“Southern blood”, de Gregg Allman

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DISCOS


“Es un disco magnífico. Siento si piensan que la muerte de Allman tiene que ver para esa sentencia, pero es que es así”

 

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Gregg Allman
“Southern blood”
UNIVERSAL

 

Texto: EDUARDO IZQUIERDO.

 

Cuando uno se enfrenta a la reseña del disco póstumo de alguien tan grande e importante en su vida como es para mí Gregg Allman, lo ha de hacer con cuidado. Caer en el enaltecimiento, el elogio rápido, es relativamente sencillo. Y es que un montón de sentimientos se le conjugan a un servidor a la hora de hablar de Allman. Por ello, y aunque ser objetivo es imposible en ninguna crítica (y de hecho creo que todas deben tener su dosis de subjetividad bien presente), hay que intentar lograrlo en esta ocasión. Dicho esto, este “Southern blood” es un disco magnífico. Siento si piensan que la muerte de Allman tiene que ver para esa sentencia, pero es que es así.

Inicia el disco la maravillosa ‘My only true friend’, escrita a medias con el guitarrista Scott Sharrard, cargada de referentes autobiográficos. Pero es en el segundo tema cuando Allman te roba definitivamente el corazón, y es que se marca una espléndida versión del ‘Once I was’ que Tim Buckley publicaba en 1967 en su “Goodbye and hello”. Difícil se hace tras escucharla no caer rendido a sus pies. ¿Que no has tenido suficiente? Pues el bueno de Allman se fue hasta “Planet waves” (1974) de Bob Dylan para sacarse de la manga una fantástica ‘Going going gone’. Y si ese inicio de disco no es ya como para llevarlo a los altares, lo mejor es que aún hay más. En “In the dark” de Grateful Dead encontrábamos ‘Black muddy river’, un temacon el que, versionándolo, Allman, demuestra muy a las claras que sabe estar diciéndonos adiós. “Caminaré solo por el río negro y fangoso” canta en una canción que Robert Hunter, su propio letrista, definió como “un tema sobre la perspectiva de la edad y tomar una decisión sobre la necesidad de vivir a pesar de un tiempo difícil, y los estragos de cualquier otra cosa que va a venir a ti”. Espeluznante.

‘I love the life I live’ es un blues estratosférico de Muddy Waters que Don Was, productor del álbum en los estudios de Muscle Shoals, aconsejó recuperar a Allman, y ‘Willin’’ es una de esas canciones eternas que el repertorio de los Little Feat de Lowell George aportaron al cancionero mundial. Una delicia que Gregg se empeñó en incluir en el disco y que en su voz vuelve a sonar tan mágica como la primera vez que la oímos. Una de las grandes sorpresas del trabajo viene con la inclusión de ‘Blind bats and swamp rats’ extraída de “Ton-Ton macoute”, disco de Jonny Jenkins que se gestó como álbum de Duane Allman, idea que no cuajó cuando este decidió formar parte de los Allman Brothers. Atmosférico y mágico, el tema sienta de maravilla a Gregg y su banda.

Nos faltaba un tema lento, de esos que sobrecogen, y para solucionarlo llega ‘Out of left field’, extraída del cancionero de Percy Sledge. Ahí llegaba un momento difícil: ¿cómo acabar un disco así? Está claro. Primero con una buena dosis de blues rocoso, y ‘Love like kerosene’ de Scott Sharrard, de nuevo, lo es. Ya solo queda dejarnos el corazón compungido, y para eso nada mejor que ‘Song for Adam’ de Jackson Browne, buen amigo de Gregg. La canción fue grabada al final de las sesiones del álbum y Gregg se ahogó cantándola, así que decidieron retomar el tema otro día. Ya no pudieron hacerlo por el fallecimiento del músico. Por eso su voz aparece y desaparece a medio tema, aunque su amigo Browne, que pone unas deliciosas voces, se empeñó en acabarla. Un bonito final para una leyenda.

Anterior crítica de discos: “Villains”, de Queens of The Stone Age.

 

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