Un gusano en la Gran Manzana: Una cama para Dylan y una filarmónica para Elvis

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“Había que sacar la momia en andas, guarrear sus clásicos, enchufarle una sinfónica como si en vez de Elvis habláramos de los Scorpions y ya, en el colmo de un sadismo que ni Ted Bundy, lo acompañamos de Michael Bublé”

 

Las noticias que llegan para “refrescar” el verano asombran a Julio Valdeón Blanco, estupefacto ante la colecta para comprarle una cama al músico de Minnesota o la próxima edición del rey del rock junto a una orquesta filarmónica.

 

 

Una sección de JULIO VALDEÓN BLANCO.

 

 

–4 de agosto

Es norma que durante el estío los periódicos quemen páginas en asuntos “refrescantes”. O sea, idiotas. Playa y entrevistas, ejem, audaces, o tanga y soplapolleces a tres columnas, e incluso sangría y reportajes moñas, cabalgan juntos. Imagino que por eso el verano es propicio a que también en el terreno musical abunden las noticias estupefacientes. Como la de la cama de 1.360 dólares que van a comprarle a Bob Dylan unos chiflados gracias a una campaña de crowdfunding. En realidad la cantidad recaudada es de 1.555 dólares. Habrá pues dinero para sábanas, almohadas, edredón, orinal y pantuflas. Qué suerte la de Bob, que aparte de multimillonario cuenta con unos seguidores tan cachondos, surrealistas, modernos, frívolos e irónicos que son capaces de poner 20, 25 y hasta 50 dólares en regalarle un catre a quien sin duda posee algo así como doscientos, repartidos en otras tantas mansiones. No es que uno ande cojo de guasa, ni tampoco me parece criminal o aberrante el asunto, pero pienso en que, un suponer, con 50 dólares te compras, digamos, “Dylan: disc by disc”, de Jon Brenam, y puedes añadirle una entrada para ver “Amy”, el tremebundo, fantástico documental sobre Amy Winehouse, y de paso, no sé, el nuevo disco de Eilen Jewell, el hermosísimo “Sundown over ghost town”, publicado a finales de mayo, y la chorradita cool de Dylan pues al final da grima.

 

–6 de agosto

Si hablamos de noticias no ya estúpidas sino encima feas, qué tal ese “If I can dream: Elvis Presley with the Royal Philharmonic Orchestra”, que Sony editará el 30 de octubre. No basta con que palmara en el tigre, tuviera un mánager que era un chorizo. Tampoco con el efecto psicotrópico que causa la visión de un documental que juro haber visto, y si no que se coman los gusanos estos ojitos míos, en el que Priscilla, 70 tacos e incontables cirugías, parecía la hija de Lisa Marie. No, encima, además, había que sacar la momia en andas, guarrear sus clásicos, enchufarle una sinfónica como si en vez de Elvis habláramos de los Scorpions y ya, en el colmo de un sadismo que ni Ted Bundy, lo acompañamos de Michael Bublé. Desde luego que hay gente con muy poca conducta, y el cerebro de Sony que haya dirigido esta profanación o iba bolinga o piensa que somos tontos y compraremos el engendro. ¿Lo peor? Que usted y yo sí somos tontos, y sin embargo no picamos, mientras que otros, infinitamente más inteligentes, preparados y capaces, serán orgullosos propietarios de un desenterrado que con solo escribirlo, Elvis y Bublé, cielos, ya amerita a basura del año.

 

Anterior entrega de Un gusano en la Gran Manzana: Asbury Park, ciudad en ruinas.

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