DISCOS
«Una mezcla potente y sabrosa de elementos tan variados como el rythm and blues, el rock and roll, el twist, el surf, el swing acelerado…»
Los Mambo Jambo
“Arkestra”
BUEN RITMO, 2018
Texto: Javier Escorzo.
La música instrumental goza de gran tradición en nuestro país; ahí están para atestiguarlo los viejos discos de grupos como Los Relámpagos o Los Pekenikes, o, ya en la actualidad, los trabajos de Los Coronas o Toundra. Y si hablamos de música instrumental nacional, de ninguna manera podríamos dejar de citar a Los Mambo Jambo, que ahora cumplen su décimo aniversario y lo celebran con la publicación de “Arkestra”, álbum conmemorativo en el que reinterpretan doce de sus mejores temas.
Conviene aclarar, por si aún hiciera falta, que los cuatro componentes del grupo cuentan con extensas trayectorias a sus espaldas. Así, Iván Kovacevic y Anton Jarl eran conocidos en las escenas rockeras y jazzísticas barcelonesas, que Dani Baraldés militó en El Fantástico Hombre Bala y actualmente también forma parte de La Contrabanda de Rulo, y que Dani Nel.lo participó en los años dorados de Los Rebeldes, entre otras aventuras. Hace una década, sus caminos se cruzaron (por entonces no estaba Dani Baraldés en la guitarra, sino Mario Cobo, ahora en la banda de Loquillo) y decidieron patentar lo que ellos mismo llaman «sonido jambofónico». Ese nombre tan estrambótico define su música, una mezcla potente y sabrosa de elementos tan variados como el rythm and blues, el rock and roll, el twist, el surf, el swing acelerado…
Todos estos ingredientes se pueden encontrar, salvajemente agitados y mezclados, en “Arkestra”. Obviamente, el álbum debe su título a la Sun Ra Arkestra, toda una referencia en el jazz más experimental y vanguardista. Y eso dice mucho de su actitud y sus pretensiones a la hora de tomar elementos clásicos, fusionarlos y conseguir a partir de ellos resultados sorprendentes.
Lo mejor que se puede decir de “Arkestra” es que resulta imposible escucharlo y no bailarlo. Desde las trompetas crepusculares que suenan al comienzo de ‘El timo’, todo sucede a ritmo vertiginoso. Como en uno de sus conciertos, los temas se suceden como incontrolables explosiones de energía. Si el cuarteto siempre ha facturado una música poderosa, imaginen cómo suenan aquí ‘Gallo de pelea’, ‘Experiment in Honk’ o ‘Lago salado’ con el apoyo de doce músicos adicionales (cinco saxos, una sección de seis metales y una segunda guitarra). Una inmejorable manera de celebrar su primera década de vida, haciendo lo que mejor saben hacer: música incendiaria.
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Anterior crítica de discos: “The eclipse sessions”, de John Hiatt.
