Pleasure, de Young Gun Silver Fox

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DISCOS

«Una especial habilidad para componer melodías inmaculadas y saber trabajarlas en el estudio, y de eso Young Gun Silver Fox parecen sobrados»

 

Young Gun Silver Fox
Pleasure
MONTY MUSIC/ GO ENTERTAIMENT, 2025

 

Texto: XAVIER VALIÑO.

 

Trabajan desde Londres, pero su espíritu es enteramente californiano. Las brumas de la Costa Oeste, y más concretamente de los años setenta, se filtran por sus canciones. Son el mejor exponente actual de eso que recientemente ha dado en llamarse yacht rock y que, en su día, se conocía como soft rock —o rock suave—. Es más, el multinstrumentista y vocalista Andy Platts (o sea, Young Gun, porque es el líder del grupo Mama’s Gun) y el multinstrumentista y productor Shawn Lee (Silver Fox, por su melena canosa, colaborador habitual de Lana del Rey, Amy Winehouse o Alicia Keys) mejoran en los cuatro discos que han editado hasta ahora buena parte de lo que los artistas que podemos adscribir a ese estilo hicieron en su día.

No hay más que escuchar una canción tan redonda como “Late night last train” para comprobarlo y caer rendido ante la facilidad del dúo por facturar algo tan adictivo y sencillo, que no es, aunque lo parezca, precisamente fácil. Esta, y las nueve canciones que la acompañan, mantienen las influencias habituales: Steely Dan (muy clara en “The greatest loser”), Earth, Wind & Fire (“Burning daylight”) y, según ellos, también Bobby Caldwell o Paul McCartney. Por su parte, el corte que lo abre, “Stevie & sly”, hace referencia, claro está, a las dos grandes leyendas del soul de los sesenta y los setenta, Stevie Wonder y Sly Stone.

En este quinto disco repiten un nivel de producción que puede competir con los mejores de la época. Que lo lograran en apenas un mes, mientras que los músicos de entonces solían necesitar más de medio año en el estudio, se debe, por supuesto, a la automatización y a la posibilidad de intercambiar archivos digitalmente. Pero no sería suficiente si no hubiera también una especial habilidad para componer melodías inmaculadas y saber trabajarlas en el estudio, y de eso Young Gun Silver Fox parecen sobrados.

Anterior crítica de discos: Cancionera, de Natalia Lafourcade.

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