Shadow of fear, de Cabaret Voltaire

Autor:

DISCOS

«Ocho canciones que reinciden en todo aquello que nos gustó siempre de la banda de Sheffield»

 

Cabaret Voltaire
Shadow of fear
MUTE, PIAS, 2020

 

Texto: SARA MORALES.

 

Veintiséis años han tenido que pasar para que llegaran a nuestras manos nuevos embrujos de Cabaret Voltaire. Desde aquel julio de 1994 en que lanzaron su —hasta ahora— último álbum, The conversation, hemos debido conformarnos con colaboraciones esporádicas o algún cameo en directos amigos, que nos recordaban por qué la música industrial y el éter electrónico les debe tanto, al mismo tiempo que nos dejábamos engañar con la ilusión de una posible reunión. Pero lo que parecía una quimera inalcanzable se ha convertido en realidad justo ahora, en este fatídico 2020; y aunque no se haya producido como esperábamos, pues de la formación original que todos recordamos solo ha vuelto Richard H. Kirk, en realidad es más que suficiente.

Regresa así «el hombre más ocupado del techno contemporáneo», como lo llaman por ahí, con un nuevo álbum de ocho canciones que reinciden en todo aquello que nos gustó siempre de la banda de Sheffield: atmósferas post punk, trances experimentales, bases electrónicas que amparan parpadeos dance y house, algo de pop y mucho dub. Y no es que Richard H. Kirk haya tirado de nostalgia —de hecho, su premisa para este Shadow of fear ha sido levantar un trabajo profético que se sitúe en el presente más inmediato con vistas al futuro—, pero Cabaret Voltaire es lo que es y, tanto tiempo después, afortunadamente lo sigue siendo.

Sin embargo, pese a que la oscuridad continúa alzándose como el estado innato de su sonido, nos topamos en esta incursión con variados e inesperados chispazos luminosos. Es el caso de «What’s goin’ on» y el latido medio funky que la envuelve, o el acercamiento al acid house de «Universal energy», en la que se agradecen melodías más certeras y algunas muestras de voz procesadas que actúan de guía, como también ocurre en «Be free».

Las guitarras intermitentes continúan escondidas pero latentes, como demuestra «The power (of their knowledge)»; algo que se repite en «Microscopic flesh fragment», pero con ecos de batería. Y lo mejor es que toda esta amalgama de ruido casi esotérica se ha construido a partir de sintetizadores y cajas de ritmo antiguas, que dotan al trabajo de un carácter ciertamente retro sin caer demasiado en la catarsis biográfica. Y eso que podría hacerlo, todos hemos sido testigos durante décadas de la influencia ensordecedora de aquel infalible Red mecca de 1981.

Pero Shadow of fear es el fiel retrato de Cabaret Voltaire en 2020, de Kirk y su don para crear armonía tecnológica y de lo que presumiblemente pueda ser el esquema de la música electrónica en la era pos-COVID-19. Y es que siempre fueron unos adelantados a su tiempo; aunque eso ahora ya solo dependa de uno.

Anterior crítica de discos: Cyr, de The Smashing Pumpkins.

 

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