Russian Red: Electricidad, amor y hombres

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“Creo mucho más en mí misma que antes y no pienso que nadie de fuera me tenga que salvar”

 

Russian Red (Lourdes Hernández) está de vuelta con «Agent Cooper», un disco guitarrero grabado en Los Ángeles y con vocación internacional.

 

 

Texto: WILMA LORENZO (@wilma_lorenzo)

 

 

«Agent Cooper» (Sony Music) es el disco con el que más segura dice sentirse Lourdes Hernández. El álbum que más cerca está de Russian Red y probablemente, el que más lejos la lleve. Porque «Agent Cooper» nace con vocación internacional. Desde que hace siete años Russian Red asomara con «I love your glasses» ha ido avanzando hacia un mismo lugar, desprendiéndose de todo aquello que le hacía caminar más lento para acabar corriendo, reinventándose y adelantándose a lo que cabía esperar de un tercer disco. Russian Red crece y sus objetivos lo hacen con ella. Así «Agent Cooper» llega sin complejos y de la mano de un sonido eléctrico al que no nos tenía habituados. Diez cortes que corresponden a diez nombres de hombre y a la búsqueda del amor; capitaneados por el concepto de una mujer fuerte que no necesita ser salvada. Un trabajo que en sus propias palabras “cierra una etapa de mi vida” y con el que yo me atrevería a afirmar que Lourdes se ha encontrado a sí misma.

«Agent Cooper» llega después de una larga estancia en Los Ángeles que imagino que ha marcado el desarrollo de tu tercer trabajo, ¿por qué te fuiste?
Ya había visitado Los Ángeles un par de veces y me gustaba mucho cómo me sentía allí. Además siempre había querido irme a vivir a Estados Unidos en algún momento de mi vida, y encontré el hueco perfecto para hacerlo, entre disco y disco, y de paso grabarlo allí.

Entonces lo que buscabas era la experiencia de vivir allí más que irte para grabar un disco.
Sí, sí. Vivir fuera. Tenía muchas ganas de vivir fuera de España porque aunque había girado bastante, nunca había vivido fuera y tenía ganas de ver qué pasa cuando estás mínimo un año fuera de casa. Aprendes mucho sobre tu país y también a encontrar o construir el hogar dentro de ti en vez de dejarlo anclado a un lugar concreto. La pertenencia al lugar de donde vienes siempre está ahí, pero en cierto modo te liberas. Te liberas de pesos, complejos… eres más libre y te construyes más a ti mismo.

Eso ha tenido que influir definitivamente en este trabajo.
Ha influido en la actitud totalmente. A nivel compositivo no creo que esté todavía reflejado porque muchas canciones venían de un periodo anterior, aunque sí hay canciones que compuse en Los Ángeles y han sido incluidas. Pero sí, definitivamente irme fuera me ha hecho entender, abandonar ese periodo anterior y pasar a otra cosa.

Sin embargo incluyes canciones que fueron compuestas antes de marcharte y “pasar a otra cosa”.
Sí, de hecho algunas están compuestas antes de «Fuerteventura» y las recuperé para «Agent Cooper» porque me di cuenta de que tenía que hacerlo. Tenía que hacer un barrido de un periodo anterior que no era solo musical, también personal. De hecho especialmente personal. Antes de irme estuvimos trabajando en las maquetas Brian, Juandi y yo, que somos la banda ahora. Luego llegué a Los Ángeles y seguí componiendo… La verdad es que incluso después de grabar el disco seguí dándole forma y entendiendo el porqué de algunas cosas que en su momento hice de forma intuitiva.

«Agent Cooper» ha sido producido por Joe Chiccarelli, quien ha trabajado con The White Stripes, The Strokes, Morrissey, My Morning Jacket, U2, The Shins, Brian Wilson, Beck o Mika entre otros, ¿cómo contactas con él?
Cuando estábamos girando por Asia, en octubre de 2012, había que empezar a pensar en el productor, y Cindy Castillo [manager de Miss Caffeína] me dijo que los de Miss Caffeina habían contactado con Joe Chiccarelli y que por qué no le daba una escucha Hasta entonces yo no había oído hablar de él, así que por recomendación suya contactamos con él a ver si sonaba la flauta; y él respondió y dijo que le gustaba. A partir de ahí el sello se encargó de hacer las conexiones pertinentes.

En este álbum el sonido es más eléctrico, ¿tenías claro que lo querías así o vino a raíz de Chiccarelli?
En las maquetas había ya un sonido eléctrico que estaba basado en el formato con el que habíamos girado el último año. En la grabación Joe potenció eso a su manera; y claro, él es algo así como un artesano de lo eléctrico. Es increíble.

Me llama la atención que te vayas a Los Ángeles, decidas contar con un productor como Chiccarelli y sin embargo decidas grabar con tu banda: Brian Hunt y Juan Diego Gosálvez.
Sí, se vinieron a Los Ángeles. Me parecería un error no haberlo hecho de este modo. Cuando encuentras unas personas con las que estás a gusto, con las que trabajas bien y todo funciona; creo que debes potenciarlo. Para qué irte de repente con extraños cuando ya tienes eso. Sí hubo gente invitada en el disco o gente que hizo arreglos que los chicos no podían hacer, pero la banda y la base a nivel anímico y a nivel musical está ahí desde hace tiempo. Y está ahí con ellos.

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«Durante un periodo largo de tiempo he estado no obsesionada sino obsesionadísma con el amor, y casi de manera intuitiva empecé a escribir estas canciones con nombres de chico»

 

¿Cómo explicarías la evolución del sonido de Russian Red desde «I love your glasses» pasando por «Fuerteventura» hasta «Agent Cooper»?
Yo creo que entre el primer y el segundo disco no hubo mucha diferencia en cuanto a sonido. El primero era más crudo y el segundo más elaborado, con una banda increíble tocando en el disco y un productor muy guay. Era más elaborado en ese sentido, pero el gran cambio estaba a nivel compositivo y en cuanto al estado de ánimo. Sin embargo en los dos estaba esa parte acústica y amable que ahora no está. En este disco me he tomado la libertad de probar algo distinto pero manteniendo la esencia del principio, que es algo que siempre tiene que estar.

¿Por qué ahora y en qué sentido te has tomado la libertad de probar algo distinto?
Porque he conocido lo eléctrico y he querido entregarme a ello sin miedo. Y lo cierto es que impone. Parece que uno se va a poner a tocar la guitarra eléctrica y va a empezar a encontrar sonidos, pero más vale que lo practique y lo alimente mucho porque sino puede ser un poco desastre. A mí no me dio miedo, no pensaba amilanarme porque no fuera a salir bien. Preferí aprender por el camino.

«Agent Cooper» es un disco dedicado a los hombres de tu vida, ¿por qué solo a los hombres?
Pues porque durante un periodo largo de tiempo he estado no obsesionada sino obsesionadísma con el amor, y casi de manera intuitiva empecé a escribir estas canciones con nombres de chico. En verdad hasta hace bien poco no he encontrado el significado real del álbum, pero me dejé llevar por esa intuición y decidí alimentar esa idea inicial de los nombres de los chicos. Y el título es algo que también encontré a última hora. Ya tenía que tener un título para el disco porque se tenía que enviar a fábrica y justo estaba pasando por una época muy David Lynch a la vez que buscaba esta idea de hilo conductor. Yo quería algo que significara “hombres”, pero que también significara algo más relevante. Entonces cuando di con lo de «Agent Cooper» –que es un personaje de ficción del que he estado enamoradísima y que a la vez define muy bien esa sensación de búsqueda de algo que no logro encontrar porque lo estoy proyectando mal– me parecía que conectaba mucho con ese personaje de ficción y con esa cosa que está siempre de fondo y alimenta la ilusión. Me parecía maravilloso llamar al amor «Agent Cooper». O a un tipo de amor, por lo menos. El que había estado buscando yo.

Hablas de esa búsqueda en pasado.
Sí, porque grabar este disco, acabarlo y entenderlo ha sido pasar a una época nueva de mi vida. Creo mucho más en mí misma que antes y no pienso que nadie de fuera me tenga que salvar.

La portada es muy descriptiva en ese sentido, ¿no?
Sí, pero fíjate, es un poco alucinante. Muchas de esas cosas funcionan como anticipación de algo en lo que todavía no estás. Cuando hicimos esas fotos y estábamos desarrollando ese concepto era algo más estético. Lo hice con David Gómez, y le transmití mi deseo de plasmar la imagen de una mujer fuerte que a la vez resultara muy icónico, casi cinematográfico… Y lo que realmente estaba proyectando y no era consciente todavía, era esa cosa de hacerme fuerte y de declararme a mí misma.

Pero siempre has parecido una mujer fuerte y segura de lo que quiere.
Bueno, eso es porque hablo con mucha convicción, pero creo que uno nunca sabe definitivamente qué es lo que quiere. De hecho está bien saberlo por épocas, pero lo suyo es cambiarlo y cuestionarlo aunque luego te quedes en el mismo sitio, pero siempre está bien poner en duda las cosas.

Esa convicción y esa actitud parece fortalecida aún más a tu vuelta de Los Ángeles. ¿Crees que el público aquí en España está preparado para ello?
[Risas] La verdad es que me da igual… Porque mi actitud es mía y no le pertenece a nadie más que a mí. Lo que pueda proyectar con eso que me sirva a mí y que le sirva a los que quieran, pero no voy a pararme a pensarlo mucho. Es verdad que aquí a nivel artístico hay mucho complejo por el peso que tiene la historia y la cultura en Europa. Tiene mucho peso y por eso nos cuesta erigirnos como artistas y llamarnos esto y lo otro. Es verdad que esto sucede y es comprensible, pero paso de participar en ello.

¿Estás preparada para volver a estar en el punto de mira?
Ya estoy en el punto de mira [risas]. En cuanto estoy de vuelta haciendo entrevistas, ya estoy ahí. Y fíjate, me llega más información por la gente con la que trabajo que por mí misma. Me entero porque la gente a mi alrededor me dice: “he visto esto, he visto lo otro”. Y cuando vienes de estar totalmente al margen es un poco rollo, pero es para bien y cuando se pasa el período promocional se acaba.

Después de lo conseguido con «Fuerteventura» imagino que tus objetivos y metas son cada vez mayores.
Claro, exactamente. Y es importante ser ambicioso en la vida y querer llegar más lejos con uno mismo. Hay que buscar hacer cosas nuevas. A mí me encantaría viajar a un montón de sitios en los que todavía no he estado y repetir en sitios que me gustaría que no quedaran en una anécdota en mi carrera. Y también me gustaría poder ofrecer un espectáculo cada vez mayor, sentirme cada vez más libre en el escenario y poder bailar y disfrutar de las canciones. Eso es lo siguiente que me pido a mí misma.

Al comienzo de tu carrera, en tus primeras entrevistas, afirmabas que en un principio no querías dedicarte a la música. No querías que algo que te gustaba tanto se convirtiera en un trabajo. Y mírate ahora.
Ya, me ha cambiado la mentalidad en ese sentido, y menos mal [risas]. Porque antes me definía mucho más por mis miedos que por mis virtudes. Antes mis virtudes me daban miedo y no quería aceptarlas. Estaba un poco acomplejada. Había un montón de ruido entre medias que me hacía proyectarme de una manera diferente a como soy. De hecho, la explicación que doy al uso del sonido eléctrico en este disco, es la de sacar el ruido que tengo dentro hacia fuera. Ahora creo mucho en lo que hago y quiero disfrutarlo y hacer disfrutar a la gente con quien lo comparto.

Entonces, ¿éste sería el disco con el que más segura te sientes?
Sí, estoy en el proceso de ello aún, pero definitivamente hoy estoy más cerca de Russian Red que con el primero.

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