EL RITMO DE LA SEMANA

Robert Smith: «Hundido profundamente en la noche, parado solo bajo el cielo, siento el frío del hielo. Oigo la oscuridad respirar. Siento la silenciosa desesperación»
En octubre de 1915 vio la luz La metamorfosis de Kafka. Un relato aterrador sobre la condición humana y su futuro, que pone voz a este presente y a unas cuantas canciones. Sara Morales escribe sobre ello.
Una sección de SARA MORALES.
Hace 110 años, en el mes de octubre, hubo un hombre que supo leer el futuro y lo dejó escrito. Que se adelantó a los tiempos y divisó cómo el ser humano, por su inercia, la de siempre, iba a terminar alienado e incluso deshumanizado por la falta de comunicación y el aislamiento. Una soledad, a priori elegida y después impuesta, que terminaría por desdibujar su identidad y hasta podría desembocar en una transformación física aterradora.
Tan horrible y tan espantosa, como ser consciente de que la fragilidad de las relaciones del individuo con el entorno, ya sea el personal o el productivo, puede confluir en la debilitación (o incluso en la desaparición) del “yo”. Cuando alguien deja de ser útil (ojo a este concepto de utilidad) para el sistema, la sociedad, la familia o el círculo más cercano, está abocado al fin. Y, eso, para nuestra desgracia, lleva más de un siglo —más bien toda la historia de la humanidad— respirándose, asumiéndose e incluso acrecentándose.
Hoy, esa tendencia filosófica, ese mal antropológico, se esconde detrás de otros nombres, de otros conceptos, íntimamente relacionados con los tiempos que corren: algunos lo llaman capitalismo exacerbado, otros lo asocian a los errores en el funcionamiento del sistema, al egoísmo de la sociedad, a un mal entendimiento del progreso, otros al avance tecnológico con esa IA que amenaza nuestra “utilidad”…
En definitiva, reducidos al tamaño y la misión de un insecto en la esquina de una habitación, venidos a menos, convertidos en nada… Exactamente como aquel Gregorio Samsa que se transformó en escarabajo en La metamorfosis, ese tótem literario-psicológico de ayer, de hoy y de mañana que, como decíamos, vio la luz un mes de octubre a manos de Kafka. Como también en octubre (pero de 2025) podría llegar a los cines la película que recorre su vida, tras estrenarse en la pasada edición del Festival de San Sebastián. Se llama Franz y está dirigida por la polaca Agnieszka Holland.
El cantante de los escoceses Travis, Fran Healy, escribió “Writing to reach you” inspirado en las reflexiones del autor checo. «Es bueno saber que lo estás haciendo bien. Es bueno saber que todos ustedes saben que estoy sufriendo. Es bueno saber que no me siento tan bien, porque mi interior está afuera. Estoy escribiendo para comunicarme contigo ahora, pero tal vez nunca te alcance», dice.
Y Robert Smith, autodeclarado también fan de Kafka, canta en “At night”, del glorioso Seventeen seconds que The Cure publicaron en 1980: «Hundido profundamente en la noche, parado solo bajo el cielo. Siento el frío del hielo. Oigo la oscuridad respirar. Siento la silenciosa desesperación. Escucha el silencio por la noche, alguien tiene que estar ahí». Quizá no haya nadie, Robert; ese es el tema.
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