Los Beatles y Badfinger, un vínculo truncado por el destino

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Badfinger 1970. Foto: APPLE RECORDS (Wikipedia).

«George Harrison acudió al rescate, ofreciéndose como productor del que sería el tercer álbum de la banda, Straight up»

 

La carrera de Badfinger despegó de forma arrolladora, apadrinados por los Beatles. Sin embargo, su historia es una tragedia que, ni siquiera los de Liverpool, lograron salvar. María Canet explora la relación entre ambas bandas.

 

Texto: MARÍA CANET.
Foto: APPLE RECORDS (Wikipedia).

 

La historia de la música está plagada de tragedias: accidentes aéreos que acabaron con carreras meteóricas, sobredosis de drogas, alcohol o medicamentos que pusieron un temprano fin a las vidas de jóvenes estrellas o, incluso, asesinatos. Sin embargo, la de Badfinger fue cruel como pocas. 
Asfixiados por las deudas económicas fruto de los tejemanejes y engaños de su mánager, Stan Polley, dos de sus miembros, Peter Ham y Tom Evans se suicidaron con unos años de diferencia. Un duro final para una corta carrera que había arrancado bajo el mejor de los augurios: el apadrinamiento de los Beatles.

Desde sus inicios como The Iveys, el cuarteto galés despuntó como un potente conjunto de rock and roll. Sus guitarras derrochaban potencia y sus pegadizas canciones guardaban el secreto de la perfecta melodía pop. Tras algunos cambios, la formación quedó integrada por Peter Ham (guitarra y voz), Tom Evans (bajo y voz), Mike Gibbins (batería) y Joey Molland (guitarra). Fue a finales de los sesenta cuando se produjo el encuentro con los cuatro fantásticos de Liverpool. Los Beatles, en pleno proceso de expansión empresarial, buscaban nuevos artistas con los que aupar su sello discográfico, Apple Records. Mal Evans, road manager y hombre de confianza de la banda, escuchó hablar del joven grupo y, tras verles en directo, se los recomendó a Peter Asher, encargado de los nuevos talentos en Apple. Aunque este último no mostró un gran entusiasmo, John Lennon y George Harrison inclinaron la balanza a favor de que los galeses fueran el nuevo fichaje del sello.

El primer paso fue cambiar el nombre de la banda. Neil Aspinal, productor ejecutivo de Apple, tuvo la idea de recuperar “Bad finger boogie”, título que originalmente iba a llevar “With a little help from my friends”, el célebre tema cantado por Ringo, en una primera propuesta de John Lennon. The Iveys, ya convertidos en Badfinger, comenzaron una estrecha relación con sus mentores con el objetivo de preparar su primer trabajo. Los de Liverpool veían a los galeses como los perfectos pupilos: compartían el amor por las melodías y el rock and roll. Su fichaje supuso una inyección de ilusión, en un momento en el que los problemas comenzaban a invadir al conjunto más importante de todos los tiempos.

Paul McCartney fue el primero en involucrarse con sus discípulos. Como buen maestro artesano de la canción, cedió a la banda “Come and get it”, tema que también produjo para el debut de Badfinger en Apple (ya habían publicado un primer trabajo como The Iveys, Maybe tomorrow, Apple Records, 1969), Magic christian music (Apple Records, 1970), y que les aupó a la popularidad, llegando a alcanzar el cuarto puesto de las listas británicas. Con el entusiasmo y la colaboración de la banda más importante de todos los tiempos, así como los primeros elogios, el éxito parecía cuestión de tiempo. La suerte del conjunto comenzaría a truncarse cuando los Beatles anunciaron su disolución el 10 de abril de 1970. A pesar de la inesperada noticia, aquel verano Badfinger grabó su segundo elepé, No dice (Apple Records, 1970), que incluiría dos de sus grandes éxitos, “No matter what” y “Without you” (popularizado por la versión que posteriormente haría Harry Nilsson).

La separación del cuarteto de Liverpool abrió un cisma entre sus integrantes (Lennon, Harrison y Ringo en un bando, McCartney, solo, en el otro) y a nivel empresarial; los cimientos de Apple Corps comenzaban a tambalearse. Estas circunstancias no impidieron que los ya exBeatles mantuvieran su relación con los galeses. Aunque McCartney, que en un primer momento se había involucrado intensamente en el proyecto, se alejó para centrarse en su carrera en solitario, John Lennon contó con ellos para la grabación de su primer disco en solitario, Imagine (Apple Records, 1971), donde concretamente participaron en “Jealous guy” y “I don’t wanna be a soldier, mamma”. También pusieron sus voces en los coros del primer sencillo que lanzó Ringo Starr, “It don’t come easy”.

La falta de organización interna y el caos financiero que imperaba en Apple Records, puso en peligro el siguiente trabajo del grupo, que cada vez se retrasaba más. Fue entonces cuando George Harrison acudió al rescate, ofreciéndose como productor del que sería el tercer álbum de la banda, Straight up (Apple Records, 1971). El vínculo con Harrison había sido especialmente intenso; fue el maestro de ceremonias que se encargó de presentarles cuando el cuarteto tocó tres noches seguidas en el club neoyorquino Ungano’s, durante su primera gira en Estados Unidos y era un devoto admirador de Peter Ham. El guitarrista Joey Molland, declaraba para el magazine digital Rebeat, en el año 2017, que el músico era «un hombre muy amable, gran guitarrista, cantante, arreglista. Verdaderamente sabía moverse por el estudio. Gracias a él tocamos con músicos alucinantes como Billy Preston, Eric Clapton, Alan White».

Ham y Evans también participaron activamente en la grabación de All things must pass (Apple Records, 1970), triple elepé con el que Harrison debutaba en solitario. El exbeatle había contratado a su amigo Leon Russel para que tocara los teclados en un par de temas. La producción del nuevo elepé de Badfinger había arrancado en julio de 1970 con “Name of the game”, “I’d die babe”, “Suitcase” y “Day after day”, una composición de Peter Ham a la que Harrison dotó de su propia personalidad con su característico slide en un célebre doble solo que ambos armonizaron. En declaraciones recogidas en la biografía de Simon Leng, While my guitar gently weeps: The music of George Harrison (Hal Leonard, 2006), el guitarrista Joey Molland recordaba que «Pete y yo habíamos hecho la pista de acompañamiento, y George entró en el estudio y nos preguntó si nos importaría que tocara… Nos llevó horas y horas y horas sincronizar esas dos guitarras»

Sin embargo, la química entre productor y banda se rompió cuando Harrison, tras recibir la petición de manos de su íntimo amigo Ravi Shankar, abandonó repentinamente el estudio para organizar el concierto para Bangladesh, en el que llegaron a participar Pete Ham y Mike Gibbs. Los miembros de Badfinger mantenían la esperanza de que, una vez finalizado el concierto, Harrison retomara los mandos de la producción, algo que nunca sucedió.

Cuando regresaron a Inglaterra tras participar en el concierto, se les comunicó que el abandono del proyecto por parte Harrison no era temporal, sino definitivo. Mal Evans, que asumió la producción en aquellos meses de incertidumbre, y Geoff Emerick, ingeniero habitual de los Beatles, tomaron los mandos de la grabación hasta la llegada de Todd Rundrgren. El músico norteamericano que gozaba de cierta fama en Estados Unidos, pero que era un desconocido en Inglaterra, recibió el encargo de asumir la producción, a pesar del rechazo de los miembros de Badfinger. En su autobiografía Here, there and everywhere (Dutton/signet, 2006), Emerick describe dichas sesiones como «traumáticas y cargadas de emoción durante las cuales, en un momento dado, Pete Ham golpeó con rabia su guitarra Martin, rompiendo en pedazos el costoso instrumento». La sombra del trabajo realizado por Harrison era larga, lo que llevó a Rundrgren a remezclar algunas pistas, acrecentando el descontento de Badfinger.

El vínculo de Badfinger con los Beatles terminó cuando su mánager, Stan Polley, rescindió el contrato con Apple para firmar con Warner. Los derechos de autor de las canciones de la banda quedaron en un limbo entre ambas compañías que, unido a los trapicheos de Polley, hicieron que los galeses nunca pudieran disfrutar del beneficio económico de éxitos como “Without you”. Años después, tras recibir la noticia de que todo su dinero había desaparecido, Pete Ham se ahorcaba en el garaje de su casa el 24 de abril de 1975 con tan solo 27 años. El 19 de noviembre de 1983, tras una fuerte discusión con Joey Molland por de los derechos de autor de “Without you”, Tom Evans haría lo propio en el jardín de su hogar. Un desgarrador final para los herederos de los Beatles.

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