DISCOS
«Ahonda en lo acústico y en esencias folk que llevan al disco a atesorar un inequívoco aire cinematográfico, en un recorrido temporal que abarca desde media tarde hasta el amanecer»

Todo el Largo Verano
Na noite máis curta
FERROR RECORDS, 2025
Texto: CÉSAR PRIETO.
Todo el Largo Verano son una especie de Guadiana. Desde su formación, en 2006, han ido apareciendo y desapareciendo, a veces tardaban diez años en editar un nuevo disco, a veces uno, a veces tres… En los últimos tiempos, este río se ha desbordado y, en pocos meses, han editado dos nuevas referencias, Algunos cabos sueltos, una colección de rarezas de la que ya dimos cuenta aquí, y este Na noite más curta, que es un disco especial. Muy especial.
Por lo pronto, esta sexta referencia del grupo ferrolano es, en gran medida, instrumental, aparte de ahondar en lo acústico y en esencias folk que llevan al disco a atesorar un inequívoco aire cinematográfico, en un recorrido temporal que abarca desde media tarde hasta el amanecer. El grupo liderado por Alberto Amigo había preparado una serie de conciertos con violines, melódicas e instrumentos inusuales en ellos, hecho que han trasladado al disco. Por si fuera poco, es su disco más influenciado por Brian Wilson.
Se puede observar perfectamente en la canción que abre el disco, “O sur”, y en toda la ambientación que va creando, como una pequeña sinfonía de canciones enlazadas y con sonidos naturales. En “No bosque (Parte 1)” el aire infantil y plástico lo da la fiesta de pájaros que aparece al final y que enlaza con sonidos de agua en “Os ceos despexados”, alegre con un repertorio de silbidos, y encadenada a su vez con “En mi isla”. Todo se desarrolla como una pastoral de camino, con el mismo compás de las huellas relajadas y tranquilas.
A partir de aquí, el disco se desliza por caminos similares, pero que a cada corte van añadiendo sorpresas. “Litha” desgrana unos preciosos coros al principio y unas cuerdas maravillosas, el folclore de un país imaginario, de la misma manera “Fica esta noite conmigo” es la instrumentación ideal de una égloga renacentista.
“Ei de vagar” se sitúa entre los Beach Boys y todo el espíritu de Andres do Barro, para una letra que proclama la huida del mundo. Inesperada, tarda en aparecer la voz, y te arrastra como algo natural y extraño, como los grupos del Sonido de Canterbury o la Incredible String Band. También tiene mucho de Andrés do Barro “A neboa”, esta con violines y en gallego. Es curioso como el cambio de idioma establece los parámetros y las influencias.
No puede decirse que el disco no sea variado, “Cierra los ojos” en una preciosa canción en la más pura estirpe de Juan y Junior, con la acústica de fondo construyendo armonías como para una nana y la esencia del “Here come the sun” de The Beatles. Y, como colofón, dejan lo más emocionante para el final, “A neboa”, de la que ya hemos hablado, y “Aurora”, el más digno cierre, una preciosidad, delicada y esplendorosa en forma de miniatura. Como el epílogo de la sinfonía.
Veinte años de trayectoria y Todo el Largo Verano aún atesora ilusión a paladas. Modestos, no más de un grupo de amigos de Ferrol, como lo son con Roger de Flor, Quant, Boy Elliot, paisanos suyos en el pop cuidado, acústico y melancólico. Y se comprueba en este disco, a un paso de ser conceptual evocando la noche más corta del año, pero siendo largo en belleza.
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Anterior crítica de disco: Presents… Bahidorá, de Africa Express.



















