I quit, de Haim

Autor:

DISCOS

«No han tenido miedo a experimentar e ir donde antes no habían estado ni imaginado»

 

Haim
I quit
POLYDOR / UNIVERSAL, 2025

 

Texto: XAVIER VALIÑO.

 

«Empecemos con la voz de Danielle; es simplemente impresionante. Ella es la primera pieza del rompecabezas, pero luego la percusión que Este y Alana le dan convierte todas sus canciones en obras maestras de la percusión. [Son] algo que nunca había escuchado antes. Pero viniendo del gran amor que siento por la percusión de Mick Fleetwood, para mí, en cierto modo, es como regresar al hogar. Sin duda, las tres podrían haber estado en Fleetwood Mac».

Así de tajante se manifestaba Stevie Nicks hace unas semanas en la revista GQ, hablando de Haim, trío al que las comparaciones con Fleetwood Mac no le son extrañas. Su nuevo disco tampoco marcará distancias con ello, pero es cierto que I quit (Lo dejo) semeja ser el disco en el que quieren dejar claro que ya no les importa lo que los demás piensen o digan. Viene marcado este álbum por la separación hace tres años de la vocalista principal del trío de hermanas, Danielle Haim, con Ariel Rechtshaid, el prestigioso productor que trabajó en los tres álbumes anteriores de la banda. Una ruptura puede ser traumática, pero también liberadora, y tras ella llega una sensación de euforia, la de intentar disfrutarlo al máximo de la brevedad de la vida, justo lo que señala I quit.

En esta ocasión, la producción corre a cargo de la propia Danielle junto a Rostam Batmanglij y Buddy Ross, y el trío suena poderoso, creativo e irresistible, hablando en su mayor parte de esas separaciones y lo que conllevan, acercando algo de rock a la generación que creció con Taylor Swift. «Seré lo que necesite», canta Danielle en el tema de apertura, “Gone”, un híbrido que combina la primera PJ Harvey, un fragmento del “Freedom! ‘90”, de George Michael, un desgarrador riff de blues a lo The White Stripes y el éxtasis final con la explosión de la batería y unos coros funk.

No todo raya al mismo nivel en un disco en el que no han tenido miedo a experimentar e ir donde antes no habían estado ni imaginado, pero se pueden encontrar bastantes canciones más que disfrutables con ecos de The Strokes (“Take me back”), country blues (“Blood on the street”), pop bailable (“Spinning”, la primera canción que canta Alana) o rhythm & blues de los noventa (en “Relationships”, probablemente su mejor canción hasta el momento). He aquí a una banda ejerciendo esa aparente libertad, dejando de preocuparse por hacer felices a los demás y viviendo su vida intensamente, contagiándoselo, en fin, a quienes las escuchan.

Anterior crítica de disco: Volevo essere un duro, de Lucio Corsi.

 

 

 

 

 

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