Discos: “El duende, la luz y la noche”, de Rumbacalí

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“Si se conjugan clásicos, un buen asentamiento de patriarcas y ventilador y palmas como dios manda ya está todo hecho. Y aquí domina esa maestría, ese no darse cuenta que estás en medio de un huracán”

rumbacali-05-03-15

Rumbacalí
“El duende, la luz y la noche”
KASBA MUSIC

 

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

 

La rumba de Barcelona sigue viva, no únicamente en sentido figurado, con prestancia y presencia, sino también en sentido biológico. Las recientes muertes de Peret, Tío Toni –que canta aquí con su voz póstuma el sabroso erotismo de ‘Mi bombón’– y de Ramonet han supuesto una extraña sensación de vacío, que compensa el nuevo disco de otro de los que iniciaron el género: el piano de Chacho, como recalcaban sus primeros singles. Un piano que aparece en segundo plano pero perfectamente definidor del ritmo en ‘Rumba gitana’, con toques árabes y algo que le complace mucho al género: una declaración de principios.

También le gusta la acumulación de personal, así que hay en ocasiones desfile de voces más allá del grupo principal, montado por Sicus Carbonell, de Sabor de Gracia: la Maña –que aporta el toque bizarro y prescindible– y sobre todo Maruja Garrido, musa de Dalí y terremoto de los primeros setenta; busquen el vídeo de ‘Es mi hombre’ realizado por Valerio Lazarov en el 71, canción que aquí se recupera con explosiva instrumentación final, y no darán crédito. Gracias al dios del flamenco que tras tantos años se recupere su voz seca y grave, estremecedora.

No den importancia a los trucos horteras –que extrañamente el tiempo sanciona para bien–, porque la rumba de Barcelona ha de ser un poquito hortera. Piensen que si se conjugan clásicos, un buen asentamiento de patriarcas y ventilador y palmas como dios manda ya está todo hecho. Y aquí domina esa maestría, ese no darse cuenta que estás en medio de un huracán. Tomemos ‘Arriba con él’, un antiguo éxito de Chacho compuesto por Felipe Campuzano, con toda la máquina bien engrasada y una letra picarona, también marca del género, o ‘Chao, Chao, chao, burú burú’, también antigua en su repertorio y con un característico uso de la onomatopeya «nonsense» y nos encontraremos con perfectas tracas de compás palmero y ventilador. La mitad del disco es así, hasta llegar a los contenidos metareferenciales de ‘Mi rumba’ o al clásico ‘Son, son será’ que encaja el ‘Yo te lo digo cantando’ de El Luis en la descarga final.

Hay más sorpresas, la rumba abolerada que es ‘Presiento’ y el siempre impagable homenaje a Serrat con un medley de tres de sus temas. Las instrucciones son las siguientes: aparquen la deshinibición, hagan rodar el cedé y enfréntense a media hora de vorágine que sigue de parranda, que no otra cosa es la rumba de Barcelona, medios básicos y la vorágine hecha canción.

Anterior crítica de discos: “Mecca”, de Willie B. Planas

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