Iván Ferreiro en Barcelona: “Casa”, un refugio donde quedarse

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“Tornarse tan trascendental es un arma de doble filo, pero en la frontera del misticismo es donde mejor se desenvuelve Iván Ferreiro. Y así lo lleva haciendo gran parte de su carrera en solitario”

 

Apenas un par de semanas después de publicar su nuevo disco, Iván Ferreiro lo presentó en directo en la sala Barts de Barcelona, con todas las entradas vendidas. Al concierto acudió Jagoba Estébanez.

 

Iván Ferreiro
Sala Barts, Barcelona
9 de noviembre de 2016

 

Texto y fotos: JAGOBA ESTÉBANEZ.

 

 

Tras un largo verano en la ciudad condal, el frío comenzaba a asomarse por Barcelona con la llegada de noviembre. Poco parecía importarle a las más de 1.500 personas que hacían cola a la intemperie bajo la luna creciente. Un tumulto de gente que, a pesar de ser miércoles, prefería refugiarse en la “Casa” de Iván Ferreiro que en la suya propia. El gallego, como de costumbre, colgó el cartel de “no hay entradas”.

 

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Pasadas las nueva de la noche, Iván aparecía en el escenario para dar el pistoletazo de salida a la gira de su nuevo elepé, “Casa”, uno de los mejores álbumes de su carrera. Lo respaldaban su hermano Amaro Ferreiro y un carismático Emilio Sáiz a las guitarras, Xavi Molero en la batería, Ricky Falkner (productor de sus dos últimos discos) al bajo, con Marta Toro y Pablo Novoa a los teclados.

Lo que empezó a sonar no era una mala mezcla, sino el inicio de ‘Dioses de la distorsión’, la encargada de acercar al público al aura onírica del cantautor. El medio tiempo era idóneo para poner la máxima atención en las letras, que pronto harían alusión a la creación, al universo o a los mismísimos dioses. Tornarse tan trascendental es un arma de doble filo, pero en la frontera del misticismo es donde mejor se desenvuelve Iván Ferreiro. Y así lo lleva haciendo gran parte de su carrera en solitario. Esculpe canciones a base de metafísica y catarsis, para entregarle al oyente un contenido enmarañado con millones de retales, pero que una vez enlazados, siempre funcionan.

Los teclados daban paso a ‘El bosón de Higgs’, de nuevo un desafío a la gravedad, siguiendo la tónica de la mayoría de sus canciones, que empiezan melosas para finalizar con una explosión de cuerdas y percusión, llenando el ambiente de coloridas notas encadenadas a la perfección.
Le siguió ‘Casa, ahora vivo aquí’, que mostraba sin tapujos los sonidos insolentes del nuevo disco homónimo. Una obra reconfortante y esperanzadora, un manifiesto de apaciguamiento con su entorno natal, y lo más importante, con uno mismo.

Un breve alto en el camino para presentar la gira con un “Bona nit Barcelona” y dar una tregua al espectador es suficiente para percatarse de que ha sido un gran inicio de concierto. Estamos ante un genio capaz de demostrar que no debe tirar de histórico para ganarse al público. No necesita vivir de las rentas, como demuestra abordando casi una treintena de temas en vivo, de los cuales solamente tres pertenecían a su época con los Piratas.

La batería acontecía ‘Toda la verdad’, una intención naïf de pop clásico. Tras ella, nos transportábamos una década atrás para contemplar una oda al amor y a la nostalgia con ‘Canciones para el tiempo y la distancia’. Mientras los fotógrafos disparaban, ‘Pájaro azul’ y la caótica pero maravillosa ‘El viaje de Chihiro’ fueron las encargadas de alentar a un público recién salido del letargo. Después volvieron ade nuevo al medio tiempo con ‘Todas esas cosas buenas’ y siguieron en “Casa” durante tres canciones más. Durante todo el show mezcló medios tiempos y los hits de rock alternativo que han sido bailados en todos los festivales del país.

 

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Iván iba calentando la voz para moverse por sus registros agudos más característicos, desgarrando menos de lo que nos tenía acostumbrados últimamente. Mientras, un agitado Emilio Saiz ganaba protagonismo sobre una banda con una puesta en escena muy estática. El virtuoso guitarrista dejaba entrever su motivación arañando las cuerdas con una gran energía y poses afines a Johnny Ramone.

‘La otra mitad’ brotaba inofensiva, como el reparto de bienes que es sin venganza alguna, para volver a acelerar con ‘Laniakea’ y ‘Dies Irae’. Esta última pieza se preveía potente en directo, aunque superó las expectativas, dotada de aires de rock sureño, mezclada con un estribillo liviano y un cierre canalla, “Me voy a correr / da igual”. A continuación, ‘Santadrenalina’ volvía para sacar la sonrisa de los espectadores más experimentados en la carrera de Ferreiro, que ya acariciaba el prisma cénit con los Piratas. Y ‘Tupolev’ abordaba el lado más íntimo de la noche, sonando con gran desparpajo instrumental. Retenía la amargura de nuestro amigo ruso la rabiosa ‘Extrema pobreza’, con especial notoriedad de los teclados y batería de Xavi Molero.

Pasado el ecuador del show, ‘El viaje a dondenosabidusientan’ demostraba la capacidad de Iván de lanzar versos con una cadencia asombrosa, acompañados de un pulso electrónico dispuesto a transportar al público al éxtasis. Entonces suena la preciosa ‘N.Y.C.’, y las palabras de Iván bombean oxígeno por doquier: “Duérmete mi niña luz / escóndete de la noche / deja el más allá / y zambúllete en el mar / de la tranquilidad”.

Hablábamos antes sobre lo trascendental que puede llegar a ponerse el protagonista de la crónica, pero en ‘El pensamiento circular’ (primer single de “Casa”), demuestra lo marcada y característica que puede ser una frase tan banal como “Hay noches que como muchas chucherías / y pienso en ti”. Sencillamente perfecta. No da puntada sin hilo, la pluma de Ferreiro también sabe llegar a lo más hondo de nuestros corazones siendo mundana.

‘Farsante’ es una gran canción, pero sonó rara, desacompasada, y no lució como lo hace en la versión de estudio. Es propensa a ser tocada solo al piano, pero el acompañamiento de la banda la desmereció. Sin duda le sacarán lustre a medida que vayan girando y esté más rodada. Sorprendió el rescate de la olvidada ‘Espectáculo’, una balada lenta, pero necesaria, interpretada magistralmente por el cantante. El público ardió en llamas con una de las canciones más famosas en nuestro lenguaje, ‘Años 80’, transportado al pasado cantando “Verano muerto / veré a las chicas pasar / Será como aquella canción de los años 80 / seré como el tipo que algún día fui”. ¿Será? ¿Seré? No. Está siendo aquí, y ahora. Y ver el baile característico de Iván, de medio lado y alternando la mano entre la oreja y la cadera, lo corrobora.

 

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Era el turno de la melódica y movida ‘Cómo conocí a vuestra madre’, que a pesar de tener apenas tres años de vida ya ha sido convertida en himno por derecho propio, y así lo corroboró el público. ‘Los restos del amor” fue una de las grandes triunfadoras de la noche. El padre del rock alternativo español vuelve a reinventarse con un tema muy sensual que destila poesía a golpe de funk, con un estribillo muy marcado y pegadizo. ‘Río Alquitrán’ fue interpretada con elegancia, sobrevolando unas melodías muy sofisticadas. Era tiempo de rancheras, y ‘SPNB’ demostró que los géneros musicales son perennes y aptos para todos los públicos.

Llegaba el tramo final, donde no puede faltar ‘Promesas que no valen nada’, para terminar de recordar a los Piratas enlazando la canción con ‘Insurrección’ de El último de la fila. Tras ‘El dormilón’, el gallego vaciló con ‘Diecinueve’ de Maga, para finalmente enlazarla como de costumbre con su mayor éxito, ‘Turnedo’. A pesar de ser un tema pop muy simple y sin estribillo, es más que suficiente para que toda la sala corease al unísono y emocionada los famosos versos “Desde aquí desde mi casa / veo la playa vacía / ya lo estaba hace unos días / y ahora está llena de lluvia”.

Cumplido con creces su cometido, la banda se despidió definitivamente en el momento cúspide del concierto, fundiéndose en un abrazo que mostraba la complicidad de los integrantes.

 

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Tras dos horas y media maravillosas y llenas de fantasía, salíamos de la sala para volver a poner los pies en la acera de Barcelona. Ciudad perteneciente a Laniakea, bajo la luna creciente de noviembre, la misma que a Iván Ferreiro le ha servido de tanta inspiración.
La luz de la mañana tardaría ocho minutos en llegar.

 

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SETLIST:
1.    DIOSES DE LA DISTORSIÓN
2.    EL BOSÓN DE HIGGS
3.    CASA, AHORA VIVO AQUÍ
4.    TODA LA VERDAD
5.    CANCIONES PARA EL TIEMPO Y LA DISTANCIA
6.    PÁJARO AZUL
7.    EL VIAJE DE CHIHIRO
8.    TODAS ESAS COSAS BUENAS
9.    LA OTRA MITAD
10.    LANIAKEA
11.    DIES IRAE
12.    SANTADRENALINA
13.    TUPOLEV
14.    EXTREMA POBREZA
15.    EL VIAJE A DONDENOSABIDUSIENTAN
16.    N.Y.C.
17.    EL PENSAMIENTO CIRCULAR
18.    FARSANTE
19.    ESPECTÁCULO
20.    AÑOS 80
21.    CÓMO CONOCÍ A VUESTRA MADRE
22.    LOS RESTOS DEL AMOR
23.    RÍO ALQUITRÁN
24.    SPNB
25.    PROMESAS QUE NO VALEN NADA + INSURRECCIÓN (EL ÚLTIMO DE LA FILA)
26.    EL DORMILÓN
27.    DIECINUEVE (MAGA) + TURNEDO

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