Rockola, Discos. 30 de noviembre de 2007

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Rockola, Discos. 30 de noviembre de 2007

Luis Eduardo Aute
Humo y azar

ARIOLA/SONY BMG

A priori puede parecer poco meritorio que un disco de Luis Eduardo Aute grabado en directo sea destacado como CD de la semana, ya que si contiene éxitos incuestionables como «Pasaba por aquí», «Anda», «Slowy», «Una de dos», «Las cuatro y diez», «De alguna manera» y «Al alba», así cualquiera. Pero lo cierto es que este álbum incluye esas canciones pero no más de las que podríamos definir como las más populares del cantautor madrileño nacido en Manila, porque Aute ha optado por recoger en este doble álbum registrado en Córdoba, temas de los últimos discos (poco difundidos: ahora, si tienes más de 35 años estás muerto para las emisoras comerciales), dando forma a un trabajo que sirve para paladear en directo algunos de esos temas hasta ahora sólo habían sido registrados en estudio. Y Luis Eduardo Aute, lejos de haberse quedado dormido en los laureles del pasado, ha seguido escribiendo historias con su buen pulso habitual, manteniéndose, en su estilo, como ese cantautor atípico, con querencia por el pop y la modernidad que siempre fue, no cayendo en el papel de vieja gloria que pasea siempre las mismas composiciones por los escenarios, buscando el aplauso fácil del público.
Por todo ello, Humo y azar resulta una estimulante toma de contacto con su directo más reciente, en compañía de su banda actual –Tony Jurado, Billy Villegas, Cristina Narea, Igor Tukalo y Antonio Calero– y una buena manera de disfrutar de nuevas lecturas de temas tan redondos como los que incluía su anterior trabajo de estudio –A día de hoy, editado este mismo 2007– y ver los nuevos aires que toman las citadas al comienzo y otras, tanto de los últimos como de los viejos tiempos, pero no precisamente de las más «conocidas».
Qué duda cabe que los fieles seguidores de Aute ya sabrán qué pueden encontrar en este doble CD, pero para los más escépticos puede ser la puerta de entrada a un cancionero ejemplar, que permanece vivo, en continua evolución y que ha dejado algunas de las mejores canciones de la canción de autor española de las últimas décadas, firmadas con fina pluma, exquisita sensibilidad, empapadas de erotismo o capturando esas instantáneas de costumbrismo urbano en las que su autor se ha movido como pocos.
El álbum viene acompañado de un DVD que incluye el mismo concierto y un interesante documental en el que Aute habla de sus cosas con la actriz Pastora Vega. Además, la elección del cuadro «Jugando al monte (Humo y azar)» de Julio Romero de Torres (1874-1930. Pintor cordobés que triunfó de manera brutal en vida, pero que hoy es, injustamente, casi exclusivamente recordado por el cuadro reproducido en los viejos billetes de «20 duros»; la historia del arte tiene una deuda innegable con su pintura y su trazo, y Aute sabe algo de esto) para ilustrar la portada parece de lo más acertada.
JUAN PUCHADES.

John Scofield
This meets that

EMARCY/UNIVERSAL

El guitarrista de jazz con 25 años de implacable trayectoria a sus espaldas –tocó con Miles Davis, Pat Metheny, Billy Cobham o Chet Baker– sabe mantener una férrea guía rockera en su última elaboración, herencia de su vieja pasión por el jazz que se hacía en los 70. La estructura es de sólido e inquebrantable trío de jazz –Steve Swallow al bajo, Bill Stewart a la batería, él mismo a las guitarras, wah-wahs y efectos–, pero su música desprende aquí un inusitado aire de swing que le saca en volandas del entorno de los plomizos doctorados con que a veces nos obsequian algunos de sus colegas de instrumento. Scofield parece haber disfrutado aquí una enormidad con su tándem rítmico fetiche, pero ha sido honesto al admitir que sus composiciones iban mucho más allá de lo que él y sus dos compinches pudieran conseguir. Con el añadido de una sección de metal –saxo barítono, clarinete, trombón, saxo tenor y flautas–, ha ganado en una riqueza armónica que, por otra parte, tanta justicia le hace a su forma de tocar. El disco arranca con “The low road” y esa intrigante manera progresiva que tanto distinguía a los Weather Report de “Gibraltar”, por ejemplo. Hay ejercicios improvisatorios para todos los gustos y niveles, pero el álbum cuenta sobre todo con tres adaptaciones más que interesantes; una gloriosa, otra curiosa y otra de manual. La gloriosa, un “House of the rising sun” que comparte con otra leyenda de la guitarra, su amigo y viejo compañero Bill Frisell. La curiosa, ese viejo éxito country de los 70 llamado “Behind closed doors” de Charlie Rich. Y la de manual, un “Satisfaction” al que llegaron hurgando perezosamente en el estudio sobre el famoso “riff” de Keith Richards. John Scofield, como siempre, un roedor ubicuo y omnívoro que sabe reclamar buenas dosis de interés a todo lo que hace.
GERNOT DUDDA.

Los Autonautas
Los Autonautas

RÁFAGAS

En los tiempos que corren, es una delicia asistir a los primeros pasos de una discográfica. Resulta siempre una inyección de vitaminas para el pop en español y más si nos topamos con un grupo con tanta claridad en los criterios como Los Autonautas. Bien es cierto que el trío conductor y el batería adicional hilan sus canciones con retazos de sonidos antes explorados, pero lo hacen con evidente conocimiento y con inteligencia para discernir lo que se acopla a su personalidad.
Recopilemos: letras –y libreto–¬ que conforman la misma fantasía galáctica con la que sueña Parade –“El increíble hombre menguante” es un buen ejemplo¬¬¬–, pop redactado con estructuras y guitarras que recuerdan a Cooper y una chulería al cantar que en ocasiones se acerca al fraseo de Burning. La canción que acoge el nombre del grupo es un buen ejemplo. Y bromas, como esa respetuosa versión del ”Vete” de los Amaya que aparece si dejas correr la última pista.
En definitiva, ese aire breve y luminoso que nos dejó la nueva ola y que se resume en una enorme sinceridad al cantar y una penetrante rabia en las guitarras. Y mucho espíritu adolescente que si en la vida resulta a veces banal, en el pop es a veces lo primigenio.
CÉSAR PRIETO.

The Shiffers
The incredible soundtrack adventure

IRMA LA DOUCE

Tras el anglófilo nombre de The Shiffers se esconde Claudio Zanoni, reputado trompetista italiano que ha militado en formaciones pop-funk como Ridillo y ha colaborado con Eumir Deodato, Giani Morandi y el combo lounge Montefiori Cocktail. Zanoni también es conocido por ser compositor de jingles publicitarios y  bandas sonoras de televisión. Con toda esta experiencia  acumulada, el trompetista ha optado por grabar un CD en que muestra toda su paleta sonora, todas sus influencias y todas sus capacidades interpretativas (toca todos los instrumentos). The incredible… consta de veinte temas instrumentales, pequeñas bandas sonoras de formato pop, en las que podemos encontrar la festiva huella de Herb Alpert, la calidez de la Bossa Nova, el beat de los sesenta, a Buró Bacharach, el twist y hasta el jazz de Blue Note. Muy ecléctico, muy fresco, muy divertido y, sobretodo muy bailable en temas como “TV Show”,  “Body Down”, “Che gambe” o “Fatte le coppie”. También hay momentos para propuestas más íntimas como “Proiprio ieri sera” o “Sojazzione” pero que no desentonan con el conjunto del CD. De hecho, este trabajo de The Shiffers es un reto para el aficionado a la música con mente y orejas bien abiertas, con ganas de buscar ese link, esa conexión con el pasado que se puede descubrir en cada una de las piezas de formato contemporáneo compuestas por Zanoni. De 0 a 10, un 9,5.
ÀLEX ORÓ.

Yves & Serge & Victor
Cagibi

GUERSSEN RECORDS
Permítanme que, antes que les explique las bondades de este disco, haga una breve reflexión en voz alta. Pasan los años, la historia del rock avanza y para alguien que se aficione a esto de la música resulta cada vez más difícil tener una visión global de que ha sucedido desde que  los pioneros del rock de los cincuenta grabaron sus primeros discos hasta que los Arctic Monkeys se autopromocionaron en la red. Es casi imposible tener una visión global, separar el grano de la paja y, sobre todo, disponer del suficiente tiempo para asimilar con madurez todo lo que se escucha. En estos tiempos en los que se venden menos discos que nunca, pero en los que en los estantes de las pocas tiendas que quedan llegan más nuevos lanzamientos y reediciones de los que un buen aficionado se hubiera podido imaginar jamás, me pregunto si merece la pena reeditar un LP como el de los franceses  Yves & Serge & Victor, del que a mediados de los setenta sólo se vendieron 300 copias.
Escribo estas líneas mientras estoy escuchando este vinilo, un hermoso compendio de canciones que tres jóvenes músicos franceses grabaron por puro pasatiempo en 1975. Iban tan mal de dinero, que se quedaron sin presupuesto para imprimir una portada y vendieron el disco con sólo una funda de papel blanca.     Los más afortunados, tuvieron la suerte de tener un par de fotos pegadas de las sesiones de grabación. Pero vamos a lo que importa, la música. Yves, Serge y Victor grabaron trece temas con influencias y aromas que recuerdan a Neil Young (con los Crazy Horse), Crosby, Stills & Nash y, en general, al sonido de la costa oeste norteamericana de finales de los sesenta y principios de los setenta. Cantaban en un impoluto inglés por lo que si el oyente no tiene ninguna información previa, difícilmente podría asociar este disco con la tierra del queso roquefort. Perfectas armonías vocales, crujientes guitarras acústicas y eléctricas, cálidas composiciones y una sensación de placidez absoluta mientras se disfruta de la escucha, convierten a este disco en uno de los grandes descubrimientos de este año. Hagan la prueba oyendo “She and I / Wine”, “The loner I know”, “Ride along” o “Mescaline Peas”, el tema más rockero del LP por citar sólo alguna de las trece canciones incluidas en “Cagibi”. Por todo ello, y volviendo al inicio de esta reseña, creo que sí, que merece la pena el encomiable esfuerzo que hacen pequeñas discográficas como Guerssen para recuperar estas pequeñas joyas. Siempre habrá gente sensible dispuesta a escucharlas. Ningún disco como  éste merece caer en el olvido. Benditas sean todas estas grabaciones y benditos sean aquellos que se atreven a comercializarlas.
ÀLEX ORÓ.