“Todas sus grabaciones (1962-1966), volumen 1”, de Los Gatos Negros

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DISCOS

“Dentro de la marea del pop barcelonés supieron seguir todas las rutas que se desarrollaron en estos años, y más allá”

 

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Los Gatos Negros
“Todas sus grabaciones (1962-1966). Vol. 1”
RAMALAMA

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

Si quieren tener en un disco una imagen cabal de lo que supusieron los años sesenta en España para los conjuntos que se atrevían a embarcarse en el piélago de la música moderna, no busquen a Los Brincos ni a Los Bravos, ni a Los Sirex ni a Los Salvajes. Seguramente en estos encontrarán mejores resultados, pero un paseo por los grupos que se quedan a mitad de la tabla resulta siempre más ilustrativo. Fíjense en Los Gatos Negros, por ejemplo. Dentro de la marea del pop barcelonés, como los dos últimos citados, supieron –con mejor o peor fortuna, según los casos– seguir todas las rutas que se desarrollaron en estos años, y más allá. Una primera parte de su larga carrera aparece en este doble cd editado por Ramalama y contempla vibrantes sorpresas.

El grupo se forja ya a finales de los años 50, y en su primer sencillo de los dos que publicaron en Belter, con el padrinazgo de un recién llegado Alain Milhaud, ya principian con un impresionante ‘What’d I say’ en una grabación cuya escasez de medios es ahora casi un valor. Perfecta apertura para un conjunto de siete epés –el resto está en Vergara– en los que encadenan éxitos del rock and roll más efusivo con pinceladas de otros estilos que les permitían llegar a más público. Al mismo tiempo, no le faltaban los conciertos, en toda la costa y en Andorra, donde daban cuenta de un repertorio de instrumentales para amenizar las veladas, de ahí el sonido Shadows de muchas de sus guitarras. Asumen pues, desde el primer momento, todos los palos que se van a ir desplegando en esa catarata de quiebros estéticos que fueron los sesenta, apoyados además en su versatilidad, con varias voces de diferentes texturas que podían asumir el micrófono sin problemas.

No son solo versiones, sino adaptaciones que van tomando todos los ritmos de moda, así el ‘C’mon everybody’ de Eddie Cochran adopta un alocado aire de twist y ‘Tú serás mi baby’ se resuelve con castañuelas. Hay música italiana a lo San Remo y por supuesto Beatles –un ‘She loves you’ especialmente bueno–; beat chicletero con el ‘Do wah diddy diddy’ y toques abluesados en el órgano de ‘Te recuerdo’, de las pocas compuestas por ellos, flamenco-beat y versiones de James Brown. Y mucho, mucho rock and roll.

Pese al prestigio conseguido, Vergara quiere dar un vuelco a su carrera y les abre a una nueva dimensión. Su single del 66 fue el ‘Juanita Banana’, asumen así el peaje de la canción hortera y soleada, solventado en tanto porque en la cara B hay un ‘Raska-yu’ bastante fogoso. Menos mal que del elepé de ese mismo año se extrajo la versión del ‘Cadillac’, basada en la de los Kinks, que desprende fuego o un ‘Corre, corre’ a ritmo casi de ska, entonces de actualidad. Lo dicho, una exacta impresión de todos los ritmos de los sesenta.

Llegan a su punto álgido de popularidad, con presencia en todos los festivales que se montaban en Barcelona y giras de éxito sobre todo en el norte de la península. Aquí se cierra la compilación, a la espera de una continuación que evidentemente es la de la lenta degradación, decantada al blues británico con algún single que representa lo mejor de su carrera, como un ‘Hey Hey Bunny’ de griterío casi tribal. Esperemos que nos ofrezcan esta segunda parte porque, como en la primera, entre convencionales obligaciones para con el sello, surgen piedras muy preciosas.

 

 

Anterior crítica de discos: “Monsters of Rock – Live at Donington 1980”, de Rainbow.

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