Rockola, Discos. 7 de diciembre de 2007

Autor:

Rockola, Discos. 7 de diciembre de 2007Ray Davies
Working Man’s Café

V2/NUEVOS MEDIOS

Quizá Ray Davies ya no escriba piezas deslumbrantes como las que rebosaban en los viejos legendarios álbumes de The Kinks. Quizá sus discos en solitario no destilen aquella bendita ironía humorística que sigue asombrando en los surcos de Village green preservation society o Lola. No, el viejo Ray ahora se conforma con explicar sus pequeñas heridas (y las grandes: las del cuchillo que casi le mata hace un par de años en las calles de Nueva Orleans, las de la kafkiana aventura hospitalaria posterior, las de su reencuentro con la adormecida sociedad británica) en pequeñas producciones con sabor a clásico, como este Café del trabajador, remedo de aquel bar desvencijado de la portada de Muswell Hillbillies. Un CD sobresaliente, que aún muestra suficientes pruebas de su talento en las baladas sentimentales (“No one listen”, “ In a moment”) y que dispara vitriolo en las piezas más directamente autobiográficas (“Vietnam cowboys”, “Morphine song”), pero no se resiste al fin a indagar en las raíces musicales de la Louisiana que dejó atrás a empujones un día maldito (“The voodoo walk”).
    Dicen (dice el propio Davies) que puede materializarse en un futuro próximo la esperada resurrección de The Kinks, una vez recuperado de su trombosis cerebral el hermano Dave. Estupenda noticia para su legión de fans, claro, pero el espíritu burlón, perezoso, descreído, tierno y cercano de la mejor banda de la historia del pop británico nunca desapareció: al fin y al cabo, siempre fue Ray, el viejo Ray, quien lo encarnó en todo su esplendor.
LUIS LAPUENTE.

Mark Knopfler
Kill to get crimson

MERCURY/UNIVERSAL

Más respeto, señores. Mark Knopfler es un tipo que ya tocaba con Bob Dylan cuando los Dire Straits no eran conocidos ni en Francia. Resulta muy esclarecedor que hayan tenido que pasar 30 años para que el guitarrista haya cerrado el círculo con un trabajo tan crepuscular como éste (que no ominoso), portador de una orgullosa y majestuosa estampa otoñal, donde el folk puja por romper los ¿ya escasos? poros rockeros de este viejo “revientaestadios”, dejando a los márgenes una estela de dignidad inquebrantable.
    Casi se puede decir que Kill to get crimson –con ese dibujo de Lambrettas de los 50 en su portada– supone todo un ejercicio de catarsis personal y musical muy parejo al realizado por el mencionado Dylan en Time out of mind.
    Claro que Knopfler viene de una experiencia singular con Emmylou Harris, capaz de guiarle en los secretos del Gran Sur, su coraje y sus inmejorables forajidos: Gram Parsons, Ry Cooder, Chris Whitley, Kal David, Flaco Jiménez… Y si me apuran, había un reto: tan mágico triángulo instrumental (bottleneck, dobro, pedal steel) sólo logró romper la barrera del gran público con el llorón Chris Isaak.
    A pesar del innegable “mood” ambiental que arrastra todo el álbum, su materia prima son las canciones, verdaderos tesoros que han sido capaces de burlar todos los controles de seguridad del tiempo. A veces basculando del lado de ese folk “cajun” que por supuesto tiene mucho de celta –no olvidar que Knopfler nació en Glasgow–, caso de “Heart full of gold”, “Secondary waltz” o “Let it all go”. A veces dejándose mecer por un encantamiento paisajístico por el que canciones como “The scaffolder’s wife”, “The fizzy and the still” o “Madame Geneva’s” bien parecen haberse caído del set del mismísimo “Blues for Alah” de Grateful Dead.
    Mark Knopfler no es por supuesto un chico nuevo en estos lares, pero por una extraña razón del destino nunca se había atrevido a apretar del todo el acelerador (quizá un poquito con Chet Atkins). Lo ha hecho aquí y ahora. De una sola vez y solito (él y sus músicos de cabecera). Con un trabajo magistral de principio a fin. Ésa es la palabra: “encantamiento”.
GERNOT DUDDA.

Loreena Mckennitt
Nights from Alhambra

QUINLAN ROAD

Loreena Mckennitt ofreció los días 13, 14 y 15 de septiembre de 2006 tres conciertos en esa antología de la inteligencia humana que es La Alhambra de Granada. Concretamente en el Palacio de Carlos V. Esas tres citas se registraron tanto en audio como en imagen para alumbrar este doble álbum. En dieciocho cortes el disco compendia toda la singladura de esta canadiense y su propuesta entre lo celta y lo medieval, lo oriental y los instrumentos eléctricos. El álbum alcanza temperatura de sublimación nada más iniciarse y se mantiene sin fluctuaciones hasta el final. Si la propuesta de esta mujer con aspecto de princesa lánguida del siglo XII siempre cuenta con la intervención de la belleza, en este directo hay que añadir que el repertorio elegido parece empapado del sosiego milenario y la grandeza mayestática que rezuma La Alhambra. Hay instantes totémicos en los que jurarías que las canciones han robado trocitos de esa apabullante magia que ha convertido a este palacio árabe en una de las siete maravillas de la humanidad.
    Veintidós años y diez discos después de su debut la voz de Loreena Mckennitt se ha enriquecido con esos matices que sólo pueden donar los avatares autobiográficos y esa tristeza que porfía en tamaño con el universo. Continúa portando un don mágico que le permite atraer la belleza sonora como un imán atrae las limaduras de hierro. Sublime en cada canción. Admirable en cada nuevo álbum.
JOSEMI VALLE.

Luis Delgado
As-sirr

NUBENEGRA

Si las cuentas no fallan, As-sirr es el primer trabajo de Luis Delgado después de su álbum en directo (Tánger) y de servir en Damasco de interlocutor de excepción a Maria del Mar Bonet ante la imponente orquesta de profesores sirios que utilizó en Amic, amat. A sus grabaciones le precede siempre un encomiable trabajo de investigación, que en este caso le ha llevado a las sugerentes muwasahas de los siglos XI y XII, tomadas aquí de las traducciones efectuadas por don Emilio García Gómez. Estas aún no del todo conocidas composiciones poéticas tuvieron su origen en un poeta de un pueblo cordobés llamado Muqaddam Ibn Mwafa (el ciego de Cabra), cuyas últimas estrofas (jarchas) estaban escritas en una lengua romance precursora de las habladas actualmente. Su recreación musical es una vez más espectacular, dejándose llevar por el sentimiento embriagador que con seguridad animó la escritura de estos textos. En algunos casos se ha servido de elementos exógenos, como la orquestación que abre el tema “Bilaya”, o en esa otra pieza (“Ya, corazón”), recreada sobre una melodía de origen yemení por haberse extendido hasta aquí el uso de las muwasahas. En cuanto a la parte vocal, cabe destacar que se trata de la primera vez que un cantante árabe, Mohamed Serghini el Arabí, interpreta las dos partes de estas poesías. Hubo otros intentos, aunque sólo desde Occidente y se limitaban a la jarcha (escrita en romance). Pero manda narices que siendo como es uno de los mayores expertos en nuestra tradición musical andalusí, Luis Delgado todavía tenga que pedir públicas disculpas por “horadar” este tentador mundo de amoríos, jardines anaranjados y metáforas hedonistas. ¿Tan implacables son los filólogos con estas cosas?
GERNOT DUDDA.

Los Glosters
La boîte

FLOR Y NATA

Diez años de una carrera entusiasta y perseverante les han dado el premio de un LP que posee como máxima virtud la honradez. Situados estéticamente en esos años 60 que aún no había envenenado la psicodelia, resultan excesivamente miméticos y escasos de recursos personales, pero lo suplen con un vigor que les otorga medalla. Ya en el tema que abre el disco, “La boîte”, la letra plagada de iconos, el Hammond de manual y las guitarras de película desarrollista son toda una declaración de principios.
    Aparte de esto hay colaboraciones de lujo, la de Gabi Alegret en “Mucho más salvaje”, llena de furor en las guitarras, es la más destacada; versiones de diverso pelaje –muy centrada la de Los Gentrys, pobre la del “Hey hey Bunny” comparada con la rabia de Los Gatos Negros– y un buen puñado de canciones propias que demuestran una artesanía modélica.
    Refrescantes, por salirse de la gama general, son “El malo” y  “Octubre” con toques hispanos en sus arreglos y el homenaje a referentes de la época como “Fundador” y “Modesty Blaise”, un tema que hará las delicias de los fans de Los Flechazos. Y de postre, un especial recuerdo al “Gimnàstic de Tarragona”, el único club de España que tiene como himno una tonada beat.
CÉSAR PRIETO.

Varios
Bikini beat. Napalm & zarzaparrilla vol. 2 y 3

BON VIVANT RECORDS

Les podría intentar convencer de las excelencias de estas dos nuevas recopilaciones dedicadas al surf y a otros cálidos sonidos veraniegos editadas por Bon Vivant, recurriendo a manidos tópicos sobre lo oportuno de este lanzamiento en medio del frío invernal que nos azota y la añoranza de la canícula estival. Podría, sí. No obstante prefiero centrarme en los pequeños tesoros que guardan estos dos CDs editados por esta modesta discográfica extremeña, no sin antes recordar a los que ya conocen los productos Bon Vivant (y advertir a los posibles compradores primerizos) que se trata de recopilaciones de maquetas cedidas por los grupos españoles protagonistas. Por ello, en ocasiones el sonido no es perfecto y adolece de falta de producción, carencias que se olvidan fácilmente gracias a la frescura de las grabaciones y a las talentosas composiciones que podemos descubrir. Conviven en los dos CDs grupos de surf instrumental ya consolidados como Los Lobos Negros o Los Tiki Phantoms pero también promesas de tremebundo nombre como The Cosmic Vampires. Como no podía ser de otra manera, destacan bandas de surf-garage-punk-pop vocal como Asskickers Enmascarados, Los Motorettas o Los Invasores de Marte y formaciones que optan por los ritmos jamaicanos como los granadinos Soul Red Community. Entre los dos volúmenes suman casi medio centenar de temas, pero si me dan a escoger uno, no lo dudo: “Dan dubidu dan dan”, de los murcianos Stereopop, una  feliz canción pop con un fenomenal estribillo, un hit en potencia. Tampoco podemos olvidar la versión que hacen Arny Division de “Mi vida rosa”, de Los Romeos.
    El nuevo test de Bon Vivant para calibrar la potencia de los grupos patrios de influencias sesenteras se salda otra vez con nota. Y sí, lamento tener que recurrir finalmente al tópico: estos discos les transportaran al añorado verano y les proporcionaran calidez en estos cortos y gélidos días invernales.
ÀLEX ORÓ.