The Wild Feathers arrasan Barcelona

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«Temas como ‘The ceiling’ o ‘Left my woman’ convertidos ya en auténticos himnos de una banda que domina el escenario como pocas»

 

Eduardo Izquierdo se acercó a la sala Bikini de Barcelona para ver en directo a The Wild Feathers. El resultado: conmoción. El grupo sabe perfectamente lo que se hace.

 

 

The Wild Feathers
2 de octubre de 2014
Sala Bikini, Barcelona

 

 

Texto: EDUARDO IZQUIERDO.

 

 

En la imprescindible previa a la actuación de The Wild Feathers en Barcelona con la preceptiva cerveza en mano, me comentaba un amigo y compañero periodista su preocupación ante el estreno de los norteamericanos en la ciudad. Argumentaba un cierto aroma «mainstream» en el ambiente que le hacía dudar del resultado de la noche. Pero fue entrar en la Sala Bikini, dejarlos aparecer en escena y tocar un tema para que, con una mirada, certificáramos que aquello iba a ser algo grande. Sí, porque los de Austin tienen madera de banda grande. No hacen nada que no hayamos oído antes, no innovan, pero lo que hacen lo hacen de forma soberbia.

Los asistentes (demasiado escasos para lo que íbamos a ver en el escenario) nos encontramos con cuatro tipos colocados en fila, como los Eagles, una de sus referencias, y un batería ataviado con una camiseta de Neil Young dispuesto a servir de soporte rítmico a las armonías vocales de sus compañeros. Cuatro voces distintas, pero todas espléndidas, que se combinan a la perfección y que no tienen problema en ir adquiriendo la condición de principal cuando la canción lo requiere. Temas como ‘The ceiling’ o ‘Left my woman’ convertidos ya en auténticos himnos de una banda que domina el escenario como pocas.

Un directo espléndido en el que los temas de su debut publicado el año pasado adquieren una nueva dimensión, mucho más rudos, intensos y cargados de electricidad. Desbordando al personal con un torbellino de sonidos reconocibles: ahora Eagles, luego los Heartbreakers de Petty, al rato Poco… Acabar con la sala entregada solo era cuestión de una digna guinda del pastel y esa tomó la forma de una versión del “The weight” de The Band, de las mejores que un servidor ha visto sobre un escenario. Oposiciones a gran grupo superadas con nota.

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