Song for our daughter, de Laura Marling

Autor:

DISCOS

«Delicado folk confesional, de espléndida factura, en torno al personaje imaginario de una hija que aún no tiene»

 

Laura Marling
Song for our daughter
CHRYSALIS, 2020

 

Texto: CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.

 

Justo al contrario que muchos músicos, que han decidido retrasar la publicación de sus nuevos trabajos hasta que las tiendas físicas de discos vean algo parecido a una reapertura, Laura Marling ha apostado por aliviar el encierro doméstico de sus fans adelantando su séptimo álbum. Un trabajo más austero que algunos de sus precedentes, apenas mecido por su guitarra acústica, el piano y los arreglos de cuerda de Bob Moose, colaborador de The National o Bon Iver.

Son diez canciones en las que la británica, estupenda cantante, notable letrista y compositora, exhibe una tremenda madurez (acaba de cumplir treinta años) por la vía de la sencillez, de nuevo con la sombra de Joni Mitchell, Leonard Cohen, Bob Dylan o Michelle Shocked revoloteando sobre sus partituras. Delicado folk confesional, de espléndida factura, en torno al personaje imaginario de una hija que aún no tiene, que en cualquier caso no parece que le vaya a reportar más adeptos de los habituales porque ni cuenta con demasiados ganchos susceptibles de engrosar playlists molonas ni escapa tampoco —hay que decirlo— a una sensación de linealidad solo apta para fans incondicionales.

Anterior crítica de discos: Interstellar, de Ross.

 

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