Rockola, Libros. 18 de junio de 2010

Autor:

«El auténtico Bruce Springsteen»
Eric Alterman

ROBINBOOK

Una de las estrellas mundiales del rock que junto al póquer que conforman los Beatles, los Rolling Stones, Bob Dylan o Elvis Presley, que más atención ha recibido de historiadores de la música o periodistas metidos a biógrafos ha sido, sin duda, el Boss Bruce Springsteen. De él trata, precisamente, esta obra datada originalmente a principios del siglo XXI y cuya primera traducción al español tuvo lugar poco después. Ahora, con el ineludible Manuel Fuentes como prologuista, nos llega este volumen, premiado con un prestigioso galardón periodístico «made in USA» y que situó a su autor como uno de los grandes especialistas en la vida y la obra del rockero de New Jersey.

El contenido en sí teje un interesante retrato del artista, equilibrando con habilidad aspectos relativos a su parte más humana junto al trasiego artístico desde los duros inicios hasta una actualidad más o menos inmediata en la que ha alcanzado el grado de mito. El hilo conductor son sus canciones y el contexto que las vio nacer y desarrollarse pero que no rehuye aspectos más conflictivos de su carrera como batallas legales por el control de su obra, enfrentamientos con personajes de la industria y algún que otro fracaso relacionado con su vida afectiva. En cualquiera de los casos, el retrato del personaje que se nos ofrece es un destripe en toda regla de su obra y milagros pero que claroscuros aparte –que haberlos, haylos– nos propone una conclusión meridiana y, por lógica, aplastante.

Alterman aporta una visión de Springsteen –discutible o no, aquí lo suyo es que tomen partido y que opinen sus defensores y sus detractores– de alguien que no se ha contentado con grabar buenos álbumes y protagonizar memorables conciertos. Más allá de ese papel indiscutible de estrella, el creador de obras maestras como «Born to run», Darkness on the edge of town», «The river» o «Nebraska», ha tomado auténtica conciencia humana y actuado en consecuencia mediante el desempeño de un papel de cronista del malestar social que lo envuelve, apoyado, gracias al enorme éxito alcanzado y su influencia en millones y millones de fans que lo adoran, en obras como las citadas y otras igualmente significativas, de gran calado, acuñadas durante su ya larga y fecunda trayectoria musical. No muchos pueden decir lo mismo.
JAVIER DE CASTRO.



«Marc Bolan. El guerrero eléctrico de los 70. (La verdadera historia de T. Rex)»
Juan Manuel Escrihuela
QUARENTENA EDICIONES

Escrihuela es un autor bien bregado en lides biográficas musicales como la que ahora nos ocupa. Aunque en su cuenta de resultados bibliográficos figuren sobre todo monografías de cierta enjundia dedicadas a figuras anglosajonas de renombre como The Beatles, Paul McCarney, The Eagles, David Bowie y Elton John, también ha tenido tiempo y ganas de dedicar un libro a Joan Manuel Serrat, nuestro solista más importante. No obstante, como ya se ha podido denotar en esta relación de nombres musicales de indudable prestigio, el denominador común de ellos es que todos se iniciaron de una u otra manera durante la década de los sesenta aunque triunfasen, salvo en el caso evidente de los cuatro de Liverpool, en la década inmediatamente posterior de los setenta.

En esta ocasión, Escrihuela se ha dedicado en cuerpo y alma a estudiar la figura de Marc Bolan y a su banda T. REX, según sus propias palabras, el músico que primero le enganchó la afición por el rock en plena adolescencia, aunque, paradójicamente y tras más de veinticinco años en la brecha como periodista musical, no haya sido hasta la fecha cuando por fin se ha liado la manta a la cabeza y le ha dedicado un volumen. Entrando en materia, lo primero que salta a la vista es que, como en todos los estudios que ya le conocemos, sobresale su minuciosidad. A falta de la posibilidad de haber podido trabajar con testimonios directos –en el caso de Bolan, obviamente era imposible–, Escrihuela ha rebuscado en numerosas fuentes escritas –bibliografía disponible, artículos en revistas especializadas, Internet, etc.– hasta tejer un más que meritorio y no menos interesante retrato del, junto al David Bowie de la época «Ziggy Stardust», máximo exponente del movimiento glam.

Bolan emergió como músico incomprendido en la Inglaterra de mediados de los 60 ya que sus primeros proyectos musiales –léase John’s Children y varias experiencias en solitario con diversas denominaciones, aunque nunca Marck Feld, su auténtico nombre– no lograron sacarle del anonimato. No obstante, esa época formativa sirvió para aquilatar una personalidad brillante aunque a menudo contradictoria que le acompañaría hasta su trágico final a causa de un infortunado accidente de tráfico. Los años que van desde 1968 hasta 1974, son los de su encumbramiento y los que lo convirtieron en una figura a nivel mundial. Como líder de T. Rex, su alquimia rockera de sonidos psicodélicos y un enorme carisma, que a menudo podía rallar en la egolatría, hicieron de él uno de los artistas más vendedores del Reino Unido y un continuo protagonista de la prensa musical, pero también muy a menudo, de la amarilla, que por sus escándalos de estrella, encontraron en él presa fácil con la que llenar tabloides. Como que su carrera fue más corta de lo que sus fans hubiesen deseado y la historia da lo que da, este libro también lo es, aunque su autor, haciendo uso de esa minuciosidad ya citada, propone un listado pormenorizado y muy completo de referencias discográficas, videográficas y bibliográficas. El mejor complemento posible para este muy recomendable acercamiento a la figura del malogrado Marc Bolan.
JAVIER DE CASTRO.



«Une histoire de la chanson française en vinyls»
Stan Cuesta

ÉDITIONS EREME

En el marco de una colección espléndida que esta editorial francesa puso en marcha hace apenas un par de años, y tras el éxito de otras entregas como «Vinyls yéyé» (2008), «Eros vinyls» (2008), «Rock vinyls» (2008), «Comics vinyl»s (2009) o «Progressive rock vinyls» (2009) –traducidos al español algunos de ellos por el animoso sello barcelonés Somoslibros– nos llega, lógicamente de importación, una nueva propuesta que aúna el interés por el coleccionismo de fetiches musicales y una valiosa información sobre la industria musical de nuestro vecino del otro lado de los Pirineos. Aunque por su excesiva especifidad regional y referirse de forma monográfica a la obra de compositores y chansoniers muy conocidos y reconocidos en Francia pero no tanto entre nosotros, no parece probable que el libro se publique algún día en nuestro idioma. No obstante, y por el componente de aprendizaje que nos puede aportar, me permito recomendarlo encarecidamente. Al margen de lo que se cuenta, repito, de un interés indudable habida cuenta del cuidado que los franceses han puesto siempre en sus preciosas ediciones musicales y todo lo que entorno a ellas ha venido acaeciendo a lo largo de cuatro décadas y que estas páginas cuentan con gran detalle, el gran atractivo de este volumen, como todos los de naturaleza similar, es el placer que nos produce a todos los que amamos el vinilo, poder contemplar y admirar centenares de carátulas originales –hasta 700 unidades, la inmensa mayoría de las cuales pertenecientes a álbumes a 33 R.P.M., aunque se incluyen unos cuantos 25 cms. a 78 R.P.M, un formato tan típicamente galo y que se mantuvo en funcionamiento mucho más tiempo que en cualquier otro país– que vienen adornando desde mediados de los años 50 y hasta que el CD empezó a fastidiarlo todo, la obra de artistas solistas como Jacques Brel, Charles Aznavour, Jacqueline François, Luis Mariano, Gilbert Bécaud, Georges Brassens, Édith Piaff, Serge Gainsbourg, Léo Ferré, Barbara, Dalida, Adamo, Johnny Hallyday, Georges Moustaki, Henri Salvador, Françoise Hardy, Eddy Mitchell, Brigitte Bardot, Michel Polnareff, Antoine, Sylvie Vartan, Claude François, Michel Sardou, Ferrat, Enrico Macias, Marie Laforêt, Claude Nougarou, Crhistophe, Guy Béart, Joe Dassin, France Gall, Mireille Mathieu, Jacques Dutronc, Michel Delpech, Alain Souchon, Veronique Sanson, Renaud, Maxime Le Forestier, Julien Clerc, Bernard Lavilliers, Francis Cabrel, Vanessa Paradis, Jean Jacques Goldman, Lio, Francis Lalanne o Mylene Farmer, entre muchos grandes nombres más o, aunque con mucho menor presencia y obviando incomprensiblemente, a los combos instrumentales o beat de los 60, bandas clásicas de los 50 como Les Frères Jacques o Les Compagnons de la Chanson o más próximas a conceptos como el vanguardismo, la psicodelia, el pop-rock o el punk de los 70 a los 90 como Triangle, Martin Cicus, Au Bonheur Des Ames, Ange, Telephone, Bijou, Les Avions o Les Negresses Vertes. Para toda esa generación de españoles que aún conserva como referente formativo y cultural a Francia y lo francés, libro imprescindible a todas luces.
JAVIER DE CASTRO.


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