40 años de Rock & Ríos

Autor:

«La historia más alucinante jamás vivida por un disco de rock»

 

El 5 y 6 de marzo de 1982 tuvo lugar la grabación de Rock & Ríos, el legendario y venerado disco de Miguel Ríos. Esta semana dos conciertos en Madrid celebrarán sus cuarenta años, pero antes, José Miguel Valle, autor del libro Rock & Ríos. Lo hicieron porque no sabían que era imposible, nos adentra en detalles con este artículo.

 

Texto: JOSÉ MIGUEL VALLE.

 

Este pasado fin de semana se han cumplido los 40 años de la grabación del doble álbum en directo Rock & Ríos. Aquella grabación se realizó las noches del viernes 5 y sábado 6 de marzo de 1982, en el Pabellón de la extinta Ciudad Deportiva del Real Madrid. Miguel Ríos tenía 37 años, pero le llamaban el viejo rockero o el carroza rockero porque llevaba dos decenios en el oficio y le sacaba como mínimo diez años de edad a sus contemporáneos, con los que compartía noches y escenario (Leño, Topo, Bloque, Burning, Tequila, Obús). Precisamente la celebración de sus veinte años en la música y la fuerza huracana que desplegaba en ese momento vital en los directos le animaron a grabar este álbum en vivo.

Es curiosa la cabriola de los guarismos. El Rock & Ríos se grabó para festejar que el colega Miguel cumplía veinte años en el tajo, y en estos días se han cumplido cuarenta de las dos veladas en las que concentró la fiesta. El próximo fin de semana (11 y 12 de marzo) Miguel Ríos reunirá a la banda original para rememorar aquel viernes y aquel sábado de 1982. En la rueda de prensa del 40º Aniversario del Rock & Ríos, celebrada en diciembre, su protagonista fue taxativo. Será una rememoración, no una recreación. Quizá la profusión de personas invitadas a acompañarle en el escenario ratifica que no habrá mímesis alguna. El Rock & Ríos del 82 vivió una concatenación de hechos que lo auparon a fenómeno social sin parangón en la historia de la música autóctona. Intentar ahora repetirlo sería un triunfo de la nostalgia, pero una pifia de la inteligencia. Así que el concierto devendrá fiesta coral para homenajearlo, pero no para mimetizarlo.

 

«El disco vivió una concatenación de hechos que lo auparon a fenómeno social sin parangón en la historia de la música autóctona»

 

El mejor disco en vivo de la historia del rock español, y su posterior e inaudita gira estival, guardaban una historia fascinante nunca antes narrada, una epopeya increíble que rebasaba lo musical y se adentraba como acontecimiento en la vida social y política de aquel año especialmente jalonado de hitos inolvidables. Cuando comencé a escribir el libro, que acusa recibo de todo este magma cultural, estaba convencido de que el Rock & Ríos como espectáculo había sido el acontecimiento del año en las ciudades y pueblos donde había recalado en aquel lejano verano del 82; pero no había una historia que lo contara, porque las tecnologías de la información y del conocimiento de entonces no permitieron la construcción de un relato común. A la edificación de ese relato dediqué dos años de bulimia redactora, investigación y documentación casi patológica para preservarlo de la desmemoria.

Insisto en que sabía que había una historia que contar, lo que no sabía antes de contarla es que iba a ser la historia más alucinante jamás vivida por un disco de rock. Nunca antes, ni nunca después, una creación musical se elevó con tanta centralidad en la vida pública de un país ávido de horizontes nuevos que dejaran atrás años de grisura y coerción. El resultado final fue el libro Rock & Ríos. Lo hicieron porque no sabían que era imposible. Lo publicó Efe Eme en 2015 para, además, inaugurar la preciosa Colección Elepé. Aprovecho este pequeño texto para felicitar a quienes les dona alegría y emoción la redonda efeméride. Será un placer participar y coincidir en la fiesta del cuadragésimo aniversario de esta maravilla sonora.

Artículos relacionados