Pressing onward, de Big Freedia

Autor:

DISCOS

«Suena poderoso, expansivo, con himnos que reconfortan y animan y que sirven para escuchar y cantar en cualquier lugar»

 

Big Freedia
Pressing onward
QUEEN DIVA MUSIC, 2025

 

Texto: XAVIER VALIÑO.

 

Aunque bastante desconocida en el resto del mundo, Big Freedia es una de las referencias más claras de la escena musical de Nueva Orleans, sobre todo por ser la principal impulsora del bounce, una variante festiva hipersexual y controvertida del rap, que incluye cánticos indios del Mardi Gras. La extravagante Reina Diva —con ese nombre ha bautizado su sello, Queen Diva—, inició su carrera en 1999, con el single “An ha, oh yeah”, y ha editado dos discos desde entonces, Just be free (2014) y Central city (2023), colaborando también con algunos de los artistas más reconocidos de los últimos tiempos (Beyoncé, Kesha, Galactic, Lizzo, Drake, The Postal Service, Lil Wayne…). De nombre real Freeddie Ross Jr., autodeclarada como no binaria, ha protagonizado dos reality shows televisivos y un documental de 2020, Freedia got a gun, sobre sus años formativos en la ciudad y la violencia armada que la asola, que acabó con la vida de su hermano en 2018.

En su tercer disco ha girado su interés hacia el góspel, grabando sus nuevas canciones en una antigua iglesia de Nueva Orleans, Esplanade. El nexo de unión con el bounce que copaba sus dos álbumes previos podríamos situarlo en la estructura de llamada y respuesta de las canciones, el sentido de la comunidad y, también, en ella como la cantante que dirige a las voces que la respaldan y a quienes los escuchan. Y, por supuesto, en un directo que se mantiene como una auténtica experiencia física, un bautismo musical al que los asistentes se suman para sentirse sanados.

No es, sin embargo, un álbum que apela o puede llegar únicamente a la comunidad religiosa o a quienes profesan alguna fe, sino que cualquiera puede sentirse invocado y captar su embrujo. Una de las frases de la canción “Church” (“Iglesia”) bien se puede entender como el perfecto resumen de esta premisa: “No necesitamos un predicador para ir a misa / No necesitamos un diácono para escuchar la palabra”.

La muerte reciente de quien fue su pareja durante 20 años ha sido el detonante de este nuevo trabajo. Lejos de transmitir su dolor o dejar que sea el motivo principal de las canciones, el disco suena poderoso, expansivo, con himnos que reconfortan y animan y que sirven para escuchar y cantar en cualquier lugar. Doce son las otras canciones que se sirven entre el prólogo y el epílogo, dos temas que representan perfectamente a todo el conjunto: “Revival” abre el recorrido con un tono edificante y jubiloso, mientras que el tema que le da título lo cierra con un glorioso cántico de voces desatadas a capela, que anima a seguir adelante frente a las adversidades.

Anterior crítica de disco: PO2054AZ Vol.III. El retorno, de Sen Senra.

Artículos relacionados