DISCOS
«Es este un disco menor en su trayectoria. Agradable y ligerito»
David Byrne
Who is the sky?
MATADOR, 2025
Texto: CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.
No deberíamos perder la capacidad de asombro que teníamos cuando éramos niños. Ni la perspectiva de lo absurdas que son las reglas que rigen este mundo. Ni siquiera con 73 años, que son los que tiene David Byrne. El músico escocés-neoyorquino lo sabe bien, y este noveno álbum nos brinda esa veta recreativa, colorista, juguetona y con una visión musical global que ha caracterizado casi toda su carrera.
No obstante, es este un disco menor en su trayectoria. Agradable y ligerito: entra tan rápido como sale de nuestra mollera. Al menos, de la mía. Está muy lejos del nivel que mostró American utopia (2018), desde luego. Aunque una gira pueda redimirlo a nuestros ojos, que la escénica es una liga en la que este hombre es punto y aparte. Habrá que ver.
No siento que el concurso de la eficaz Ghost Train Orchestra (presente en todos los temas) ni las aportaciones de Tom Skinner, St. Vincent o Haley Williams (Paramore) supongan un gran plus a lo que ya conocemos. Ni me convencen los acercamientos al barroquismo de Sparks (“My apartment is my friend”), a la psicodelia macerada de Animal Collective (“Everybody laughs”), al folk cumbayá (“Don’t be like that”), a la herencia de Bowie (“She explains things to me”) o al pop novelty pasado de rosca al estilo de unos XTC un poco desquiciados (“The avant garde”, “When we are singing”). Solo para fans irredentos.
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Anterior crítica de disco: Chain yer dragon, de Goose.
