Varry Brava: «Cuando todo te da igual y vas a muerte, te vuelves hortera»

Autor:

«Siempre hemos sido una banda “hortera” en cuanto al concepto estético de desprejuiciado»

 

Sin frenos ni corsés de ningún tipo: así siguen presentándose Varry Brava en cada disco que ve la luz. Ahora le toca el turno al quinto largo de la banda murciana, Hortera, del que Óscar Ferrer, Aarön Sáez y Vicente Illescas hablan en esta desprejuiciada charla con Carlos H. Vázquez.

 

Texto: CARLOS H. VÁZQUEZ.
Fotos: JOSÉ DAVID SÁNCHEZ “CHARLY”.

 

Un condenado a muerte recordaba cómo de verde eran los prados que rodeaban su casa en “Green, green grass home”, pero uno no era consciente de este trasfondo hasta que conocía la historia que había detrás; las canciones no siempre suenan a lo que cuentan.

No, a los Varry no les pasa nada. Al menos hasta donde se sabe. Acaban de publicar, de hecho, su quinto elepé: Hortera (Hook Ediciones, 2020), que luce en su portada una boñiga cubierta de purpurina. Al verla, pienso en lo que diría mi abuela: «Si regalaran mierdas envueltas, la gente haría cola para que le dieran una». Y no, esto no significa que Varry Brava hayan grabado un disco horrible, sino todo lo contrario (con Furor ya había altura). Y tampoco viene a justificar que robéis el disco. Solo que la sociedad se está yendo al garete pero que aún podemos seguir bailando. Ellos mismos te lo cuentan: «2020 nos ha trastocado “un poco” los planes, pero seguro que nos volveremos a encontrar pronto. Esperamos que estas diez canciones hagan más amena la espera. Os queremos».

 

¿Cómo habéis llevado la pandemia?
Óscar Ferrer: Bien, tío. Con la sorpresa de que nos ha pegado a todos. Sorpresa, incertidumbre, no saber qué iba a pasar… Luego llegó el verano y parecía que todo iba a mejorar, teníamos más ánimo, las cosas más claras… Pero se está acabando el verano y empiezan a venir los pequeños fantasmas de la primavera. Nosotros, como todos, teníamos que tirar pa’lante. ¿Se puede tocar? Pues tocamos donde nos dejen y lo aprovechamos. Y con el disco, igual; pa’lante, con un montón de ganas de que saliera, porque hace cuatro o cinco meses que tenía que estar fuera.

 

Entonces, la salida de Hortera habría coincidido con la gira de Dancetería, junto a Miss Caffeina.
Óscar Ferrer: Claro. El último concierto de Dancetería, de los cuatro que teníamos programados, era en Murcia el 7 de marzo, y la salida de Hortera era el 27, pero justo el 14 fue el estado de alarma. Ahí empezamos a ver que no íbamos a poder hacer ni promo presencial ni firmar discos en FNAC… Además, la gente estaba con la cabeza en otra cosa. No podíamos ir por ahí presentando un disco como si no pasara nada. Es verdad que la gente también nos decía que tenían ganas de disco y que eso les motivaba para pasar mejor los días. Pero no sé, tío, pensamos que era mejor esperar un poco.

 

¿Es esta la razón por la que “Loco” empezó a sonar antes en directo que como single?
Óscar Ferrer: Sí. Eso es. Nosotros presentamos “Loco” a finales de enero, antes del primer concierto de Dancetería. Y empezamos a tocarlo, claro, porque era el primer adelanto del disco que poníamos en marcha.

 

¿“Luces de neón” fue de las primeras canciones de “Hortera”?
Óscar Ferrer: La primera fue “Ritos exóticos”. Fue la primera que empezamos a preparar Aarön y yo. Luego, en paralelo, siempre vamos currando ideas por separado, pero cuando nos juntamos desarrollamos todo eso. E incluso empezamos de cero y salen canciones nuevas. “Luces de neón” fue la canción que, al final, le dio forma al disco y que nos hizo trabajar con Andrés Terrón y con Pablo Estrella, porque es una idea que ellos tenían y que nos querían enseñar. Conocen a Varry desde que nosotros empezamos y ellos, en la banda que tenían (Dodo Foie), tocaban canciones de Varry Brava. Vinieron con melodías de la canción y alguna parte de la letra y con parte de la producción para enseñarnos cuál era su visión de Varry Brava y cómo veían el próximo disco. Era la primera vez que nos enfrentábamos a una cosa así, porque nunca nadie nos había dicho: «Mira, esto es una canción que hemos empezado a hacer nosotros pensando en Varry». Es una manera superobjetiva de verte a ti mismo, como mirarse al espejo, tío. Es una cosa muy rara. La canción nos flipó, porque era más Varry de lo que nosotros pudiéramos haber hecho.

 

De hecho, creo que “Luces de neón” es el tema más Varry de todo el disco. Incluso me atrevería a decir que podía haber estado en Furor, tanto por los sintes como por ese girito que tiene que recuerda a “No gires”, aunque esa es de vuestras primeras canciones.
Óscar Ferrer: Sí. Ese giro es muy nuestro, aunque esa frase melódica es de Andrés y Pablo. Pero es que nos tienen pillado el punto desde fuera. Ha sido la primera vez –y la única– que nos hemos encontrado con algo así. Ha sido muy curioso, pero también se aprende de esto, de que de repente haya dos personas más que entren en una canción a formar parte de la composición.

 

¿En quién estabais pensando para que os produjera este disco? ¿Siempre tuvisteis en mente a Andrés y a Pablo?
Aarön Sáez: Realmente estábamos bastante convencidos de que necesitábamos a alguien, sobre todo a alguien como Andrés, que era a quien yo conocía. Es alguien joven al que le gusta la banda, pero también queríamos a alguien al que le gustaran las canciones y que tuviera un pie y medio o los dos en el 2020. Coincidimos muy rápido en que podía ser una apuesta muy interesante y la primera toma de contacto fue muy buena.

 

«La idea del principio, de ser como Sid Vicious tocando canciones de Chic, era porque no sabíamos tocar»

 

¿Qué mejor productor que un fan que conoce a la banda?
Óscar Ferrer: Totalmente. A los productores con los que hemos currado siempre les ha apetecido hacer el disco y siempre les ha molado lo que hacemos, eso es una condición base. Si no te mola lo que haces, tampoco se van a forrar con nuestro disco. Si se meten a currar con nosotros es porque les mola lo que hacemos. En este caso eran fans, sí, pero fans de tocar en bandas nuestras canciones.

 

La voz en este disco tiene un tratamiento diferente comparándola con vuestros anteriores discos. “Molar”, sin ir más lejos, parece que esté hecha con cortes y loops.
Óscar Ferrer: Sí. Hay un trabajo de edición de voces mucho más complejo. No está tan a pelo. No es que no haya trabajo en las otras producciones, sino que el trabajo es distinto. En este está más procesada [la voz], tiene más efectos, más correcciones incluso de pitch… pero porque nos apetecía que fuera así. La naturalidad la hemos dejado para otros discos, otros géneros u otras bandas; en este disco, en estas canciones, nos apetecía que fuera así. Y eso, claro, tiene mucho más trabajo de edición.

 

¿Qué referencias teníais cuando empezasteis a trabajar en Hortera?
Aarön Sáez: Creo que es el disco en el que posiblemente menos hemos hablado de referencias.
Óscar Ferrer: Yo creo que, cuando estábamos componiendo, de alguna manera íbamos dejando atrás la década de verdad, y empezando a escuchar otras cosas que a lo mejor hace tres o cuatro años no habríamos escuchado. No por prejuicios ni nada, porque eso a nosotros nos da exactamente igual, pero no habíamos terminado de conectar con ciertos géneros: cosas más tropicales, más reguetón, más experimental y tal. Hay cosas que hemos escuchado desde hace un par de años para acá que antes no escuchábamos porque no existían tal cual y porque yo, personalmente, tampoco había conectado con ese tipo de género.

 

¿El título de Hortera engloba lo que son las canciones y, por tanto, también vuestras referencias?
Aarón Sáez: Nosotros siempre hemos sido un poco «una banda hortera» en cuanto al concepto estético de desprejuiciado. Y luego, también, uno le puede dar sentido a las palabras como quiera, ¿no?, y a nosotros nos gusta mucho ese sentido de hortera. Como cuando alguien es hortera sabiéndolo, es desprejuiciado y no tiene vergüenza. Siempre decimos que, al final, te pones hortera cuando te enamoras, cuando quieres algo mucho, cuando te da todo igual, porque solo quieres hacer algo, pasártelo bien o estar con alguien o conseguir algo. Cuando todo te da igual y vas a muerte, te vuelves hortera. Este concepto de hortera nos gusta mucho porque también tiene que ver con nosotros y con la falta de prejuicio que siempre hemos tenido. En este caso creo que lo es todavía más. Y a lo mejor es la vez que intentamos ser más actuales en el sonido, aunque luego escuchamos el disco y pensamos que era muy ochentero también.

 

Pues yo que pensaba que estabais más en los noventa…
Óscar Ferrer: Puede ser. Hay un poquito de house y de desarrollo.

 

Entonces, ¿estáis más cerca del bakalao?
Aarön Sáez: La sensación que tengo, igual que antes hablabas de “Molar”, la manera de utilizar los sintes es un poco más groove, más noventa. Pero no en plan noventa de bakalao estridente, sino más de club; hay más sintes con subgraves, más creación del loop, que es lo que crea la música de baile de los noventa en esa vertiente más de club que de discotecas.
Óscar Ferrer: Sí. Hay un punto más negro.
Aarön Sáez: En los ochenta había un colchón muy sencillo y muy claro y entra el ir a matar en su espacio perfecto, en su hueco, ya fuera en las canciones de Madonna o en las de A-ha. Aquí, en cambio, está un poco más metido dentro del resto de la música.
Óscar Ferrer: Un poco Janet Jackson.

 

«Ojalá que dentro de diez años sigan preguntándonos si las canciones que hacemos son de verdad, porque eso significará que seguimos divirtiéndonos»

 

Hay dos temas en concreto, “Ciervos” y “Molar”, que tienen un tipo de guitarra muy similar al de “Billie Jean” (Michael Jackson) o al sonido de Nile Rodgers. Desde luego, este es vuestro sonido negro, más que el italo disco.
Óscar Ferrer: Siempre teníamos como referente la música melódica europea, el pop de los ochenta, y la música más negra, americana y tal. Eran desde el principio nuestras tres referencias. En la noche fatídica que dijimos de hacer una banda que se llamara Varry Brava estábamos escuchando música americana, soul, funky… Es algo que siempre ha estado ahí.
Aarön Sáez: Creo que, en los setenta, la música de baile, o por lo menos la que nos mola, tiene bastantes cosas en común, como figuras rítmicas y conceptos pequeños que se repiten. Las guitarras a la contra, como las de Nile Rodgers, han sido la base en los setenta, en los ochenta (con Michael Jackson o Madonna), en los noventa con otras bandas como Jamiroquai, y en los dos mil con los Daft Punk. El último disco de Dua Lipa (Future nostalgia) es entero así. A lo mejor, al final cambian más las modas en los sonidos y en el tipo de ecualización de los bombos o los teclados que en el arreglo o en la forma de tocar en sí, que a lo mejor sigue siendo bastante similar.

 

Vicente, ¿qué tipo de guitarras has utilizado? Para sacar este sonido se suele utilizar una Stratocaster o una Telecaster.
Vicente Illescas: En este caso, Strato. De hecho, me pillé una expresamente para la ocasión. Pero un poco al hilo de lo que decía Aarön, las guitarras siempre están ahí. Hay momentos en los que da la sensación de que desaparecen, pero otros en los que de repente todo suena mucho más digital y la guitarra se va, aunque luego vuelve. Siguiendo también con el rollo de Nile Rodgers, cuando apareció el disco de los Daft Punk [Random access memories], de repente dieron una hostia en la mesa, porque se marcaron un disco de guitarra, bajo, batería. Y el último disco de Dua Lipa viene un poco a eso; son ritmos setenteros. Es difícil que eso desaparezca, porque siempre va a estar presente.

 

¿La negritud ha enriquecido vuestra forma de hacer música entonces?
Óscar Ferrer: Sí. Siempre lo hemos tenido muy presente. Fue la semilla de Varry, porque queríamos ser una banda a lo Chic: elegantes, haciendo funky y música de baile… lo que pasa es que nos pusimos punkis y hacíamos lo que podíamos. Luego fuimos cogiéndole el punto. Y desde que entró Vicente, que sabía tocar la guitarra, la cosa mejoró, porque al principio queríamos hacer esto y aquello, pero solo llevábamos cuatro meses tocando instrumentos. Ese fue el punto de inicio. Luego ya salió lo que salió; las influencias fueron cayendo en el local y ya no éramos dueños de nada.
Aarön Sáez: La idea del principio, de ser como Sid Vicious tocando canciones de Chic, era porque no sabíamos tocar.

 

Si no sabíais tocar, ¿para qué montáis una banda?
Óscar Ferrer: Porque no había nada mejor que hacer. Y porque nos gusta la música, claro. Es cuestión de echarle morro y encontrar un local. Si pueden prestártelo, mejor.

 

Hortera es vuestro quinto disco. ¿Esto es un logro para un grupo?
Óscar Ferrer: Sí, joder; son cinco discos. Y la verdad es que se ha pasado rapidísimo.
Vicente Illescas: No me había parado a pensarlo, pero sí, son cinco discos. Es la mitad de la carrera de The Beatles.
Óscar Ferrer: Bueno, en discos, porque en años ya llevamos más que The Beatles. Somos más viejos que ellos.

 

¿A quién o a qué homenajea “PlisDonGou”?
Óscar Ferrer: Yo creo que es una canción de amor de verano, de un amor no correspondido, pero lanzando un mensaje positivo con un poco de amor.
Aarön Sáez: Esto entra también en nuestra colección de canciones del verano, como “Chicas” o “Playa”. Es una tradición que nuestros discos haya un par de canciones del verano. Nos sigue molando esa estética, la temática, porque es muy potente y muy sugerente.

 

 

¿“KitKat” es una canción que habla de vosotros o es una canción de amor?
Óscar Ferrer: Es una canción que habla de nosotros, de manera personal.
Aarön Sáez: Lo que pasa es que nuestra manera personal también lleva diez años siendo una manera del grupo. Somos amigos y somos una banda a tiempo completo, ambas cosas. La canción habla de nosotros, de nuestra experiencia como amigos…

 

¿Para lo bueno y para lo malo?
Vicente Illescas: Sí, claro. Esto es como “El uno, el dos y el tres” de Mecano.
Óscar Ferrer: Pero nosotros no vamos a separarnos [risas].

 

Cuando escuché “Loco” por primera vez, le pregunté a Aarön por WhatsApp si era un troleo. Su respuesta fue que, en realidad, Varry Brava había sido un trolleo desde el principio.
Aarön Sáez: Desde el principio lo fue, aunque cuando empezó Varry Brava ni siquiera existía el concepto «troleo», así que no podía ser. Pero siempre me hacía mucha ilusión que la gente nos preguntara si éramos una banda de broma, que las canciones no eran de verdad; creo que todo proyecto que tenga algo de divertido, tiene que estar copiado de eso. Y ojalá que dentro de diez años sigan preguntándonos si las canciones que hacemos son de verdad, porque eso significará que seguimos divirtiéndonos, que estamos partiéndonos la polla de cada cosa que pasa, y que seguimos viviendo de esto con libertad absoluta.
Óscar Ferrer: Es eso, tío. ¿Por qué no se iba a poder hacer? Es que parecía que no era real lo que hacíamos cuando nos decían que nos disfrazábamos. Pero es que en realidad no nos disfrazábamos.

 

«Cruzamos la línea sabiendo lo que estamos haciendo: cosas con gusto, con cariño y creyendo realmente en ello»

 

¿Una banda «de coña» es una banda que no se toma en serio a sí misma?
Óscar Ferrer: Nos tomamos en serio lo que hacemos, lo que pasa es que nos gusta cruzar la línea de lo establecido. Nuestro concepto es cruzar la línea. Por eso Safari emocional era lo menos esperado, pero por eso mismo es Varry. La gente, después de un disco como Arriva, espera más fiesta y, de repente, se encuentra con esto. Pero sigue siendo Varry, igual que cuando hacemos un reguetón. Desde el principio, salirse del plano y hacer otra cosa es nuestro discurso.
Aarön Sáez: El primer adelanto de Safari emocional (“Callada”) fue una balada, después de tres años y pico sin haber presentado disco.
Vicente Illescas: Sí. Después de dos años, nos presentamos en la oficina con una acústica, un tecladillo y un shaker y les dijimos de repente: «Esto es Varry Brava y aquí tienes un disco de una hora y cuarto».
Óscar Ferrer: Igual por eso no hemos terminado de forrarnos como a nosotros nos gustaría [risas]. Si hubiéramos seguido un poquito una línea sin tanto despiste… Pero como suelen hacer las bandas: van por una línea en la que evolucionan con el tiempo y tal, pero sin salirse demasiado. Pero a nosotros, por el troleo que empezamos a hablar, nos apetece salirnos de ese sitio.

 

Cuando cruzas la línea, pero vuelves, ¿cómo sabes que has vuelto?
Aarön Sáez: Yo creo que la prueba de fuego siempre son los directos, cuando la gente está bailando y se lo pasa de puta madre. Hagamos el disco que hagamos, si vamos a un show y la gente no se lo está pasando bien, no está disfrutando de lo que hay o deja de venir a vernos, sabremos que hemos cruzado la línea, pero del barranco. Hagas lo que hagas, la gente va a estar ahí para testear que lo que haces lo estás haciendo bien, tanto tú como la gente que te escucha, y que los conciertos siguen siendo emocionantes y divertidos. Y que vuelvan pronto.
Vicente Illescas: Pero como no se puede, no sabemos si hemos cruzado la línea.
Óscar Ferrer: Pero cruzar la línea no significa ir a lo loco con los ojos cerrados y dar la nota por dar la nota. Cruzamos la línea sabiendo lo que estamos haciendo: cosas con gusto, con cariño y creyendo realmente en ello. Hemos hecho “Loco” porque nos hemos pegado un verano bailando temas de reguetón y flipando en muchas ocasiones con los compositores, por cómo escriben, el concepto que tienen, la invención de la palabra… Por un montón de cosas que nos han sorprendido, nos han emocionado y nos ha hecho sentir, en muchos momentos, como cuando escuchamos por primera vez a The Beatles. Escuchas ciertas cosas de Bad Bunny, por ejemplo, y me siento como la primera vez que escuché a Golpes Bajos, de alguna manera. Eso es emocionante, tío; es un pulso en la música que te hace sentir vivo. Por la banda que somos, con el carácter que tenemos, podríamos cruzar esa línea y hacer eso mismo si nos diera la gana. Si alguien puede hacerlo, somos nosotros.

 

¿Para cuándo Varry Brava en Eurovisión?
Óscar Ferrer: Este año va a estar un poco chungo.
Vicente Illescas: Cada vez está más jodido, la verdad, pero ganas no nos faltan. Aunque para mí sí que sería por la risa.
Aarön Sáez: Este año van los mismos del año pasado, ¿no?
Óscar Ferrer: ¡Es verdad! Va Blas Cantó.
Aarön Sáez: Sí. Los del año pasado. Así que nuestra fecha será 2022.

 

¿Nos la jugamos?
Aarön Sáez: Venga.
Óscar Ferrer: Venga.

 

¿Y si no?
Aarön Sáez: Pues en 2023.
Óscar Ferrer: Y así sucesivamente.

Artículos relacionados