Ron Wood: 70 años de rock and roll

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“Técnico y deshilachado, centrado y desorientado, Ron Wood es la vida misma. Es corazón. Es verdadero”

 

Juanjo Ordás celebra el 70 cumpleaños de Ron Wood siguiendo sus pasos discográficos, tanto en solitario como dentro de los Faces, Jeff Beck Group y los imbatibles Rolling Stones.

 

Texto: JUANJO ORDÁS.

 

A celebrar el cumpleaños de Ron Wood, setenta años, que se dice pronto. Arrancamos, coge carrerilla: Jeff Beck Group, los Faces, Rod Stewart, los Stones, discos en solitario entre unos y otros, pintor a tiempo completo según el día… Parece casi ‘La del pirata cojo’ de Sabina, pero Wood no ha tenido tiempo para aburrirse ni tampoco para aburrirnos a nosotros, tanto si eres de los que de vez en cuando se acuerda de él como si le sigues devotamente.

Un recorrido por su carrera ha de pasar de puntillas por su etapa como bajista de Jeff Beck. Dejó su impronta en los potentes “Truth” (1968) y “Beck-ola” (1969), junto a su querido Rod Stewart de cantante, pero esa no era su fiesta, sino la de Jeff Beck. Aún así, qué bien se lo montaban con el ‘Shapes of things’ y el ‘All shook up’.

 

 

Con los Faces, Ron y Rod sí que empezaron a rodar sin frenos. La vida era una fiesta y a ellos le gustaba. Absolutamente todos los discos que los Faces grabaron son recomendables, pero puestos a escoger, que el elegido sea “A nod is as good as a wink… To a blind horse” (1971), porque ahí está ‘Stay with me’, un himno, con el poderío guitarrero de Ron escupiendo salivazos de electricidad.

 

 

Su historia no decae. Antes de que los Faces se disolvieran, fue parte fundamental de algunos de los mejores discos solistas de Rod Stewart (¡sí, Ron toca en “Every picture tells a story” (1971)!). También antes de unirse a los Stones, grabó “I’ve got my own album to do” (1974), una verdadera joya y su tope como artista solista. No es lo que siguientes discos que editara bajo su nombre fueran malos, en absoluto, pero “I’ve got my own album to do” era especial, anarquía pura. Escuchándolo, te transporta a lo que debieron ser caóticas sesiones de grabación. Este disco explica bien qué es lo que Ron Wood vino a traer al mundo: una forma de vida, una forma de sentir. Un “así son las cosas”, un “vamos a pasarlo bien que son dos días”. Técnico y deshilachado, centrado y desorientado, Ron Wood es la vida misma. Es corazón. Es verdadero. Toca la guitarra como canta, aunque toca mejor que canta… ¿aunque a quién no le gusta la voz de Ron? Cuerdas vocales, nicotina y alcohol. Y mucha calle, mucha vida gitana, muchos guiños de ojos. “I’ve got my own album to do” hay que escucharlo entero, unirse a una fiesta que cuenta con invitados Mick Jagger, Keith Richards, George Harrison, Rod Stewart. ¿Quién no iba querer grabar con Ron? El tipo hace fluir la música, erecta y resbaladiza por todo disco donde toque.

 

 

Otros discos como el directo grabado en 1992 “Live and eclectic” (2000) y “Not for begginers” (2001) siguieron manteniendo la fórmula intacta, porque el pulso de este hombre podría poner a vibrar los instrumentos de un local de ensayo. Solo con respirar, parece que empiezan a pasar cosas. Hay relajación, hay naturalidad y sobre todo no hay ninguna pretensión más que la música por la música. Insisto, ¿quién no va a querer grabar con Ron? Desde los anteriormente citados a Scotty Moore, Dylan, Flea o Slash.

 

 

De su época con los Stones, cualquiera coincide en que “Some girls” (1978) y “Tattoo you” (1981) fueron su momento álgido, pero cuando se trata de Ron Wood no hay que ponerse canónico. Fue el tercer guitarra de los Stones y le dio tiempo a dejar su huella en dos discos clásicos, pero, ¿qué hay de su brutal trabajo en “Voodoo lounge”? ¿No es sensacional cómo se enlaza con Keith en ‘You got me rocking’ y cómo ensancha el horizonte en todas sus piezas, incluidas las más folkies? ¿Y qué hay de las barbaridades que hizo en “Stripped”? No suenan ‘Angie’ y ‘Wild horses’ mejor que nunca gracias a él? Ah, su complicidad con Keith, ese vínculo telepático que ni ellos saben explicar. Hace unos años se editó el disco en vivo “Buried alive: Live in Maryland” (2006) de los New Barbarian, el grupo que ambos formaron. Bueno, en realidad Keith se subió al barco de Ronnie y ya se sabe, Keith eclipsa, pero aquí los dos brillaban igual, cantaban al mismo micro o se turnaban y entonaban piezas tan hermosas como ‘Sure the one you need’, quizá de lo más bonito que haya escrito nunca Ronnie.

Qué alegría que vaya por los setenta. Ahora a por otros setenta, Ron. Te necesitamos.

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