Fabián D. Cuesta: «Explicarlo todo nunca está bien»

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«Es una revisión de las canciones y un homenaje que me doy, contando con esta gente que tiene tantísimo talento y un montón de fans»

 

Explicar los pájaros: así se llamará el próximo disco de Fabián D. Cuesta, en el que revisita su cancionero junto a La Banda del Norte acompañado por voces amigas. De momento lo ha hecho regrabando “Páginas tuyas” (de Espera a la primavera) con Andrés Suárez, y el próximo 22 de enero le llegará el turno a “Lugares” (de Adiós tormenta) junto a Elvira Sastre. Una entrevista de Carlos H. Vázquez.

 

Texto: CARLOS H. VÁZQUEZ.
Fotos: JUAN MARIGORTA.

 

¿Saben esa gente que dice volverse lunática cuando pierde el norte? Pues Fabián D. Cuesta —el artista antes conocido como Fabián— es así, aunque tiene un ancla en tierra y un camino de corrientes por el que le guían los pájaros. Ahora, tras seis discos y un epé publicados en la más absoluta independencia, este músico nacido en Biel (Suiza) pero criado en León publica Explicar los pájaros (La Viejita Música, 2021), un trabajo en el que, con la ayuda de un puñado de compañeros, se han revisado algunas de las canciones de su discografía. Seis canciones para seis discos que se publicarán con su respectivo videoclip y que más tarde verán la luz en un formato físico «todavía por determinar», cuenta el autor. Habrá que esperar a la primavera…

 

¿Qué se te ha pasado por la cabeza para meterte en un proyecto que explica tus canciones?
Es una idea que venía rumiando desde hace tiempo. Son canciones que, aunque hayan sido autoeditadas de una manera muy underground, han llegado a bastante más gente de la que creía que iban a llegar en un primer momento. Pero realmente siempre nos quedamos a las puertas de llegar a un público mucho más amplio. Es una constante. La gente me pregunta: «¿Pero cómo es posible que con estas canciones no hayas llegado más lejos?». Lo he leído incluso en críticas. Me parece algo un poco injusto por parte de algunos periodistas; juzgar el fondo por no haber llegado a mucha gente. En realidad, son canciones que están ahí y, como cualquier autor, siempre quiero que lleguen al mayor número de gente. Y la idea de Explicar los pájaros surge de esa necesidad de contar las canciones y de llegar a más peña con nuestros recursos, los de la independencia más independiente de todas, la que yo conozco y practico. Hay amigos que que también han tenido esa idea y han querido colaborar conmigo. Estoy agradecidísimo de que así sea.

 

Son seis artistas los que colaboran. De momento has presentado una: “Páginas tuyas”, con Andrés Suárez.
Sí. Vamos a intentar que haya por lo menos una colaboración por cada disco que he publicado. Si hay seis discos, pues seis colaboraciones. Pero me gustaría que no se quedase ahí, en gente que es mucho más conocida, porque me encantaría contar con las personas con las que he tocado todos estos años y hacer una colaboración, por ejemplo, con Alfredo González, con Pablo Moro, con Yuri Méndez, con el propio Juan Marigorta… Vale, son gente de mi banda, pero también tienen sus propios proyectos y me gustaría que participasen este.

 

 

¿Cómo ha sido la elección de las colaboraciones?
Esta primera ha sido muy natural, porque Andrés [Suárez] y yo nos conocemos desde hace la tira de tiempo. Dimos los dos un concierto en la Sala Monasterio de Barcelona, precisamente en la presentación de Espera a la primavera, y allí nos conocimos. Yo tocaba primero y él después. Me encantó su forma de tocar, sus canciones, su forma de cantar… Andrés es un puto crack. Desde ese momento nos llevamos muy bien. Nos hemos llamado siempre para tocar en los conciertos del otro y nos interesamos por cómo nos va… En fin, que somos amigos, y yo me alegro un montón de que le esté yendo tan bien. Es increíble. Una de las canciones que tocamos siempre en directo, cuando nos juntamos, es “Páginas tuyas”. Era menester empezar por ahí.

 

Me suena que “Páginas tuyas” también la habías tocado en directo con Zahara en el Búho Real de Madrid.
Sí. La hemos hecho también muchas veces aquí, en el Gran Café de León. Es una de las canciones más celebradas de mi repertorio en los directos. Suele gustar mucho también a mis compañeros de oficio, y yo me congratulo por ello.

 

Con Zahara también grabasteis “Maravillas” para (La brisa leve) La luz distinta
Sí, sí. Es una canción que quedó preciosa. La volví a escuchar hace poco a raíz de todo este tema de los duetos y tal, y la verdad es que nos quedó muy bonita. Zahara tiene un talento increíble y puso todo el empeño y todo el amor en esa canción. Creo que eso se nota.

 

¿Por qué has pasado de ser Fabián a Fabián D. Cuesta?
Es por el algoritmo. Google es muy cruel. Tú pones Fabián en Google y salgo yo, pero también te salen otros cincuenta mil. Cuando saqué mi primer disco, creí que tenía un nombre de lo más exclusivo, pero con los años descubrí que había un teen idol de los cincuenta que también se llamaba Fabián… Hacía algo como pop, pero en plan rocker. Entones, claro, es un horror que coincida el nombre. Tenía mogollón de problemas en YouTube, en Spotify; me llegaban discos que no eran míos… En fin. Yo creo que si no eres Raphael es bastante jodido lo del nombre [risas].

 

¿Qué va a pasar con La Banda del Norte?
Seguimos los mismos. Este “Páginas tuyas” lo hemos grabado de arriba abajo con ellos. Lo verás en el vídeo, al final de los créditos. Obviamente fuimos solo a grabar el vídeo Andrés y yo, y también Juan Marigorta, mi guitarrista y el tío que me hace los vídeos. Con todo este rollo de la COVID-19 y tal hemos preferido hacerlo así, porque si no era un lío. Pero la canción está grabada con la banda.

 

¿Por qué ahora un disco como este?
Nos apetecía. Primero, viene por esto que te he contado de explicarle las canciones a más gente. Por otro lado, nos parecía una buena idea, incluso con este modelo de negocio que está cambiando. También era darle una oportunidad a esto de sacar una canción cada mes o cada mes y medio. Y ahora que no se puede tocar, que está todo tan fastidiado y que hay tanta incertidumbre, es un buen momento para intentar esta fórmula que no habíamos probado antes. Hay expectativa en las redes y la gente tiene muchas ganas de escuchar las nuevas versiones. Espero que siga así. Ya te digo: es ir probando, ir haciendo camino.

 

Presentar las canciones una a una antes de sacar el disco, ¿demuestra que estamos volviendo al formato single?
Claro. El modelo de negocio está cambiando y estamos volviendo al formato single, que ya existía, porque es más viejo que la pana. Antes, lo que se hacía era sacar singles, y esos eran los que sonaban en la radio, hasta que alguien inventó el formato del disco largo y empezaron a sacarse todas las canciones juntas. Es un formato que adoro, porque te permite hacer una obra completa. Incluso ya no conceptual, pero sí dándole a toda la obra una cierta pátina y una uniformidad, que a mí eso me gusta mucho. También deja elegir el orden de las canciones, dónde va a ir una y dónde va a ir otra, escucharlas en un determinado orden… A mí eso me mola un montón, pero es verdad que antes de todo esto lo que existían eran los singles. Es el modelo que hay ahora, y por eso hemos planteado esta forma de sacar las canciones que me me apetece tanto.

 

¿Prefieres el elepé o el epé para un disco como el tuyo?
Todo depende. En principio, para darle cierta coherencia y tener algo coherente con lo que trabajar, vamos a hacer seis canciones, que a lo mejor sería un maxi o un epé. Pero me gustaría seguir dilatándolo en el tiempo para poder grabar con más gente, entonces ya las podríamos reunir en un formato un poco más extenso. Pero no lo sé. Espero que vaya bien, que a la gente le guste, y que podamos por lo menos reunir pues diez o doce canciones de aquí al verano. Yo creo que tenemos tiempo para pensarlo. Ya veremos cómo funciona.

 

«Reviso los discos y me doy cuenta de que lo hice lo mejor que pude y puedo defenderlo muchos años después»

 

¿No da un poco de pudor explicar tus canciones o sus historias?
No, porque al final no es tanto explicar esa historia que hay ahí, sino mostrarla. En este caso utilizo una figura poética para mostrarle las canciones a la gente. Efectivamente hablaré de ellas, porque he preparado una notita en la que hablo de cuando conocí a Andrés y de una determinada frase de la canción “Páginas tuyas”, que es: «Tengo que decirte que eres alguien especial… a veces». Andrés siempre se descojona y me dice: «Tío, no se puede ser más cruel con alguien». En ese sentido voy a explicar un poco las canciones, pero creo que no requieren de demasiada explicación; es más el sentido de mostrárselas a más gente.

 

¿Con otra voz, no obstante, pueden explicarse mejor?
Totalmente. Es el sentido de este proyecto. Le dan a las canciones una dimensión que sigue orbitando en mi mundo, porque son mis canciones y yo sigo apareciendo en ellas, pero le dan una perspectiva muy rica y muy diferente y mucha más luz.

 

¿Esto entonces es un disco de dúos o un homenaje a tus canciones?
No sé muy bien qué decirte. Hombre, creo que es una revisión de las canciones y un homenaje que me doy, contando con esta gente que tiene tantísimo talento y un montón de fans. Entonces, el homenaje me lo estoy dando yo. Está clarísimo.

 

Aunque tu primera publicación fue el epé Plegarias, ahora se cumplen quince años de Espera a la primavera, tu primer largo. ¿Se hará algo para celebrarlo?
Sí. Por eso también hemos decidido hacer esto, porque ya era hora. Seis discos autoproducidos es un curro flipante, ¿no? Qué te voy a contar a ti, que has estado desde el principio viendo cómo es el rollo. Esto enlaza un poco con lo que me preguntabas de si es un homenaje.

 

De las tuyas, ¿cuál es la canción más antigua que recuerdas?
Mira, hay una canción que todavía algún fan de mi música me ha llegado a pedir en directo. Es una canción que no está en ningún sitio y que yo ni tengo. Se titula “Qué bien” y la grabé como en una maqueta, mucho antes que Plegarias, en el dos mil y poco. Recuerdo que decía el estribillo: «Joder, qué bien, ya vuelve el tren pa’ mi casa. ¿Por qué será que todo es menos gris hoy? Como quien dice “hola” y sin saberlo espera, van pasando los días sin saber quién soy». Ya ves tú, con mis diecinueve o veinte años, la profundidad que tenía [risas].

 

¿Y no da pudor revisar este tipo de canciones tan antiguas? Porque es como mirar los álbumes de fotos de la adolescencia, supongo.
Sí, claro que me da pudor. Evidentemente, cada disco es hijo de su tiempo y justo después de sacarlo siempre hay cosas que dices «joder, esto tenía que haberlo hecho de otra manera», por supuesto, pero también hay algo de lo que estoy orgulloso en cierto modo, y es de haber editado siempre el disco que quería y me permitía en cada momento, además de haberlo hecho todo lo mejor que podía. Eso ya es motivo de satisfacción. Entonces, reviso los discos y me doy cuenta de eso, de que, joder, pusimos toda la carne en el asador y que lo hice lo mejor que pude y que puedo defenderlo muchos años después. Y, de hecho, sigo tocando canciones del primer disco, incluso de Plegarias. A veces toco por ahí “El tipo equivocado”, “Dos violetas”, “Triunfadores”… Por eso es algo de lo que estar orgulloso, que son las canciones en realidad.

 

“Triunfadores”, que la conozco desde el principio y sé su historia, es una canción que sigue siendo actual y muy preciosa.
Es una canción muy bonita, como muy naïf, pero no puede perder vigencia, porque está hecha desde el corazón de un hijo a sus padres. Así que, ¿cómo va a perder vigencia algo así?

 

¿Qué canción jamás explicarías?
Hay muchas, pero jamás explicaré del todo ninguna, porque lo más bonito del mundo, a la hora de escuchar música, y lo digo como oyente, es enfrentarte a la canción con tus propias armas y con tus propias vivencias; para cada cual, una canción significa muchas cosas: te recuerda momentos, personas, determinadas cosas que ya has vivido… Y porque, en realidad, mis canciones, aunque algunas veces tengan letras muy universales y cosas que le hayan podido pasar a todo el mundo, no dejan de ser historias que me han sucedido a mí, entonces son muy íntimas. Cuando estoy diciendo que «ayer por fin soñé que te secaba el pelo», pues se lo estoy diciendo a alguien de verdad. O cuando digo que «eres alguien especial… a veces», también se lo estoy diciendo a alguien. Explicarlo todo nunca está bien. Se puede explicar un poquito, pero que luego sea la gente la que saque sus propias conclusiones.

 

 

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