La liturgia de Amaral en días de verano

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EL RITMO DE LA SEMANA

«Eva y Juan, que ya concentran toda la fuerza en el estudio cuando conciben y paren un nuevo trabajo, consiguen desplegarse hasta la metamorfosis encima del escenario»

 

Amaral presentaron en Madrid su nuevo disco, Dolce vita, el pasado sábado. Allí estuvo Sara Morales y nos lo cuenta desde su columna de los lunes.

 

Una sección de SARA MORALES.
Fotos: JAVIER DE LA ROSA.

 

Volaba Eva con alas rojas sobre nuestras cabezas, mientras Juan la amarraba a tierra con las cuerdas de su guitarra. Y se elevó la noche a más de treinta años de historia y de canciones que ya son de todos, para celebrar la vida, para aferrarnos a esos chispazos de luz que componen nuestro paso por aquí, a pesar de la oscuridad que nos ahoga a veces. Porque de eso trata Dolce vita, el nuevo disco de Amaral, y piedra angular de su cita con Madrid el pasado sábado, 19 de julio, en un abarrotado Movistar Arena, a su paso con la gira de presentación que ya les ha llevado a recorrer una docena de ciudades, más las que quedan por delante.

Sonaron los quince temas que lo componen, en un ejercicio humanista de espiritualidad cinematográfica que sigue alagando nuestro pop rock y que se carga de electricidad arrolladora en un directo que lo mueve y lo conmueve todo. Porque Eva y Juan, que ya concentran toda la fuerza en el estudio cuando conciben y paren un nuevo trabajo, consiguen desplegarse hasta la metamorfosis encima del escenario.

Un escenario, esta vez, que respiraba confeti de colores respaldado por una banda hermanada, con los teclados y la batería en las alturas divisándolo todo, con visuales que cantaban a la naturaleza y una pasarela por la que Eva danzó entre clásicos inmortales y Juan hizo suya con la interpretación en solitario de “Tardes”. Y entre la propia “Dolce vita” que abrió la velada, hasta “Ahí estás” que la cerró, pasaron muchas cosas; muchas cosas y treinta canciones.

Tiempos para Salto al color con “Mares igual que tú” o “Ruido”, tiempos para Gato negro, dragón rojo con “Kamikaze”, tiempos para Pájaros en la cabeza, por supuesto, con las insignias “El universo sobre mí”, “Días de verano” o “Marta, Sebas, Guille y los demás”, tiempos para Hacia lo salvaje, para “Sin ti no soy nada”… Y tiempos, también, para reivindicar. Porque con “Salir corriendo” condenamos la violencia de género, y hubo palabras de apoyo para Palestina, y Víctor Jara se coló en la noche a través de una revisión de su imperecedera “Te recuerdo Amanda”. Tener la oportunidad de ser altavoz de un tiempo de nuestra historia requiere implicación, sensibilidad y voluntad, y Amaral lo saben, lo sienten y se mojan.

Aún quedan días de verano para regresar a noches como esta en la que todo cobra sentido de nuevo y nos empujan a continuar o a empezar de cero.

 

– Anterior entrega de “El ritmo de la semana”: Tino Casal, Antonio Vega, Ana Curra, Loquillo…, todos ellos, eternamente jóvenes.

 

 

 

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