Rockola. Discos, 3 de octubre de 2008

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Rockola. Discos, 3 de octubre de 2008Teddy Thompson
A piece of what you need

VERVE/UNIVERSAL

En breve habrá que dejar de referirse a Teddy Thompson (Londres, 1976) como el hijo de Richard y Linda Thompson, esos dos iconos del folk-rock británico. Y habrá que dejar de hacerlo porque lo cierto es que más allá de quiénes sean sus progenitores –o de que ambos colaboren aquí, al igual que su hermana Kamila–, Thompson tiene sobrada personalidad propia, crece disco a disco y en esta cuarta entrega derrocha tanto talento que hasta es posible congraciarse durante su escucha con el pop británico y pensar que no todo está perdido, que todavía quedan alternativas a la bochornosa desidia que aqueja desde hace más de una década a la repetitiva música que llega desde las islas.
Sí, pareciera que con Thompson hay esperanza. Y es que este proteico A piece of what you need, producido por Marius de Vries, no aburre en ningún momento y aunque se ampara en sonidos de sobra conocidos –no queda mucho por inventar–, logra que parezcan nuevos, que luzcan con brillo bajo su propia identidad. Quizás el secreto resida en su singular registro vocal, o en su perfecto dominio de todas las claves del pop –sumando músculo y cerebro resuelve tanto las tomas más energéticas como las más pausadas–, o en sus hábiles pespuntes folk, o en saber cuándo ponerse crooner –próximo, por entendernos, a su amigo Rufus Wainwright–, o en mostrar maneras de rockero clásico en otros momentos, o en que escribe con enorme tino, manejando melodía y ritmo con fundamento, mientras se presenta como un buen conocedor de la historia del rock, tanto británico como estadounidense.
No cabe duda de que si Thompson sigue por esta senda, puede acabar por convertirse en el nuevo Elvis Costello, y no es broma. Sea como sea, este es uno de los mejores discos internacionales en lo que va de año. Aunque, la idea de tener que descargarse los créditos de su web se la podía haber evitado.
JUAN PUCHADES.

Esbjörn Svensson Trio (e.s.t.)
Leucocyte

ACT COMPANY/KARONTE

La inesperada muerte del propio Esbjörn Svensson el 14 de junio en accidente de submarinismo pilló al grupo con su última obra totalmente terminada y entregada a su discográfica. Es iluso pensar que el propio pianista vaticinaba su desgraciado final, pero estas piezas alcanzan a ser las más oscuras y enigmáticas de toda su carrera, lo que por supuesto no es nada malo. Una vez más, e.s.t. defienden la improvisación plena y renuncian a las ataduras de género (léase “jazz”, por ejemplo). Para esta grabación se encerraron a conciencia en el local que alquilaron en Sydney durante un intervalo entre giras. El trabajo lo acabó, ya en Suecia, su ingeniero, Ake Linton, que completó tal capacidad de realimentación musical con unas mezclas a la altura. En piezas de alto contenido voltaico, como la primera parte de “Premonition” (“Earth”), brilla la apabullante sección rítmica de Magnus Öström y Dan Berglund; mientras que en su delicada segunda parte, “Contorted”, el propio pianista incorpora sonidos de “electronics” y transistor de radio. El sonido distorsionado no le va nada mal al trío, aunque hay que decir que para que nadie se piense que esto guarda relación con lo que hacen Charlie Hunter o Medeski Martin, e.s.t. sabe mantener esa personalidad que le ha distinguido todos estos años. Mención de honor para una pieza tan sorprendente como “Still”, o cómo Satie y Brian Eno pueden sonar juntos sin darse pataditas.
GERNOT DUDDA.

Iván Ferreiro
Mentiroso mentiroso en directo

DRO/WARNER

Nuevo lanzamiento de Iván Ferreiro y segundo en lo que va de año. Mentiroso mentiroso en directo es precisamente eso: las canciones de su último disco grabadas en directo, en el mismo orden de secuencia y con pocas novedades a la vista. No es un trabajo imprescindible aunque sí disfrutarán de él tanto completitas como neófitos, tanto los que deseen poseer todo lo que edita uno de los mejores músicos de la actualidad como los que quieran introducirse en su mundo. Precisamente por su contenido, Mentiroso mentiroso en directo es a la vez un disco que no marcará la trayectoria del gallego pero que se antoja sublime, tan sublime como su homólogo en estudio. Las canciones son las que son, y son muy buenas. No mudan la piel en directo más allá de unos pocos detalles pero suenan francamente bien; cuando se lleva una banda numerosa como la que lleva Ferreiro es más fácil reproducir el sonido del disco.
Este CD tiene encanto, como cualquier cosa que fabrique Ferreiro, pero habría sido más jugoso un doble en directo recogiendo una actuación completa. El sonido es bueno, aunque no perfecto (lo cual ayuda a recalcar el ambiente de autenticidad que debiera tener cualquier disco en vivo) y la banda se muestra en forma. Es divertido escuchar los juegos a las seis cuerdas entre Emilio Saiz y Amaro Ferreiro o la participación de un público entregado en cualquiera de las localidades donde se han grabado cada una de las canciones pero su disfrute será mayor cuando se haya tomado más distancia respecto a su hermano de estudio. Por ahora será un buen “souvenir” de gira, quizá su verdadera razón de ser.
JUAN JOSÉ ORDÁS FERNÁNDEZ.

BB King
One kind favor

GEFFEN/UNIVERSAL

Arrastrando 83 años y sigue en activo, con la voz algo menos áspera que antaño, pero impecable en su papel de último venerable del blues. Para echarle una mano en la producción está el últimamente muy solicitado T Bone Burnett, maestro en esto de encontrarle el punto de cocción adecuada a las músicas de raíz norteamericana. Del encuentro sale un disco intenso en el que colaboran viejos amigos como Dr. John (piano), Jim Keltner (batería) y Nathan East (bajo). Blues del bueno de la mano de un genio que todavía le da sopas con onda a quien se le ponga por delante, y su guitarra sigue siendo única.
JUAN PUCHADES.

We Are Standard
We Are Standard

MUSHROOM PILLOW

El cambio de nombre de los bilbaínos es bien ilustrativo de su evolución. De Standard a We Are Standard (obligados por su coincidencia nominal con la banda americana del mismo nombre, todo hay que decirlo), el camino recorrido para llegar a esa reafirmación en su propia denominación viene marcado por un marcado acento de su propuesta hacia las pistas de baile, sin disimulos ni coartadas rockistas. Un trayecto paralelo al que hace unos meses ya marcaron sus paisanos Delorean. Para ello se fueron a Londres, y grabaron el contenido de este álbum homónimo (segundo de su carrera) durante unos largos ¡ocho! meses bajo la supervisión de Andy Gill, de Gang of Four, quizá los más sobresalientes catalizadores desde el pozo de los tiempos de esa reactivación de las neuronas punk funk que tanto furor causó hace ya cinco temporadas. Sin miedo alguno a parecer obsoletos (ya se sabe que el carrusel de las tendencias se sucede a ritmo de vértigo), We Are Standard apuestan por Gill, pero lo hacen tramando una contagiosa maraña de ritmos lo suficientemente genérica como para no adscribirse a coyuntura alguna (o a muchas a la vez, el rastro de Happy Mondays tampoco es difícil de olfatear). Síncopas rompecaderas, guitarras de ritmo infeccioso, cencerros y estribillos batalladores se suceden en un disco que, a falta de una personalidad más acusada, puede funcionar a las mil maravillas como vademécum para cualquier DJ que se precie de eficaz. Y, como guinda, incluyen una remezcla de su segunda pista, “The last time”, a cargo del insigne Arthur Baker, artífice del histórico “Confusion” de New Order, entre mil trabajos de referencia en la década de los 80.
CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.

Glitter Klinik
Beautiful & nasty

GAS-OIL RECORDS

Parece ser que Luis Míguélez tiene éxito en Alemania, país en el que ha aposentado sus reales y sus grupos. Fogoso animador guitarrero de parte de la carrera de Dinarama, inmenso en su labor con Fanny y Los + y curioso siempre en sus proclamas hedonistas y desmelenadas, lleva un año paseando por todo el mundo su nuevo proyecto. Y parte de este proyecto es Beautiful & Nasty, un disco que por su desmesura en la actitud y la duración, quizás sólo los convencidos podrán apreciar.
Diecinueve canciones, de las cuales cuatro son remezclas que no aportan nada al conjunto, excepto la traducción en clave Sigue Sigue Sputnik del refrescante funk con la plantilla de Imagination que es “Psycho Love”. Y es una lástima, porque un disco que posee verdaderas explosiones de tensión juvenil, se ve lastrado por una insana acumulación de canciones convencionales que frenan ese nervio vibrante en el que Míguélez ha aprendido a instalarse. Reducir media docena de cortes el conjunto –con un single que acompañe, si se quiere– hubiera sido realmente inteligente.
Como inteligente es su maestría a la hora de conseguir sensaciones de desenfreno sonoro. Desde la canción que da título al disco y que vierte regueros de sonidos con esa actitud vital y petarda que se necesita a horas tardías –glam a lo Gary Glitter condimentado con disco music y house– hasta “Alarma”, tan pimpante y con un espíritu tan pegamoide que llega a molestar la saturación electrónica y pide a gritos guitarras desafinadas. Y entre medio llenapistas de extrarradio tan potentes como “Angel dash”, que podría sonar indefinidamente en unos autos de choque. Y ese es el mayor elogio que se puede hacer a una canción.
Explica todo esto, en menos palabras el hecho de que hagan una versión del “Boys, boys, boys” de Sabrina. Desmelene en el que no abundan los prejuicios pero sí los criterios. Y de los buenos.
CÉSAR PRIETO.

Varios
Vicky Cristina Barcelona

TELARC/INDIGO

Woody Allen es de por sí una garantía de que la música de sus películas siempre va a contar con cosas muy interesantes. Controla personalmente hasta la última coma y tiene un gusto exquisito. El tema central de Giulia y los Tellarini, “Barcelona”, es simple y bobalicón, pero le da un punto a la película, con todas sus idas y venidas aeroportuarias, y es peligrosamente adictivo. Lógicamente en una película que trata sobre España tiene que sonar flamenco y del más clásico, ya que para Woody Allen, las noches de los parques de Oviedo son permanentemente amenizadas por guitarristas de nivel. Suena “Entre dos aguas” de Paco de Lucía, probablemente el instrumental flamenco más famoso del mundo. Y suenan dos buenas piezas de Juan Serrano, tomadas de un disco del sello Concord Picante, Sabor flamenco, de 1991. En la parte clásica, Isaac Albéniz se lleva la palma con “Asturias” y “Granada”, sin que el gerundense vaya a poder saber nunca lo fundamental que resulta su música a efectos “incidentales”.
Las sorpresas empiezan ahora con lo que podríamos llamar “la conexión manouche”. Los barceloneses Biel Ballester Trio hicieron buenas migas con el director durante la presentación de la película en Barcelona y acabaron actuando juntos en Casa Fuster. “Lo más cerca que he estado nunca de Django Reinhardt”, dijo eufórico Woody Allen al salir del hotel. Las dos piezas que incluyen en la película son de lo mejorcito de la banda sonora (“When I was a boy”, “Your shining eyes”), y están a la par de ese gran “Big brother” de Stephane Wrembel Trio. Es matemáticamente imposible que los pintores bohemios de Barcelona que no venden sus cuadros tengan descapotable, una villa en Pedralbes, carnet para pilotar un Cesna o se cepillen turistas americanas a diario, pero gracias a estas canciones podemos pensar que es bien posible.
GERNOT DUDDA.


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