Discos: «Brass tacks», de NRBQ

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«La llamada mejor banda de bar del mundo o la banda desconocida más grande del mundo es capaz de volver, 47 años después de su nacimiento, con nuevas canciones que mantienen el espíritu y la energía de siempre»

NRBQ-Brass-Tacks-08-07-14

NRBQ
«Brass tacks»
CLANG!

 

 

Texto: EDUARDO IZQUIERDO.

 

 

Aunque muchos apelarán a lo ingrato que es que Terry Adams siga firmando los trabajos de su banda bajo la etiqueta NRBQ cuando Joey Stampinato, Al Anderson y Tom Ardolino, miembros fundadores, ya no están en el combo, lo cierto es que los argumentos para que no lo haga tampoco tienen la fuerza suficiente y, además, si es capaz de sacar álbumes como este recién editado «Brass tacks», que hace honor a la leyenda firmante, todavía menos.

La llamada mejor banda de bar del mundo o la banda desconocida más grande del mundo es capaz de volver, 47 años después de su nacimiento y 45 después de la aparición de su disco de debut, con nuevas canciones que mantienen el espíritu y la energía de siempre. Continúan apostando por tocar todos los palos, ya sea blues, rockabilly, country, tex mex, jazz, rhythm and blues como si quisieran hacer honor a aquellas ya lejanas declaraciones de Adams en las que aseguraba que eran capaces de interpretar “cualquier estilo que se nos ponga por delante”. Y eso es lo que hacen en este disco, ideal para esta época veraniega y para los que estén cansados de esos álbumes en los que se ha de picar piedra, en los que se ha de reincidir para poder llegar al fondo del meollo. Aquí no hay nada de eso.

Frescos y directos desde el principio, NRBQ van, como siempre, a lo que van: a hacer buenas canciones que desde la primera escucha se puedan tararear, melodías cuidadas y un trabajo instrumental al alcance de muy pocos en esto del rock. Presentando el que probablemente sea su mejor disco en los últimos diez años. Con canciones como la fronteriza ‘Waitin ‘on my sweetie pie’ con estribillo tomado sin disimulo del ‘Walk like an egyptian’ de las Bangles. O ‘Sit in my lap’ con Gerry & The Peacemakers y la bet generation en el horizonte. Disfrazándose de Everly Brothers en ‘I’d like to know’, de Buck Owens en ‘Fightin’back’, de Gram Parsons en ‘Can’t wait kiss you’, de Sun Ra en ‘Places far away’ o de Doug Sahm circa The Knack en ‘Greeting from Delaware’. Y sonando siempre personales, nunca una mezcla de influencias sin sentido. Como han hecho en toda su carrera. Construyéndola a base de calidad y buenas intenciones. Y esta es solo una pieza más del puzzle más que los mantiene con todo merecimiento entre nuestras bandas favoritas.

Anterior crítica de discos: “Great Voices of Harlem”, de Great Voices Of Harlem.

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