siempre inviolable.

Otro gallo canta para el rey Christian (Mikkel Boe Følsgaard); lujurioso y desatado en sus aficiones como el que más de los Borbones. En su tipificación el casting roza la perfección. La sangre azul ordena cumplir con la actuación, sin desdeñar la caracterización.

Nikolaj Arcel dirige “Un asunto real” respetando el método, ejecutando el trasunto fílmico de forma sistemática, sin concesiones a la innovación, sin hurgar en los degenerados apetitos de la realeza que podrían dañar la taquilla. Arcel prefiere no poner depravados obstáculos al romance que se establece entre Carolina y Struensee, epicentro que desencadena el cambio de itinerario en la historia de Dinamarca.

Anterior entrega de cine: “Searching for Sugar Man”, de Malik Bendjelloul.

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