“Heavy 1986”, de Miguel B. Núñez

Autor:

“Presenta la escena local de la mano de Barón Rojo, de Obus, Banzai o del mismísimo Rosendo, y utiliza la mítica Sala Canciller como templo donde disfrutar la música de sus ídolos”

 

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Miguel B. Núñez
“Heavy 1986”
SAPRISTI

 

 

Texto: ÓSCAR GARCÍA BLESA.

 

 

¿Quién no ha atravesado una etapa heavy metal (aunque haya sido efímera) a lo largo de su vida? A todos aquellos que el momento melenudo no les suene a chino y hayan disfrutado en su adolescencia y juventud con las grabaciones de Dio, Black Sabbath, Obús o Iron Maiden, las páginas de este entrañable cómic les hará esbozar una enorme sonrisa a medio camino entre la nostalgia y la ternura. Y quienes reconozcan sin titubeos la figura de la abuela heavy (aquella icónica figura ochentera con cuernos), disfrutaran del libro como enanos.

Obra de Miguel B. Núñez y editado por Sapristi Comics, el libro aborda con sumo cariño ese momento de descubrimiento juvenil, ese periodo de ligera rebeldía donde casi todo es nuevo y donde para casi todos los jóvenes todo es poco. Ambientado en la mitad de los años 80, pasean por sus páginas casi todos los actores e individuos que conforman cualquier pandilla logrando de esta manera que cada uno podamos intercambiar los nombres y personajes con los de nuestra propia historia otorgando al libro un tímido carácter universal.

El libro cuenta las andanzas de un grupo de amigos en un barrio de clase media madrileño, chicos y chicas con los problemas típicos de la edad y de aquel momento puntual de la historia de España. Aborda de manera explícita asuntos cotidianos de la época como el fracaso escolar, el auge de la heroína, los síntomas de trabajo precario, las primeras relaciones sexuales y sus consecuencias. Todo este ecosistema de personajes y situaciones se hace acompañar de la música que mueve a sus protagonistas (y al autor del libro): el heavy. Corretean por sus páginas solos de guitarra de Ritchie Blackmore, melodías de Ronnie James Dio, alaridos de Judas Priest. Presenta la escena local de la mano de Barón Rojo, de Obús, Banzai o del mismísimo Rosendo y en todos los casos utiliza la mítica Sala Canciller como templo dónde disfrutar la música de sus ídolos.

El estilo claro, colorista, casi infantil de Miguel B. Nuñez hace que “Heavy 1986” sea un tebeo adictivo y de lectura amable. El autor se esfuerza en explicarnos su pasión por el género, algo que consigue casi sin quererlo. Pero lo verdaderamente importante es la capacidad de llevarnos de viaje a un momento concreto de nuestras vidas, allí donde descubrimos por primera vez a nuestros héroes con guitarra y pelos largos. Poco importa si a uno le hace más o menos gracia Alice Cooper, Ozzy Osbourne o Marillion, es más, si uno quiere sustituir los artistas aquí citados por cualquier otro de su género favorito el libro funcionaria igual. Nuñez retrata hábilmente el modo en el que se articulan las tribus urbanas, los problemas universales de los jóvenes, su manera de relacionarse y afrontar los problemas. El género heavy aquí sirve hilo conductor, una herramienta narrativa. Con perspectiva, el género es lo menos importante.

La obra cuenta la historia de Adela, Javi y Marta, protagonistas de un mundo propio de un tiempo ya muy lejano. El rock duro sostiene sus vidas, la música les sirve de nexo social, les permite formar parte de algo y les ayuda a sobrevivir el día a día en un mundo en constante cambio. El autor escoge el año 1986 seguramente no por casualidad. Si existe un momento en la historia donde el género metalero tocó techo comercial ese es sin duda 1986, el año en el que Metallica, Bon Jovi o Iron Maiden conquistaron el mundo.

 

 

Anterior crítica de libros: “Música de mierda”, de Carl Wilson.

 

 

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